Josu Naberan
Escritor

Los maestros de ceremonias

En una crisis como ésta, crisis syndémica o multicrisis (sanitaria-económica-política-geoestratégica, climática, de la biosfera…), cada cual debe de estar en su puesto. ¿Cuál es el puesto en el que debería de estar el gobierno que dice representarnos?

Me refiero a los Maestros de Ceremonias de la actual pandemia plandémica. Si encendemos el noticiario del mediodía de la ETB, es fácil adivinar cuál será la noticia de entrada: la exposición de datos en bruto del supuesto bicho. Covid-19. Hablo de «bicho» para referirnos a un supuesto virus nuevo, que no ha sido aislado aún en ningún laboratorio. Y digo datos en bruto en referencia a los datos que se nos dan, en bruto, es decir, datos medidos con instrumento de medir (el PCR) no válido, «no específico para el Covid-19», según ha dicho desde un principio su creador mismo.

Es importante tenerlo en cuenta, puesto que los datos que nos transmiten los medios de difusión son datos siempre dudosos en sí mismos, tan elásticos como manipulables; en realidad ya fueron manipulados de cara a la últimas Elecciones de Cataluña y de la CAV, infringiendo el protocolo del confinamiento para que los votantes acudieran a las urnas. Hay que retener la memoria de los hechos.

Pues bien, el Telediario nos repite repetidamente la confusión diaria que transmiten de entradilla, siguiendo la versión única de los Medios de Desinformación. Pero el colmo de la insensatez es lo que viene a continuación: el «Informe de la Comisión LABI», junto a las imágenes acostumbradas de enfermos intubados y agujas inoculando vacunas. Mientras tanto, la Consejera de Salud pone su grado de alarma correspondiente. Y finalmente aparece indefectiblemente la imagen del Maestro de Ceremonias señor Urkullu.

No sé cómo lo vive el televidente que está leyendo este articulo, pero en esa ceremonia de la confusión diaria, al que suscribe le suele invadir una sensación de desazón y de hastío; y si no apaga la tele, una aversión pura y dura, no support, jasan ezina. No puede faltar el Maestro de Ceremonias indefectible, adusto, enfadado, irritado… no sé qué adjetivo se merece. Eso sí, siempre tan amenazante como ignorante. Lo de «ignorante» es, por supuesto, respecto al «bicho Covid-19». Por lo demás, al Lehendakari no se le puede pedir personalmente más nivel.

En cuanto a la expresión «Covid-19», inventado por la élite en 2019, no tiene más contenido que el de ser una etiqueta-pantalla para obviar todo debate sobre las causas reales de la enfermedad. No procede discutir sobre el por qué. Vamos, que al Sistema no le interesa plantear el por qué. El que está sobre aviso puede entenderlo fácilmente: el modo de producción capitalista desbocado ha sido y sigue siendo la causa de esta pandemia y de las que seguirán.

En cuanto al comentario que toca hacer, procuraré razonar con la cabeza fría, aunque sé que no lo voy a conseguir. Porque ya está bien!

Se supone que frente a una crisis tan seria, cada una de nosotras o nosotros debe de hacer lo que sabe o lo que puede. En cuanto a los peatones, antes que nada, no dejarnos engañar como paletos y bobos. Y en cuanto a los técnicos, sanitarios y políticos que conforman el LABI, es hora de que se apeen un poco siquiera, de la versión única sobre el tema; y que contrasten la verdad dogmática que le transmite el Sistema (OMS, Farmacéuticas y Elite del Capitalismo, de la mano).

Es hora ya de que nuestros gobernantes, elegidos (acaso) y pagados (eso sí) por todos los paganos, se desembaracen de la presión insufrible de las Compañías Privadas «Farma»: «hay que vacunar, vacunar y vacunar; vacunar a todos, vacunar a embarazadas, vacunar a adolescentes, vacunar a niños, a niñas, a todos y todas, y volver a vacunar»... con su marca de vacuna, por supuesto (al tanto, mercaderes!). Es el canto de una rana (o más bien sapo) interesado. Porque siendo Compañía Privada, su objetivo primero es el lucro ante todo; lo de la salud.., mejor si funciona, pero si no, allá cuidados!

En una crisis como ésta, crisis syndémica o multicrisis (sanitaria-económica-política-geoestratégica, climática, de la biosfera…), cada cual debe de estar en su puesto. ¿Cuál es el puesto en el que debería de estar el gobierno que dice representarnos?

Creo que la ciudadanía, al menos gran parte ella, desea más efectividad y menos ceremonias.

En primer lugar, la ciudadanía no quiere, no queremos, una Administración al servicio de las mafias de turno y sus tropelías múltiples. Léase la ya citada Compañía Farma insaciable; léase Iberdrola con su luz y su cruz de cada día, y sus horas-punta de negocio, enriqueciéndose siempre de los que menos tienen.

En fin, no queremos una administración pública, que vaya privatizando lo poco que queda de público; que regatee tres cuartos a los pensionistas y enflaquezca la cosa pública a base de restricciones, mientras hace negocios multimillonarios con la Banca y sus adláteres, siempre en base a intereses mutuos, y casi siempre referidos al «cemento» y obras colosales, más apropiados para autopropaganda y para espectáculo que para servicio a la población pagana. Creo que con eso al menos, los y las votantes estamos de acuerdo (la mayoría, claro). Otra cosa es que lo estemos a la hora de votar.

Pero pedimos más que eso, en este momento crucial. Quisiéramos que actúe de una vez en lo que puede y atañe: que ponga freno a toda desmesura: crecimientos insostenibles, sean atmosféricamente contaminantes, granjas insoportables agricultura intensiva ponzoñosa… ¿Puede o no puede hacerlo, señor Urkullu. Pues si es que puede, hágalo aquí y ahora, pues la situación no está como para esperar.

Y si no puede hacerlo, plantéeselo al menos. Le comprenderemos. Es muy difícil enfrentarse a esa Élite que es el que realmente manda aquí y en todas partes sobre todos los gobiernos, sin necesidad de ceremonia alguna. Pero nos tememos que el equipo del actual gobiernillo seguirá colaborando con dichas élites, a veces ostensiblemente, y siempre «a lo Ud. que mande».

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