José Martín Alustiza Madinabeitia

La Hacienda Foral cerca de usted

Es una fechoría que llevaron a cabo durante los gobiernos de UPN, pero no entiendo que el Gobierno del cuatripartito no haya corregido éste despropósito.

Normalmente entrego los diferentes impresos de las diversas declaraciones trimestrales, anuales, etc. en la oficina que la Hacienda Foral tiene en la calle Esquiroz porque es el que tengo mas cerca de mi domicilio, pero suponía que habría otros centros de recepción de declaraciones.

El 23 de abril, último día de entregar la declaración del IVA del primer trimestre, como me encontraba en la Plaza del Castillo me acerqué al nuevo e inmenso edificio de la Hacienda Foral en la calle Cortes de Navarra para depositar la declaración correspondiente.

Cual es mi asombro cuando me entero que allí no recogen las declaraciones, que desde hace muchos años todo Pamplona tiene que trasladarse para entregarlas a las dependencias de la Hacienda Foral en la mencionada calle Esquiroz.

Repito que a mi particularmente no me causa ninguna molestia, pero no me cabe en la cabeza que todos los contribuyentes del Casco Viejo, I y II Ensanches, Rotxapea, Txantrea, etc. se tengan que desplazar hasta la calle Esquiroz para entregar sus declaraciones. No será por la facilidad de aparcamiento con que cuenta, ya que en todo el barrio no hay aparcamiento públicos ni privados y los de superficie están saturados. Me parece una auténtica fechoría, una desconsideración y una tomadura de pelo hacia los contribuyentes de las zonas mencionadas.

Ya sé que en la actualidad la mayoría de las declaraciones se efectúan por vía telemática, pero como en mi caso, supongo que habrá un buen número de pequeños comerciantes y personas mayores que seguimos utilizando la declaración en papel impreso.

Quizás el obligar a desplazarse lejos de su domicilio o negocio, sea una forma de disuadir a seguir utilizando éste soporte, como también forma parte de esa estrategia no enviar los impresos de las declaraciones al domicilio del contribuyente como se hacía antes, pero no se dan cuenta que, precisamente, perjudican a las personas a las que las nuevas tecnologías nos ha pillado ya un poco mayores.

Es una fechoría que llevaron a cabo durante los gobiernos de UPN, pero no entiendo, por una parte, que el Gobierno del cuatripartito no haya corregido éste despropósito, y por otra, que los propios contribuyentes afectados no hayan alzado su voz en protesta por la molesta situación que les han creado.

Lo chocante es que recoger las declaraciones en el flamante edificio de la central de la Hacienda Foral no tiene ningún coste añadido, desde el mostrador donde los mismos funcionarios (y personal de seguridad) que atienden la recepción al citado edificio podrían hacerlo. Unicamente necesitan un sello de entrada con un fechador.

Si como reza el eslogan, Hacienda somos todos, desde éste departamento también se deberían preocupar de acercar sus servicios al ciudadano, y así el eslogan se podría completar con «Hacienda somos todos y estamos cerca de usted».

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