Juan Mari Arregi

«Los hijos de puta» de Fernando Savater

Todo será por la bula que tiene el intelectual y escritor vasco, y por el «todo vale» contra ETA y la izquierda abertzale.

(Hace un mes, el 5 de febrero, Fernando Savater calificó de «hijos de puta» en su columna habitual en "El País" tanto a los militantes de ETA autores del atentado mortal contra Joseba Pagazartundua como a sus colaboradores y vecinos. Juan Mari Arregi se dirigió a la directora de "El País" con una breve carta que también trasladó a su Defensor del Lector. El medio no ha publicado la carta ni se ha dirigido a Juan Mari Arregi, tras lo cual ha escrito esta carta que publicamos en NAIZ).

Fernando Savater, filósofo y escritor donostiarra residente en Madrid, tiene al parecer bula para saltarse las normas de estilo de cualquier medio informativo siempre que sus ataques e insultos vayan dirigidos contra ETA y la izquierda abertzale. Tal vez lo más grave sea sin embargo que algunos medios informativos, como en este caso "El País", asuman esa bula y en consecuencia ese estilo cuartelero y faltón de Savater.

Así, el pasado 5 de febrero Fernando Savater escribió su columna habitual en la última página de "El País" titulada "Y seguimos" con motivo del aniversario del atentado mortal de ETA contra Joseba Pagazaurtundua.

Decía entre otras cosas lo siguiente: «El 8 de febrero de 2003 ETA asesinó en Andoain a Joseba Pagazaurtundua por ser buen socialista, buen policía, buen vasco y desde luego buen español, graves cargos en esas latitudes entonces y ahora. Digo que ETA le asesinó y no digo bien, porque ETA no es un fenómeno natural como un tsunami o la covid, aunque también tenga sus negacionistas. A Joseba le asesinó un determinado hijo de puta, por orden de otros hijos de puta con mando en plaza y gracias a la complicidad de varios hijos de puta vecinos suyos, todos criminales».

Añadía Savater «que me perdonen este calificativo las putas, que cuentan con mi simpatía, pero no quiero describirlos sino insultarlos. Conocemos los nombres de algunos de esos hijos de puta, faltan bastantes otros, quizás los más viles». Hasta aquí la parte sustancial del contenido de esa columna cuartelera.

Como se ha podido leer, repite hasta cuatro veces «hijo de puta» para calificar al autor del atentado, a quienes lo ordenaron y a algunos de sus vecinos.

El rotativo madrileño "El País", ¿permitiría a quien suscribe calificar como «hijos puta» a los condenados por actividades relacionadas con el GAL como José Barrionuevo, ministro de Interior, o Rafael Vera, secretario de Estado de Seguridad, o a sus responsables políticos como el Gobierno de Felipe Gonzalez, acusado de ser la X del GAL? ¿O llamar también «hijos de puta» a Enrique Rodriguez Galindo, general de la guardia civil o Julen Elgorriaga, ex gobernador civil de Gipuzkoa, condenados por el secuestro y muerte de los militantes de ETA, Lasa y Zabala? ¿En respuesta a esa columna cuartelera, me permitirían a mí calificar a Fernando Savater como un «hijo de puta»?

¿Es normal que no haya habido, entre tanto intelectual lector de "El País", quienes no hayan replicado y denunciado ese lenguaje cuartelero? Quien suscribe no solo no ha visto ninguna réplica dirigida a su directora. Ocurre que yo mismo he sido víctima del ocultamiento al respecto por parte del citado diario.

Al día siguiente de leer semejante columna, dirigí una breve carta a su directora criticando ese lenguaje cuartelero y faltón, trasladándolo también a su Defensor del Lector. Hasta hoy –y ya ha pasado un mes– no se ha publicado. Lo cual quiere decir que posiblemente haya habido otras personas que también se hayan quejado y replicado por esa columna, pero sus quejas no han sido publicadas, y por tanto fueron ocultadas.

Todo será por la bula que tiene el intelectual y escritor vasco, y por el «todo vale» contra ETA y la izquierda abertzale. Y así, por ese «todo vale» se fraguó la Triple A, Guerrilleros de Cristo Rey, el GAL y otros grupúsculos terroristas similares apoyados por los Gobiernos de turno de la derecha franquista y del PSOE de Felipe Gonzalez. Y por ese «todo vale» se ha recurrido a la tortura, secuestro y asesinato.

Para terminar y encuadrar a ese columnista cuartelero señalar que en estos últimos años pasó por activista de Basta Ya, ex político de UPyD con la Rosa Diez... En septiembre de 1977 –todo hay que decirlo– presidió sin embargo la mesa de presentación del proyecto EGIN en un cine popular de Madrid acompañado de dos de sus fundadores, Josu Barandika y yo mismo.

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