Tomás Urzainqui Mina
Jurista e historiador

La negación de los Fueros ayer y hoy

Los derechos y libertades de una sociedad conquistada, como lo son los Fueros soberanos de la navarra, no serán respetados ni reconocidos por los miembros de la sociedad conquistadora, ni tampoco por los opositores internos de la misma, que actúan en este tema al unísono con los divinamente privilegiados del «estatus», ya que todos ellos parten de la negación de la realidad, la de la existencia de la sociedad subordinada por la conquista continuada que practican.

¿A qué se debe la falta de independencia que padece nuestra sociedad? La respuesta cierta es a la conquista continuada a que está sometida a manos de España y Francia. Sin embargo, el conocimiento de que la sociedad civil está conquistada de forma continuada tiene el valor de descubrir cuál es la causa de los efectos restrictivos para la libertad y el ejercicio de los derechos civiles y políticos propios de la sociedad dominada. Uno de dichos efectos es la partición y desunión de la sociedad civil conquistada, siguiendo el principio de «divide y someterás».

La realidad de Navarra, estado y nación europea que actualmente padece la conquista continuada a manos de dos estados vecinos, así como la persistentemente efectuada a través del refuerzo que les supone la colaboración de sus respectivas igle- sias católicas nacionales. Navarra padece el fraccionamiento y la división, de su sociedad y de su territorio, mediante fronteras impuestas, en diferentes provincias, departamentos, comunidades, regiones, diócesis, comarcas y estados, realizadas y planificadas por sus conquistadores. Yace también bajo la conquista mental, y la negación, a través de la sustitución educativa, mediática y lingü.stica. La sociedad navarra no ha cesado en su resistencia a la subordinación, individual y colectiva, a la minoración jurídica, a la suplantación estatal, al lingüicidio del euskera y al expolio económico. La sociedad de la Navarra entera se esfuerza por recuperar la libertad, legalidad, legitimidad, igualdad, unidad territorial, justicia, euskera, economía, así como los derechos civiles y políticos de la ciudadanía.

Las continuas conquistas y sus efectos sobre los Fueros e independencia de la sociedad navarra se concretan en la realidad objetiva de los siguientes hechos:

–Invasiones de partes del territorio navarro de 1175 a 1620; ocupación de la Navarra peninsular 1512-1841 y de la continental 1620-1789; seguidas de la conquista continuada hasta hoy.

–El Gobierno (Diputación) mediatizado en 1927 por la dictadura de Primo de Rivera, censura de prensa, represión, sin libertades ni derechos democráticos.

–Genocidio de 1936-39 mediante golpe fascista, militarismo-carlismofalangismo, cuyos efectos continúan hoy.
–2014, a Navarra le roba todo dios, para que continúe conquistada y sometida.

La clave de la dominación está precisamente en el engaño del pacto. De ahí que sea tan importante el conocimiento del gigantesco fraude político que es el llamado «régimen foral». Mientras a Catalunya le niegan la aprobación de nuevos Estatutos Políticos, a la Navarra reducida la quieren adormecer, para que no se dé cuenta de que se halla privada de sus derechos y libertades, dándole la pócima del amejoramiento y convenio, falsamente «pactados». Desentrañar los nexos ideológicos del camuflaje con el que el poder autoritario en Navarra se ha ido instalando a lo largo del tiempo es un esfuerzo que resulta imprescindible para conocer a quienes guían la partida actual y su responsabilidad en la trágica situación que padecen los navarros y navarras.

La llamada transición en Navarra es un eslabón más de la cadena, un escalón, en el proceso anulador de las libertades de la sociedad navarra. Ya en los setenta de la pasada centuria el partido único franquista, el «Movimiento Nacional» sucesor de la «Unión Patriótica», del dictador Miguel Primo de Rivera, intentó por todos los medios, acabar con el poder de una Diputación Foral que a pesar de todo les resultaba a su mentalidad unionista excesivamente navarra. En el Consejo Provincial del Movimiento Nacional, en cuya secretaría estaban los padres de los futuros dirigentes del PSN y UPN, decidieron excluir de la Diputación a diputados «no adictos al régimen». Así, el gobernador franquista Ruiz de la Gordoa les impidió con diversas artimañas presentarse a las elecciones a diputados forales, que debido a la muerte de Franco iban a convertirse en los de la transición al actual régimen.

En las primeras elecciones generales de junio de 1977 hubo un intento, apoyado por Gutiérrez Mellado, de que la UCD de Suárez entrara en Navarra de la mano de los exdiputados forales Urmeneta y Ezponda, pero el aparato del Movimiento lo impidió, con el apoyo de Del Burgo y Aizpún, este último descendiente de los creadores de Unión Navarra sucesores de la anteriormente citada Unión Patriótica española. Por otro lado, el unionismo del Consejo del Movimiento Nacional español tenía preparadas a las personas que habían de hacerse con el PSOE y con UCD en Navarra. Las últimas pruebas de la actual negación de los Fueros de la soberanía navarra se hallan en las declaraciones ante el juez del expresidente Miguel Sanz a raíz del expolio de la CAN, así como en las recientes sentencias del Tribunal Constitucional español de junio de 2014 contra leyes del Parlamento de Navarra, que dejan clara constancia del significado que España da a los Fueros navarros: no son para ellos más que meros adornos retóricos, en concreto «cláusulas formales o de estilo».

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