Iulen Lizaso

La realidad indiscutida

Siendo catedrático de Bioquímica y Biólogo Molecular de la UPV/EHU, pienso que se dedica a la docencia e investigación.                                                  

Que una persona instruida por su formación, cultivada en el trato diario con estudiantes y colegas como es Félix M. Goñi, llegara a turbarme hasta el sobresalto por el tono despectivo -propio de personas autoritarias, fanáticas y dogmáticas más que académicas- que ha empleado en su contestación del martes 28 en la prensa de Vocento, al escrito de opinión de Juan Manuel de Prada: «La ciencia sin método científico», nos dice que hoy todo está desatado.

Cuando juzga, sentencia y asegura: «Sr. de Prada, pesarán sobre su conciencia las muertes de las personas que por su culpa no han sido vacunadas», deduzco que culpa al Sr. de Prada por haber influido en lectores para no vacunarse y a consecuencia de ello haber fallecido. Y ¿cómo saben que esa la causa, si una de las singularidades desde que se empezó a desatarse la estadística de excesos de muerte, es la falta de autopsias en este país?

Pienso que JM de Prada, así como renombrados científicos y hoy hasta la EMA, podrían darle la vuelta a su frase y pasar a culpar de esas muertes a quienes «Con su influencia hicieron que millones de ciudadanos se vacunaran sin el trámite del consentimiento informado y sufrieran consecuencias adversas».

La efectividad de una u otra depende del alcance mediático que se les dé. No hay duda de que se acercará más a la realidad «virtual» la frase de mayor difusión. Aunque indiscutida es la que se le hará verdad..., la otra fake oficial.
 
Lo escrito hasta aquí fue censurado por 33 periódicos de prensa escrita incluido Diario Vasco emisor del artículo del Sr Goñi. También 7 periódicos digitales lo censuraron excepto IEN y Siglo XXI. Así consiguen alienar y adoctrinar a esa gran mayoría desidiosa, muchos de ellos fanáticos irreversibles de ese sistema.

La diferencia final está en que, dentro de ese exceso de muertes relativas a otros años sin inoculaciones masivas, el hecho incuestionable son las esquelas de esos periódicos; la bajada de la edad media de personas fallecidas. Y siendo que la mayoría del país ha sido vacunada, se deduce que ese exceso de muertes es de personas inoculadas…...Así, ¿a quien hay que culpar Sr Goñi?

J.Mª Ruíz Soroa se reafirma en DV con el Sr. Goñi: «Critica feroz y merecida al atrevido indocumentado J.M de Prada, que se permite opinar sobre vacunas», cabe preguntarle: ¿forzosamente sabe más de vacunas una persona con todas las titulaciones del Sr Goñi, que una persona no titulada que se ha interesado y aplicado en estudiarlas y conocer su evolución y lo que de ellas conocemos como solución, no forzosamente por canales médicos ni de revistas científicas «bienpagas»? ¿Qué vale más, la creencia en la «Ciencia sin método científico» (como tituló el indocumentado) o conocer experiencias, la realidad indiscutida?

Si el Sr de Prada sabe de esto, seguro que les invita a un debate abierto con referencias históricas, datos estadísticos pasados y actuales sobre la mesa. La pelota queda en el tejado de los académicos; que cada parte elija su «botillero».

Uno de los puntos psicoestratégicos de la Agenda Global es, insistir en crear crispación emocional en la sociedad con actuaciones legales absurdas hasta contradictorias. De tres años para aquí, la confrontación social derivada de ello, han causado gran deterioro relacional, muy agravado en el ámbito familiar hasta la enemistad de padres e hijos y hermanos entre sí. «La confrontación ha entrado en nuestra casa para quedarse como un okupa», leía en un artículo.

Un ejemplo es el hecho flagrante de confrontación para «matarnos» entre nosotros, por la impunidad de quien la ocupa y la dificultad para recuperar una vivienda en uso, usurpada con «derecho a estancia» a ciudadanos con el solo derecho a sufrir de impotencia. Derecho a ocupar sí pero a costa de quebrantar voluntades, causar daños y perjuicios a sus legítimos dueños... es incompresible.

