Pablo Lorente Zapatería

Mancomunidad, ¿de la Ribera?

El cobrar dietas y algunos un sueldo, parece que es lo que les anima a pertenecer a la Mancomunidad de ¿La Ribera o de FC y C?

Estas últimas semanas se ha incrementado la polémica ante la sentencia del Tribunal Administrativo de Contratos Públicos de Navarra, sobre la «no adjudicación» de la privatización del servicio de limpieza para la mayoría de municipios que conforman la Mancomunidad de La Ribera. Es interesante ver que prácticamente todas las representaciones de grupos políticos con asiento en la Asamblea de la Mancomunidad están en una cosa de acuerdo: hay que seguir manteniendo la privatización de un servicio que se considera de interés público.

Las alegalidades, ilegalidades, irregularidades o dedazo descomunal hacia una empresa concreta parece que es el problema principal. Pues no. Lo que pasa ahora es consecuencia de la mala gerencia, gestión y dirección políticas que sufrimos en la Mancomunidad por parte de FC y Compañía desde hace décadas. En ninguna presidencia de la Mancomunidad en legislaturas anteriores incluida la pasada, ni tampoco la actual, lógicamente, se ha gobernado y trabajado por el interés de las vecinas y vecinos de las poblaciones de La Ribera, ni por su medio ambiente, ni por un buen tratamiento de los residuos, mejorando su gestión y la del trabajo y condiciones de las personas contratadas, en un sector tan importante para la salud de nuestra tierra, acuíferos, plantas animales y personas.

Con menos de la mitad de las multas pagadas desde la Mancomunidad de La Ribera, con el dinero de todas y todos los vecinos en los últimos años por incumplimiento de la legislación ambiental, hubiera servido para sustituir al equipo de gerencia pagando el finiquito correspondiente por despido muy procedente por incapacidad, negligencia y poca profesionalidad para lo que estaban contratadas esas personas, alguna de ellas con un sueldo jugoso. Igualmente se debiera rescindir la adjudicación a FCC (la empresa adjudicataria ahora y siempre) por la subcontratación desde la Mancomunidad, para la recogida de los residuos y la gestión de ese agujero negro en el mapa del territorio del tratamiento de los residuos en Navarra que es la planta de El Culebrete.

Revertir a una gestión, contratación y planificación públicas los servicios encomendados por los diferente ayuntamientos a la Mancomunidad de La Ribera, con un modelo de trabajo basado en una verdadera economía circular y horizontal, que mejore la limpieza de los cascos urbanos pero también la recuperación del territorio y del medio ambiente, que lleva sufriendo desde hace décadas La Ribera por la nefasta labor del modelo privatizador imperante actualmente en la Mancomunidad, sería el comienzo de la solución a lo que pasa actualmente.

En legislaturas anteriores ha habido pocas personas que en las asambleas de la Mancomunidad, hemos planteado no solo críticas, también alternativas a los modos, formas y fondos de las direcciones políticas y la gestión de la misma. Los presupuestos han sido casi siempre aprobados por mayorías absolutas o unanimidad o con escasos votos en contra. El cobrar dietas y algunos un sueldo, parece que es lo que les anima a pertenecer a la Mancomunidad de ¿La Ribera o de FC y C?. Mientras tanto nos siguen subiendo el recibo semestral para más gloria de los beneficiarios privados.

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