Fátima Andreo Vázquez
Ex parlamentaria de Podemos Ahal Dugu

IKEA y el ridículo

IKEA ha sido acusada en la UE por evadir impuestos durante 6 años por valor de 1.000 millones de euros. ¿Era ese el tipo de empresas que queríamos en nuestro territorio?

«A salvo de proyectos singulares que puedan requerir un análisis específico, se muestra una posición contraria a la apertura de nuevas grandes superficies».

En abril de 2016 expresé en el pleno del Parlamento de Navarra la preocupación de mi partido por la próxima apertura de una gran superficie en terrenos del Gobierno de Navarra ofrecidos en condiciones ventajosas a la multinacional del mueble de ensamblaje. Preocupación que se intentó ridiculizar de varias maneras. Porque a las grandes empresas siempre le salen amistades que no dudan en defenderlas. ¿Cómo no iba a ser rentable para nuestra comunidad la creación de 350 puestos de trabajo?

Nuestra preocupación venía en gran medida por el peligro que veíamos para las empresas locales del sector (o sectores, porque IKEA no sólo vende muebles) y que representantes de las mismas nos habían expresado en una reunión.

Nos dijeron que, además, la mayoría de los puestos serían ocupados seguramente por mujeres. Lo cual me hizo pensar que las condiciones laborales seguramente no serían las mejores, porque desgraciadamente los sectores feminizados no suelen destacar por altos salarios precisamente. Y es que las grandes empresas pueden recurrir a sus propios convenios mientras que las empresas locales tienen que acogerse a convenios locales, normalmente con mejores condiciones.

Otro problema que planteamos fue el tema impositivo: IKEA ha sido acusada en la UE por evadir impuestos durante 6 años por valor de 1.000 millones de euros. ¿Era ese el tipo de empresas que queríamos en nuestro territorio?

Pero, además, cuando preferimos las empresas locales frente a las grandes multinacionales, no es porque seamos unos rojos peligrosos enemigos de la empresa privada. Es que tememos que las empresas de fuera tomen decisiones estratégicas, que podrían tener repercusiones negativas en nuestro territorio. Como la que han tomado ahora de no instalarse.

Porque, ¿qué hubiera pasado si la decisión de IKEA de reducir el tamaño de sus centros de ventas hubiera ocurrido, por ejemplo, dentro de cinco años, cuando ya se hubiese puesto en marcha el centro de Cordovilla, con los consiguientes cierres de empresas locales? Cabe pensar que tras la pérdida de empleo y la destrucción del tejido empresarial locales, la decisión habría conllevado nuevos despidos en Navarra. Porque, además, con un terreno adquirido en condiciones ventajosas, la multinacional no habría tenido que soportar grandes pérdidas por el cierre de su macrolocal. E incluso podría haber aprovechado para realizar operaciones inmobiliarias a costa del suelo público. No habrían sido los primeros.

Hubo otra crítica que fue, por cierto, bastante surrealista, pero a la vez bastante extendida. Varios medios locales y nacionales expusieron como una supuesta contradicción el hecho de que yo criticara las prácticas laborales y fiscales de la multinacional y que a la vez mi partido utilizara un formato similar al de los folletos de la citada empresa para su programa electoral. Debió fastidiar la frescura y originalidad de la propuesta, que invitaba a leer el programa, cosa poco habitual, y no se les ocurrió nada mejor para su puesta en cuestión. ¿Qué tendrá que ver una crítica política con el uso de determinado formato publicitario? Pero, ya se sabe que contra Podemos todo vale.

La frase del inicio es un punto del acuerdo programático de 2015 que llevó al Gobierno a la presidenta Barkos y que se incluyó por la preocupación que varios de los firmantes expresamos ante la extensión de grandes superficies que tanto daño hacen al comercio local y con él a la diversidad de ofertas, a la vida en los pueblos y el centro de las ciudades, al pago de impuestos en nuestro territorio.

Tres años después, me ratifico en las razones que nos llevaron a cuestionar la apertura del centro de IKEA en Navarra y me alegro por las empresas del mueble, decoración, alimentos, electrodomésticos, limpieza, jardinería, iluminación, menaje, ocio, baño… de nuestra comunidad por el hecho de que finalmente no vaya a tener lugar.

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