Hipoteca inversa y herencia
Hace poco, GARA publicó un artículo del especialista en economía Isidro Esnaola bajo el título "Hipoteca inversa: La trampa para mayores del dinero fácil". Por experiencia propia, discrepo totalmente con el contenido. Me explico.
El concepto de la hipoteca inversa funciona ya, con éxito, desde hace décadas en varios países de Europa. Concretamente, por ejemplo, en Madrid existe ya desde hace 30 años un gabinete de abogados, con delegada en Bilbao, que intermedian entre particulares que quieren vender o comprar una casa o un piso bajo las condiciones de dicho concepto. No hace falta recurrir a un banco o seguro.
Coincido con Esnaola en que es mejor no firmar tal contrato con un banco. Ya sabemos que los bancos son los mayores ladrones. Como dijo Bertolt Brecht: «¿Qué es el atraco a un banco comparado con la fundación de un banco?».
La ley permite y regula la venta y compra de una casa en concepto de hipoteca inversa entre particulares. Según una fórmula concreta, tomando en consideración la edad de las o los propietarios, el valor actual de la casa, etcétera, existen diferentes variantes de contrato que se legalizan a través de un notario.
En nuestro caso concreto, nos decidimos por el modelo de cobro durante 15 años, con el derecho de quedar en el piso hasta nuestro fallecimiento. Para ilustrarlo unas cifras concretas: Un piso valorado en 315.000 Euros. Los nuevos propietarios, una pareja joven que no creen en la banca ni en sistema de pensiones, nos pagan durante 15 años mensualmente una cantidad de 738 Euros, más el IBI y gastos extraordinarios de la comunidad. Eso sí, la cantidad es fija y no se aplica el IPC. Un chollo para ellos, y para nosotros también.
Esnaola reflexiona en su artículo mucho sobre los herederos y herederas. Después del fallecimiento de los padres, tendrían que desembolsar mucho dinero para comprar la casa al banco. ¿Eso es realmente importante? ¿Tendríamos que pensar más en la herencia que en nuestro bienestar en los últimos años de vida?
Igual sí, pero en sentido contrario, creo yo. ¿Acaso estamos de acuerdo con que el rey deja su corona y el título de Jefe de Estado como herencia a su hijo/hija? ¿Y es justo que la hija de Amancio Ortega se quede con los miles de millones de su padre?
El capitalismo se basa en la explotación de los y las obreras, y en la propiedad privada. Para mantener ese sistema, el concepto de la herencia juega un papel importante. Bajo mi punto de vista, tenemos la obligación de proporcionar a nuestros hijos e hijas las herramientas necesarias para que puedan organizar su propia vida. Nada más, y nada menos.
Una futura república vasca y socialista debería poner fin a la vivienda de propiedad privada. Las casas entonces serían administradas por la misma sociedad con el fin de suministrar un techo digno a toda la población.
Quizá, no voy a vivirlo. Mientras, animo a todos los y las jubiladas que viven con miserables pensiones de vender sus pisos en la modalidad de hipoteca inversa. Pero cuidado, no a la banca sino a particulares.