Oskar Fernandez Garcia
Licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación

Incompatibilidades absolutas

Desde el sábado 13 de agosto hasta el próximo sábado 20 se está desarrollando la semana grande de Donostia.

El Ayuntamiento de esta hermosa y peculiar ciudad hacía público el programa festivo con el siguiente encabezamiento: “Una gran fiesta desde el corazón de Europa”, un breve escrito del máximo edil o regidor de la ciudad el Sr. Eneko Goia Laso, en el que entre otras sucintas cuestiones recordaba la condición de Capital Cultural Europea 2016, con «una programación cultural de altura», una «gran fiesta», «La Capitalidad Cultural Europea» supone… «Una oportunidad única para proyectar nuestra ciudad a escala continental y que nos va a permitir desarrollar nuestra querida Aste Nagusia desde el corazón de Europa. Y con Europa en el corazón…»

En el programa festivo nuevamente, y este es el segundo año tras la prohibición llevada a cabo por la corporación donostiarra encabezada por Juan Karlos Izagirre, constan las corridas de toros.

En agosto de 2012 en el coso de Illunbe se produjo el último, desolador, inhumano, bárbaro y cruel espectáculo de sometimiento, sufrimiento, vejación y muerte de un ser vivo mamífero, para divertimiento, solaz, distracción y recreo de otros seres vivos también mamíferos, igual que los torturados. Pero en agosto del 2015 retornaba a un espacio de titularidad pública la intolerancia, la ignorancia, la insensibilidad, el dolor, la sangre y la muerte de unas víctimas absolutamente inocentes. Y a sí continuará si no se pone remedio.

El Sr. alcalde, su equipo de gobierno, su partido, la institución provincial y el gobierno de vascongadas son responsables directos de estos espectáculos totalmente anacrónicos, crueles y brutales.

¡Cómo es posible que tantas personas e instituciones implicadas directa o personalmente en ese martirio e infierno apocalíptico para los pobres y desvalidos astados desconozcan la realidad, sensibilidad, toma de postura y determinación planetaria para acabar con este horripilante horror y terror, que degrada tanto a quienes lo programan, lo legislan, lo impulsan o lo permiten con su pasividad y adocenamiento! ¿Acaso desconocen que en la inmensa mayoría de los estados del planeta tierra esta práctica retrógrada y salvaje esta absolutamente prohibida y que en el mismo Estado español también existen territorios donde fue abolida?

El Parlamento Autonómico de Canarias puso fin a las corridas de toros a finales del siglo pasado, en 1991. La ley proclamaba en su artículo 5.1 la prohibición «de utilizar animales en peleas, fiestas, espectáculos y otras actividades que conlleven maltrato, crueldad o sufrimiento.»

Según el ex-torero, Sr. Alvaro Munera, la tauromaquia es «una tradición cruel, donde la víctima primero es inocente y donde es salvajemente torturada y masacrada, como tradición éticamente es inconcebible.»

Catalunya prohibió las corridas de toros en julio del 2010, año y medio después, el 1 de enero del 2012, la ley entró en vigor. Los y las parlamentarias escucharon, durante varias sesiones y días, los pros y contras antes de someter a votación la ley. Entre las personas versadas en el tema que acudieron a sede parlamentaria se encontraba el experto en comportamiento animal, zoólogo y etólogo Jordi Casamitjana: «…toda evidencia de comportamiento muestra que el toro sufre en las corridas de toros […] sufre en todo tipo de corridas, hasta en aquellas en las que no terminan con su muerte…» «Los indicadores nos demuestran que el toro sufre tanto psicológicamente como físicamente». El científico Jorge Wagensberg exponía: «No es admisible un espectáculo que requiere el sufrimiento de un ser vivo». Jesús Mosterín (Bilbao, 1941) es, con toda probabilidad, una de las mentes más lúcidas de nuestro tiempo. Filósofo, catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia en la Universidad de Barcelona, con un dilatado, asombroso y extenso currículum, declaraba rotundamente: «…una barbaridad execrable…»

Solamente en el 3´98% de los países del planeta se lleva a cabo una práctica tan denigrante y cruel: la inmensa mayoría de ellos debido al sometimiento, opresión y colonialismo a que fueron sometidos por el Imperio español - México, Colombia (en su capital están prohibidos), Perú–. La ley para abolir las corridas de toros está debatiéndose (Venezuela, Ecuador, España, Portugal). La muerte en público de los astados está prohibida (Francia).

Hace prácticamente un año, en julio de 2015, el PNV, el PSOE y el PP se opusieron tajantemente a una iniciativa de EH-Bildu de declarar Donostia una ciudad antitaurina.
No deja de ser asombroso que el comité europeo encargado de determinar y nombrar qué ciudades podrían ostentar durante este año en curso la Capitalidad Cultural Europea no tuviese en cuenta la absoluta disparidad, incongruencia y contradicción manifiesta entre la cultura –conjunto de actividades intelectuales, artísticas, creativas, psicológicas, emocionales, lúdicas– que eleva al ser humano un peldaño más en su evolución personal y psicosocial y entre las corridas de toros, incompatibles con el concepto de cultura, ya que degradan, adocenan, insensibilizan, deshumanizan y retrotraen a tiempos pretéritos a quienes las permiten y por supuesto a quienes las «disfrutan».

Pero todavía es mas increíble, desconcertante y estremecedor constatar que aquellas personas con capacidad de influir, de generar corrientes de pensamiento, de convertirse en modelo y referente social, con poder legislativo y ejecutivo, es decir, todas aquellas que ocupan altos cargos a cualquier nivel y ámbito de las administraciones vascongadas y que permanecen en la cúspide de la estructura interna del partido autonomista por antonomasia, de estos tres territorios, aún posean una formación tan deficitaria respecto a los derechos consustanciales, inherentes e inalienables de los animales. Y que manifiesten públicamente -sin el más mínimo rubor y amedrentamiento- su absoluta falta de sensibilidad, empatía sobre los toros y un desconocimiento escandaloso, bochornoso e ignominioso sobre la auténtica tortura que sufren esos indefensos mamíferos en un ruedo inundado de crueldad, barbarie, sufrimiento, terror, miedo y estrés.

Todas esas personas que aún no han sido capaces de evolucionar -acorde con los tiempos y las ciencias formales, naturales y culturales- les guste o no, se encuentran, científicamente, emocionalmente y psicoevolutivamente en la misma posición en la que hace siglos se hallaban aquellas que defendían la quema de seres humanos en plaza pública, consideraban necesaria la pena de muerte, admitían la necesidad de la esclavitud, estimaban como justo y legal mantener a la mitad de la población relegada del ámbito público, esclavizada en el ámbito privado, y sin derecho a sufragio…

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