Enric Vivanco Fontquerni

La felicidad del bobo

Vivir en el engaño es el sueño de la política actual. Toda la infinidad de cargos ligados a los portavoces de los partidos políticos, instituciones, y gobiernos, conforman una urdimbre que fabrican constantemente falsedades infinitas, sin excepción. Lo más fácil es tener las tragaderas suficientes y no cuestionar todo el estiércol que van echando, de esta forma se vive la mar de feliz. En el Principat, el independentismo de los partidos políticos, e instituciones oficiales, o privadas, lo han dejado tirado sin la menor contemplación. En la Plaça de Sant Jaume, en Barcelona, el único color que predomina en la actualidad en ambos lados es el de los billetes. Desde el franquismo, el totalitarismo político de toda la plaza no tiene parangón. El 155, ha triunfado, y gobierna al son del empresariado que se marchó, ya que ellos son los únicos dueños del destino de nuestra desdichada Nación. Solo hay que observar cómo saludaba efusivamente, uno de los prebostes de los patrones, al antiguo ministro de Salud, que dejó el cargo en plena pandemia. Un elemento que siempre ha vivido alrededor de la corrupción, un trepa inútil que le han regalado el puesto. El españolismo domina de forma total el entorno, como nunca jamás. Se ha llegado a esta situación porque un partido político que en las próximas elecciones, será meramente testimonial, cuyos cargos se irán adaptando hacia nuevas oportunidades, ya que los maestros consumados son los de Iniciativa. Un portento de vivir de forma ignominiosa sin el menor escrúpulo. Ni de izquierdas, ni ecologistas, ni feministas, ya que la solución que ofrecen es que las mujeres se prostituyan, o vendan su sangre. Si ponemos la lupa en el saltimbanqui de Waterloo, la última hazaña, hay que ser muy memo para no saber que estuvo todo milimétricamente programado. ¿A quién del Gobierno colonial, le intensaba pescar al susodicho personaje? Òmnium Cultural, se ha convertido en un estorbo de gente misionera que al final prefieren que se hable urdu, al catalán, y regalan premios a autores que serán conocidos en el próximo milenio. En cuanto a la joya de la corona, la ANC, que se dedica a ofrecer trabajo, y vender camisetas, no hacen nada de provecho, ya que tienen entretenidos a unas pobres personas sin el menor criterio político que solo les mueve la fe en la independencia y los utilizan de forma miserable. Según su juicio ya somos independientes desde hace 300 años. Están dirigidos por los propios partidos políticos, y tienen a un Secretariado, escogido a dedo por los respectivos partidos, lleno de inútiles indocumentados, que no tienen ni idea de lo que pasa por el mundo, ni en su propia casa. Son realmente un peligro público para el independentismo. Son expertos en diseñar camisetas y poca cosa más. La estupidez al final se convierte en el mejor aliado que tiene el españolismo. Esta es la situación en la que se vive en Catalunya en la actualidad. Finalmente queda la CUP, que su gran aspiración es presentarse a las próximas elecciones al Parlamento Europeo, quiere ser como los demás, con un lenguaje tronado, que me gustaría que pusieran tres ejemplos de Estados de la ONU, que practiquen lo que proclaman. Es un potaje indigesto en cuanto a lo social, que a nadie le interesa. Está todo por hacer, no esperen nada de nosotros, que no sea otra cosa que acatamiento. Cuanta más sumisión, florece la política que desea la decencia. O sea, mucho mejor.

Atentamente.

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