Jesús Arbizu y Juan del Barrio
Compañía de las tres R

La implantación del SDDR, un triunfo del ecologismo

Más de 130 entidades de la sociedad civil, entre ellas, las organizaciones ambientalistas del estado, preocupados por el incumplimiento de los objetivos de recuperación de envases exigidos por las Directivas Europeas, solicitaron al Ministerio para la Transición Ecológica su normalización. Como consecuencia de esa petición, el Ministerio decidió establecer la metodología para el cálculo de la recogida separada y el porcentaje de recogida de las botellas de plástico de un solo uso de menos de tres litros.

Siguiendo el criterio europeo, la normativa estatal de recogida de este tipo de envases establece que, se ha de implantar en el plazo de dos años un sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR) para estos envases, en el caso de que no se cumplan los objetivos marcados. El Real Decreto de envases y residuos de envases, amplía la implantación de dicho sistema a las latas y envases de cartón de bebidas.

Contradiciendo a Ecoembes que gestiona esos envases a través del contenedor amarillo y que aseguraba que se reciclaban el 73, 4% de los se ponían en el mercado, los datos aportados por el Ministerio para la Transición Ecológica son esclarecedores: España recogió en el año 2023 para el reciclaje el 43, 1% de las botellas de plástico puestas en el mercado, cuando la cifra exigida para ese año era del 70%. Este incumplimiento ha impulsado el nuevo sistema SDDR por parte del Ministerio, desestimando los datos de Ecoembes que durante años nos ha estado engañando en su beneficio.

En nuestra Comunidad, siete asociaciones ambientalistas, entre ellas la Compañía de las Tres Erres, impugnamos los datos de recogida de envases del año 2021, que el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra aportó al Ministerio y a la UE y que estaban basados en los facilitados por Ecoembes. Todavía estamos esperando respuesta a esa impugnación que realizamos en diciembre de 2022.

El sistema SDDR es muy sencillo: Tu pagas un precio por el envase y cuando lo devuelves te retornan el precio que antes habías pagado por él. Así a cambio de un pequeño reembolso para los consumidores, la botella de plástico de hasta 3 litros vuelve a la cadena de producción fomentando la recogida separada. A la vez, se reduce la cantidad de residuos que terminan en los océanos, vertederos o incinerados, abriendo aquí también un ciclo de reciclaje de materiales que ya está funcionando en toda Europa.

¿En que afecta la decisión del Ministerio de implantar el sistema SDDR a la planta de separación de envases que la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona (MCP) está construyendo en Imarcoain?

Esa planta se diseñó priorizando soluciones tecnológicas al reciclado de los residuos, sin tener en cuenta lo que se está haciendo y se hará en Europa en el futuro; que sea la ciudadanía quien separando adecuadamente sus residuos eviten las costosísimas plantas como la de Imarcoain.

Con la aplicación del SDDR en Navarra, no llegarán a la planta de Inmarcoain la mayor parte de los envases citados anteriormente, aspecto que la MCP no tenía previsto al diseñarla y cuyo resultando es una planta hiperdimensionada que debiera ser recalculada por razones ambientales, energéticas y económicas.

En varias ocasiones, desde la Compañía de las Tres Erres hicimos llegar a la MCP la necesidad de incidir en el buen tratamiento de los residuos por parte de la ciudadanía y no confiarlo todo en la tecnología. Planteamos a la MCP que no iniciase las obras de la nueva planta de envases hasta que no se aclarase el desarrollo del SDDR.

Actualmente la MCP dispone de una planta de separación de envases en Góngora, que cubre las necesidades de manera holgada a juicio del Gobierno de Navarra. Además, reconoce la gran capacidad de separación del conjunto de las plantas de éstas características instaladas en Navarra. La planta de envases de Góngora (no el vertedero), según el convenio entre el Ayuntamiento del Valle de Aranguren y la MCP, podría estar en funcionamiento cinco años después de la clausura de la zona de vertido.

Pero, aparte de la aplicación del SDDR en Navarra, el problema actual más grave que tiene la MCP, es el destino del residuo considerado rechazo, resultado de los diversos tratamientos que se efectuarán en Imarcoain y que pueden rondar las 40.000 toneladas anuales. Para este rechazo las posibles opciones son: Seguir enterrando ilegalmente en Góngora debido al incumplimiento del convenio. Incinerarlos fuera de Navarra al ser ilegal hacerlo en nuestra Comunidad, de acuerdo a la Ley de Residuos de Navarra. O bien enterrarlos en los vertederos de Cárcar o Tudela.

Otra opción para el rechazo, sería seguir enterrándolo en un nuevo espacio de vertido, con los problemas que podría provocar su elección en la zona elegida. De estimarse esta decisión, el tamaño de ese espacio podría ser mínimo si se cumplen los objetivos de recuperación de materiales establecidos por las Directivas Europeas. La inversión necesaria podría proceder de la paralización de la nueva planta de separación de envases en la planta de Imarcoain.

Llama mucho también la atención que la MCP no haya dicho nada públicamente sobre qué va a hacer con la fracción rechazo, pero, además, y lo tenemos que decir bien alto, nos han querido «vender» la idea de que con la planta de Imarcoain no iba a haber fracción rechazo, llegando al residuo cero, cuestión absolutamente imposible.

La gestión de los residuos municipales es uno de los sectores clave de la política ambiental municipal y también a donde se dedican gran cantidad de recursos humanos y económicos. Por este motivo, para alcanzar cada vez mejores resultados en prevención y recogida selectiva, es imprescindible un laborioso trabajo de educación, y además, máxima transparencia e información por parte de las diversas instituciones y organismos, con el posterior debate en la sociedad.

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