A la hora de gestionar y de tomar decisiones conviene tener claro qué asuntos son urgentes, los que requieren una atención inmediata y cuáles importantes, aquellos cuyas consecuencias, más a largo plazo, van a ser realmente graves. Es habitual que lo urgente se coma a lo importante si no se tiene cuidado, si no se gestiona bien. Y es lo que nos ha pasado con el cambio climático que, desgraciadamente, tras décadas siendo un tema importante ha pasado ya a ser asimismo urgente, muy urgente. De hecho, según las y los expertos ya queda poco margen de actuación. De ahí que resulte sorprendente que para el partido de la presidenta del Gobierno de Navarra, para el Partido Socialista de Navarra, el cambio climático no figure en ninguna de estas categorías. Al menos en sus objetivos para el nuevo curso político no aparecen acciones al respecto.

Sí que quieren avanzar en la construcción del Canal de Navarra, sin atender a otras alternativas más sostenibles, como podría ser la mejora de los actuales regadíos de la Ribera; prefieren seguir apostando por un agua a un alto coste. Sí que siguen empeñados en que avancen las obras del TAV porque, según palabras de su portavoz parlamentario, quieren «que Navarra esté conectada con el tren», que no se pierda esa oportunidad.

Y me surgen varias dudas, ¿oportunidad para qué? Si ya tenemos un tren caro que nos sitúa en Madrid en tres horas, ¿qué necesidad hay de continuar ese proyecto para reducir en media hora más el viaje? ¿Qué necesidad de invertir tantos millones en un transporte que no soluciona nuestras necesidades de movilidad sostenible? ¿Cómo es que no se utiliza ese dinero en mejorar el transporte de mercancías por tren (el TAV no puede hacerlo), en mejorar el transporte de viajeros a media distancia de forma sostenible? ¿Por qué ese empeño en esos viejos proyectos de Unión del Pueblo Navarro? Y otra, ¿tendrá razón UPN cuando ve al PSN como partido con el que no le sería tan difícil llegar a acuerdos de gobierno? Pero, sobre todo, ¿por qué no les preocupa el cambio climático en una situación como la actual en la que se ha convertido en un problema urgentísimo y que sigue siendo muy importante? ¿Por qué no han planteado objetivos claros relacionados con la lucha contra el mismo, con la mitigación de sus efectos?

Durante la última legislatura se aprobó la Ley de Cambio Climático y Transición Energética de Navarra, muy mejorada gracias a las aportaciones de la sociedad civil que fue invitada al Parlamento de Navarra a exponerlas y que sus señorías tuvieron a bien incluir en cierta medida en la citada ley. Pero las leyes hay que llevarlas a la práctica. En los próximos Presupuestos Generales de Navarra veremos si realmente se dotan de fondos las actuaciones necesarias para ello o si todo se queda en un lavado de cara, en un «greenwashing» sin más consecuencias. Veremos si la falta de propuestas climáticas ha sido un lapsus del final de las vacaciones o si realmente este gobierno no tiene ningún interés en ellas.