Isidoro Berdié Bueno
Profesor en Ciencias de la Educación, Doctor en Historia y Doctor en Filología Inglesa

Lana, bakea, egia (trabajo, paz, verdad)

Con esto manifestaba el leitzarra, que había comunicación directa con la organización armada vasca, que había discrepancias y cosas que limar, en pro de esa paz por la que luchaban, y esa ética de comportamiento político y social, que cristalizaría en el triangulo o trípode ya citado de: Lana, bakea, egia.

Publicaba "Egin" en sus postrimerías, que ETA luchaba por la paz. ¿Quién averiguó si lo decía con base sólida o era mera ficción? El colectivo ya citado de "El Cuervo Negro", catalogado en la British Library de Londres, más tarde "El Zurriago Libertario", sí que lo comprobó y veamos si era cierto o no. Por aquel entonces, en la organización armada vasca se debatía cual debería ser el trípode que a modo de columnas de Hercules sustentara las bases de una nueva Euskal Herria. Hubo abundantes debates internos, dentro de la organización y en su entorno, así como en la izquierda abertzale, todo en el plano mas abierto de base social y asambleario. Uno de los ponentes importantes y de peso, «auctoritas» fue Patxi Zabaleta, miembro fundador de Herri Batasuna, procedente del colectivo HASI, que presidia Santiago Brouard, citando fuentes de "Egin". Zabaleta tuvo eco en diarios como "El Pais", "El Periódico de Aragón", etc., y en una de sus manifestaciones durante una larga entrevista en "El Pais", decía: «He conversado con ETA, pero en absoluto nos hemos dado besos». Con esto manifestaba el leitzarra, que había comunicación directa con la organización armada vasca, que había discrepancias y cosas que limar, en pro de esa paz por la que luchaban, y esa ética de comportamiento político y social, que cristalizaría en el triangulo o trípode ya citado de: Lana, bakea, egia.

La paz definitiva tendría lugar años mas tarde, tras un serio y responsable debate interno de todos los colectivos antes citados, y así sucedió a primeros del año 2017. La primera y más sincera felicitación procedió de este colectivo libertario que escribe y suscribe estas lineas.

El punto de inflexión para llegar a la paz, lo constituyó "La alternativa democrática", que a muchos débiles y zascandiles atemorizó, lo que muchos vimos como un importante paso hacia adelante. Porque a los libertarios, a la gente de base y mente abierta, la Alternativa Democrática no les da miedo, ni la temen, y no tenemos inconveniente en informarnos de todo aquéllo que sea actualidad. Insistimos, ni la tememos así ni aunque pesase cien kilos más. Porque cualquier manual, por pobre y mísero que sea, que los hay, viene a decir que las fronteras que durante años, décadas o centurias han separado tribus, reinos, naciones o imperios han sido siempre transitorias y efímeras, amén de meramente convencionales, fruto en cualquiera de los casos de una realidad y dinámica socio-económica, de un contexto cultural, ya interno ya externo, y que a veces se ha llegado a esa realidad pacíficamente (integración) y en otros casos de otro modo (anexión).

Mientras todo esto a nosotros no nos salpique, esos cambios no nos preocupan. Lo que los libertarios tenemos claro, y tan claro como las coplas de Jorge Manrique a la muerte de su padre, es que a todos esos vaivenes, a todos esos castillos de naipes, meramente accidentales hay una realidad, que en filosofía llamamos sustancia que en este caso es el hombre que es la que permanece, que ha superado todo, y sobrevivido a cenizas. Esa, solamente esa realidad es la que nos preocupa y que es objetivo y motivo de nuestra atención, y por supuesto dedicación.

No tenemos prejuicios ni vemos tabúes para informamos del contenido de la Alternativa Democrática (hecha por el hombre) como muy bien dejamos claro, y podemos también añadir que ni somos nostálgicos ni tampoco llorones como el moro Boabdil. No sufrimos por el cambio de fachadas ni por el color de su pintura; para gustos están los colores, aunque nosotros (así nos gustaría) los queremos todos juntos, para hacer la luz blanca, y a esto le llamamos asamblea, en lo que coincidimos plenamente con la izquierda abertzale. Lo que a nosotros realmente nos interesa del edificio es todo aquéllo que se cuece de puertas adentro, quienes viven ahí, el calor y color que desprende ese hogar.

Lo demás, como decía el viejo anarquista Juan, más conocido por «el Pelao», no es más que pomada. Porque tenga un nombre o tenga otro, una demarcación geográfica u otra, de una cosa todos deben estar seguros: los libertarios, por medio de la AIT, estaremos allí para colaborar en que las cosas funcionen. Y lo haremos con los mismos planteamientos que predicamos en cualquier punto del planeta, y llegado el caso del Universo, con una crítica constructiva, formando junto al trabajador, y criticando acervamente al vago, al chupóptero y al vividor.

El poder, eso como es norma de siempre en nosotros, se lo dejamos gustosamente a otros.

Ofertamos este esquema, por si alguien lo estima interesante y es una «alternativa» para el estudio y análisis de otras «Alternativas». Nosotros, con la mejor voluntad, cientificismo y asepsia, ahí lo dejamos. ¡Ah! Despreocupaos de los derechos de autor. Nuestra ilusión y meta estriba en que le sirva a alguien.

Ante un problema:

Reconocimiento de su existencia.

Definición del problema (un problema bien definido está medio resuelto).

Crear una primera solución al problema.

Presentación de la solución adoptada

Analizar dicha solición para mejorarla y optimizarla en un proceso continuo.

Evaluación y valoración de la solución que finalmente prevaleció.

Ejecución de la solución.

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