Ander Jiménez Cava
Músico

La noble villa vagonera

En el transcurso de un paseo matutino, he reflexionado algunas cuestiones que atañen a mi municipio: la noble villa vagonera de Beasain.

En la portería, barrio históricamente ligado a la clase obrera, están construyendo un ascensor que permitirá a los viandantes subir a la parte alta del barrio, sin más esfuerzo que apretar el botón. No importa que subiendo por la calle de arriba la cuesta sea tan gradual que es casi imperceptible. Si no pudieses subir por ahí tampoco podrías caminar por la calle, por lo tanto la excusa de la movilidad con la que justifican el gasto de medio millón de euros es una farsa. Esto se sabe pero nadie lo dice, hay que aparentar que somos gente seria, parte de una sociedad moderna y progresista, hay que aparentar que esto es Política. El proyecto de este ascensor fue aprobado en una reunión de vecinos impulsada por el gobierno de EH Bildu. Menos mal que decidieron eso y no matar a la vecina del cuarto, porque llevar la democracia al pueblo tiene sus consecuencias. Al menos proyectamos nuestro odio en asuntos superficiales que discutir con mucho apasionamiento, gracias al espíritu cívico y a la corrección política. ¿Pero qué pasa si situamos siempre la estupidez en el centro del debate político? ¿Qué pasa si cambiamos la reflexión por la imagen pública que queremos dar para reforzar nuestro ego? Desapareció la ética, que es el barro que construye al homo sapiens. Porque la ideología hoy es una tribu urbana, y los partidos políticos equipos de fútbol.

También están recolectando firmas para no peatonalizar una calle. Sí, han leído bien. La cuestión es que por las mañanas cuando llevamos a los críos al colegio, muchas veces queremos sacar dinero y esa es la zona de los bancos, y claro, hay que dar toda la vuelta al pueblo si queremos llegar hasta ahí en coche… O sea, no me importa la bonita plaza en la que se podría convertir ese cruce, no me importa que mis hijos respiren mierda mientras aprenden en el colegio de curas que la quema de combustibles fósiles es lo que provoca el cambio climático, porque ahí no enseñan espiritualidad, ahí nos golpeaban (Fazo, Juan Ramón, Don Joaquín, no me olvido, cabrones). En fin, que el pueblo se moviliza para asuntos importantes. Están recogiendo firmas en la panadería Gariona ¿No has ido todavía? Corre a firmar, gilipollas.

Siempre me ha parecido que la escultura de la avenida de Navarra, llamada “el hilo de la evolución” y en la que un trozo de hierro en forma de «U» une dos extremos en los que están representados un hombre y una mula de carga, era completamente absurda. Pero ahora veo que no. De hecho creo que la escultora en cuestión ha sido demasiado generosa, porque a juzgar por la actitud repugnante de muchos hombres, padres de familia… el día de las comidas de empresa, con camareras que trabajaban y niñas que iban por ahí, venimos directamente del cerdo. El problema es que del cerdo se aprovecha todo, y de esa gentuza no se puede aprovechar el cerebro. Cerdos 1 – Humanos 0.

En esas amigables y desenfadadas comidas de empresa. Muchos trabajadores se tienen que tragar el orgullo y hacer (o fingir hacer) buenas migas con el jefe o el encargado de turno, responsables de que muchos de ellos estén explotados y con la soga al cuello, cogiendo bajas por depresión (o pidiendo el finiquito para no tener que cogerla), obsesionados con sus problemas laborales durante todo el día, porque no se puede aguantar el ritmo de trabajo, no sólo por el esfuerzo, sino también porque responsabilizan al obrero de las posibles pérdidas que pueda tener la empresa, aunque lo realmente grave es que esos jefes estén perdiendo la dignidad, la humanidad, en cada orden, en cada ¿puedes venir este sábado?, y todo con la excusa de la motivación, del compromiso, y de que en esta empresa somos una familia. No me extrañaría que trataran a su familia de la misma forma miserable.

Abdullah es el senegalés que te vende el sombrero de payaso en las fiestas patronales, él tiene nuestra edad, pero le tocó nacer en un entorno bastante más jodido en cuanto a necesidades básicas se refiere. Arriesgó la vida para venir a este puto pueblo. Le sonreímos y mostramos conmiseración comprándole algo. Pero debido a las diferencias culturales y sociales no somos capaces de tenderle una mano de verdad. Me parece imposible generar un vínculo real. Me jode mucho esa incapacidad que tengo. Me jode que jamás podrá ser de la cuadrilla. Y también me jode oír a la gente que insinúa que cobra ayudas de forma fraudulenta sin mostrar ninguna prueba, y sin mostrar compasión, que es mucho peor. A veces es difícil abrir la mente sin que se nos caiga el cerebro, pero más difícil es abrir el corazón.

Mientras tanto los izquierdistas, los que supuestamente podrían tener buenas ideas para mejorar en algo esta maldita organización social, están ocupados compitiendo en la universidad, hilando finas teorías que les permitan acceder a un cargo en la institución académica y portar los laureles de la sabiduría, para lucirlos como un pavo ante los vecinos y los amigos de la familia. El soporte de esa universidad, por cierto, lo paga la Paqui fregando escaleras. Pero lo que ella tiene que soportar a nadie le importa. Porque cada uno mira por su propio culo por mucho que la mierda de todos huela igual.

Siento todo esto, pero me tenía que desahogar. Reconforta el hecho de saber que en este pueblo hay gente que se cuida, y en cada centímetro de piel están hechos de puro cariño. Que se preocupan por ti, y que darían todo, incluso lo que no tienen, porque saben que en el fondo todos somos muy vulnerables, y que sin el que está al lado, acompañándote en tu tiempo y en tu espacio, nada tendría sentido. Así que cuando te cruces con alguien no te limites a un protocolario saludo, habla con esa persona aunque sean sólo dos minutos y mírale a los ojos. Igual quiere hablar contigo mientras tú miras tu móvil.

Bilatu