La policía actuando con contundencia haciendo uso de armas de fuego y violencia contra «okupas» de una plaza pública en Ferraz, y no puede o no quieren que actúen en desocupar okupas reales de una vivienda particular.

«Al okupa será difícil echarlo. Se han empeñado en enfrentarnos a todos: mujeres contra hombres, trabajadores contra empresarios, pobres contra ricos, creyentes, laicos, comunidades, lenguas, grupos sociales, banderas... Nos hemos acobardado y al final, nos quedaremos agazapados debajo del okupa al que tendremos que pagarle y ponerle la mesa, la cena y el mantel, y todo por no habernos atrevido a enfrentarnos a tiempo», concluye el articulista.

Hoy el hecho más flagrante de confrontación social, -van consiguiendo que se asuma cada vez con mayor naturalidad a pesar de la criminal brutalidad hasta lo inconcebible- es el de la destrucción de Gaza. Coincido con Carlos Arteaga en su artículo: “Ataque esperado” cuando de sus palabras deduzco que el principal enemigo del gobierno sionista no es Hamás, sino el pueblo palestino, ya que según The New York Times, Israel conocía los planes del atentado con mucha antelación. El silencio cínico de Occidente bate récord de incomprensión

Volviendo al tema, me gustaría coincidir a la hora de señalar al gobierno del Estado, como el okupa mayor, por su afán de intromisión en cada vez más aspectos de nuestra vida privada, hasta el límite de allanar nuestra intimidad y derecho a la autogestión de la salud, al obligarnos a ceder (sin consultar con nadie ni garantía de nada) nuestra soberanía sanitaria a un organismo internacional (OMS) subvencionado al 85% por corporaciones mercantiles con afán de lucro y sin moral al uso, que pasaría de orientar a ejecutar…, y ocupar.

Trasiego de poderes soberanos pertenecientes al pueblo, como el previsto firmar en primavera-2024, tras dos años negociando con sigilo la modificación del Reglamento Sanitario Internacional (RSI) de 2005 de manera indiscutida.

Para contrarrestar esta pretensión a favor de la dictadura sanitaria de la OMS, ya se escuchan voces discordantes como la del presidente de Eslovaquia; una iniciativa cívico-judicial (Iustitia Europa) ha presentado enmiendas al RSI y Tratado de Pandemias; también se ha creado un movimiento a contracorriente, no para volver a la «normalidad» médica conocida, sí para hacer irreversible el apoyo a la plataforma médica internacional que ya tiene 17.000 adscritos.

Lo más grave es que, a pesar de que se viene escribiendo sobre ello desde hace tres años, a tenor de la falta de oposición política, sindical y social, al no habernos atrevido a enfrentarnos ni siquiera a opinar entre nosotros, tiene visos de hacerse realidad. Tendremos lo que trabajemos…, aún hay tiempo.

«No tendrás nada, pero serás feliz» es el mantra de quienes se creen con poder para incluso situarse en el lugar de Dios y decidir por nuestra existencia presente y futura. Lo logran parcialmente en el plazo inmediato, pues su hacer es comparable al de una presa que ha reventado, y que en su vaciarse de lodos y cieno, va arrastrando masas humanas que generosamente entregan su vida a la «ciencia» médica, como consecuencia de quienes a causa de su codicia extrema y en su apuesta final van dando cauce y curso a una agenda mortal.

Ni unos ni otros volverán a ver, cómo el río, al recobrar su cauce amable y memoria renovada en su lecho, se deja acompañar por una humanidad más amigable. Pero no caigamos de nuevo en el error de crear clases, ni de casta, ni de género, ni económica, ni de raza, ni de poder, ya que... «el bosque humano volvería a ser muy triste si solo cantasen los pájaros que mejor lo hacen».

Reivindicamos el derecho a tener éxito a la hora de recuperar la dignidad perdida en los últimos años… y ya renace. No para volver a la «normalidad» social conocida, sí en favor de una vida y existencia en igualdad, como mínimo, de oportunidades, derecho de expresión y difusión, perdidas ante la prensa endiablada, pues: «Hay algo peor que el fracaso… el no haber intentado nada».

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