Iolanda Formoso
Cocinera, delegada de LAB

La receta del escándalo

Es notable que el Departamento de Educación y sus responsables, Cristina Uriarte, Olatz Garamendi, han usado los ingredientes equivocados si perseguían obtener un final de calidad.

De todas es sabido que cuando se quiere elaborar un buen alimento se debe contar con ingredientes de primera calidad. El resultado final nos dirá mucho sobre los elementos utilizados en esta elaboración.

Utilizaré ésta introducción con el objetivo de recrear este artículo con la alimentación, la cual viene estando presente en nuestra cotidianidad con, cada vez, más fuerza, y porque ésta tiene relación directa con comedores escolares qué donde trabajo y que lo que voy a escribir.

Comedores escolares, en torno a los cuales se está creando un efecto mariposa que no tardará en traer a nuestro entorno un terremoto social que, estoy segura, implicará un cambio notable en la percepción de estos comedores. Ya se empiezan a oír conceptos como espacio educativo, soberanía alimentaria, sostenibilidad, educadoras, construir cocinas, empleo público y digno, acabar con la mercantilización de personas…

Está claro que los ingredientes utilizados para su concepción son de «primera calidad»: sensibilización, trabajo, compartir conocimiento, construir alianzas, luchar por todo ello.

Pero, ¿y sí hablamos de los ingredientes utilizados por otros? ¿Por ejemplo, por el departamento de educación? ¿Cuales han sido? ¿Y qué resultado han dado en el producto final de su propia receta?

¿Por donde empezar? Tal vez por el fraude cometido por las empresas de catering durante más de 10 años, que ha supuesto un perjuicio a familias y trabajadoras de más de 70 millones de euros y la puesta en marcha de la comisión de investigación. O por la comisión de comedores puesta en marcha por el mismo departamento en diciembre de 2017, de la cual emanó una decisión unilateral tan conflictiva que el propio Departamento se ha visto obligado a retirar.

La primera se puso en marcha después del escándalo suscitado por la resolución de la Agencia Vasca de la Competencia que recoge que existieron acuerdos entre empresas privadas de catering para concertar precios. Esta comisión fue rechazada indirectamente por PNV y PSOE (responsables del Departamento de Educación durante aquel periodo) demostrando falta de compromiso hacia el resto de nosotras, cuando se estaba hablando de un mal uso de dinero público.

En cuanto a la comisión de comedores, tiene su origen en una instancia del parlamento con fecha 3 de marzo 2016, que pedía una mesa de trabajo para analizar el sistema de los comedores y su posible amejoramiento. Pero que su puesta en marcha data de diciembre 2017, más de un año de retraso y casualmente después del escándalo de la aparición pública de la resolución de la agencia vasca de la competencia.

El resultado: 10 reuniones consultativas, sin ninguna posibilidad de trabajar, y una decisión tomada de forma unilateral sobre un cambio de gestión en los comedores que determina que las trabajadoras somos objetos, nos utilizan como herramienta de chantaje, enciende nuestro enfado al sentirnos víctimas directas (así como también lo somos del fraude económico), que hace que el Departamento tenga que dejar sin efecto su decisión.

Es notable que el Departamento de Educación y sus responsables, Cristina Uriarte, Olatz Garamendi, han usado los ingredientes equivocados si perseguían obtener un final de calidad.

¿No se puede dejar de trabajar con falta de transparencia, irresponsabilidad, prepotencia, uso del personal como si fuéramos objetos, mercancía, con el único fin de que se siga sin cambiar nada? ¿De seguir alimentando empresas ya sancionadas por fraude? No lo sabemos muy bien, pero lo que si tenemos claro es que su fórmula les está llevando a crear la «receta del escándalo».

Escándalo con la comisión de comedores, ahora escándalo con las primeras conclusiones de la comisión de investigación que habla de responsabilidades políticas, técnicas y económicas. Que dice que no funcionaron los mecanismos de control, que designa como una de las responsables la viceconsejera, que a su vez fue la presidenta de la comisión de comedores.

Lo dicho, una receta que está haciendo que la indigestión vaya aumentando. Habrá que reflexionar sobre ello, desde luego los ingredientes no son los adecuados, pero me temo que quienes los manipulan, tampoco lo hacen con la seguridad requerida para ser un buen gestor público, ¿no?

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