Jaxinto Gómez Viniegra y 173 firmas más*
Vecinas y vecinos de Mendillorri

Mendillorri: orgullo de barrio, cuidados comunitarios y juventud rebelde frente a los asesinos de sueños

Somos más, somos muchos más que cuando empezamos y tenemos muchísimas ideas para contrarrestar en positivo malas gobernanzas y ataques a la comunidad

Las personas abajo firmantes somos gaztezaharrak rebeldes, viejóvenes, madres y padres de una miríada de hijas e hijos maravillosos, creativos, nada pasivos, y críticos y comprometidos en una u otra medida con lo local y lo global.

Mendillorri nunca será el barrio dormitorio, aburrido, castrado y sometido al consumismo y el «buenismo» de los límites admitidos y tolerados por cada coyuntura de poder en la ciudad. Mendillorri ya incorpora una sociedad multicultural donde las rentas no son tan boyantes y expansivas. Tampoco somos un barrio de trabajadores en cuanto a asalariados de nivel medio. Debido al crecimiento del paro y de la incertidumbre somos un barrio mayoritariamente obrero, con una cuota creciente de migración y rentas humildes. Pensamos que tener un empleo no debe ser lo que importe en los próximos años, proponemos su reparto, debemos crear unos mecanismos de solidaridad y de inclusión amplios y creativos.
Somos un barrio muy joven donde el paro de los jóvenes ronda el 40%, de modo que nos ciscamos en el volátil valor empleo para definir a una comunidad tan joven, valiente, creativa y, por supuesto, valiosa. Con la pandemia, la dificultad de acceso al empleo no parece que vaya a revertirse, todo lo contrario, vemos en nuestro entorno como esta injusta situación se agrava día a día.

Haremos una brevísima historia de contexto de Mendillorri: UGT, CCOO y otros agentes sociales captaron y privilegiaron a hijos de otros barrios que no podían, por precio o por capacidad física, reabsorber a sus hijas e hijos o que buscaban un barrio nuevo con atmósfera amable para fundar familia o trasladarse con niñas y niños pequeños. Así nació el barrio que gestaría los ratios del mayor babyboom de Europa en un momento dado.

Las familias que entraron en Mendillorri optaron a una regulación que privilegiaba a rentas medias y a afiliaciones a sindicatos concretos para el acceso a vivienda. Con aquellos mimbres accedieron cientos de profesionales liberales, autónomos funcionarios de lo público y obreros del metal… y más adelante el barrio ha ido democratizando y ensanchando mucho más el abanico de vecinos y se han incorporado más jubilados, migrantes y otros perfiles de renta.

Planificadores poco neutrales se apresuraron a hacer una iglesia como ámbito algo anacrónico de socialización, mientras negaron al barrio locales laicos y vecinales con espacio digno para la autoorganización durante décadas. Los bajos de todo Mendillorri no permiten locales diáfanos, ni suficientemente amplios para reuniones, charlas o socialización de grupos medianos o grandes, adolecen de techos pequeños y metros limitados. Los jardines y patios público-privados, fragmentan los espacios de encuentro con una mentalidad anglosajona individualista. Más de tres décadas después de su surgimiento, el barrio no tiene una verdadera plaza y las fiestas, Olentzero, carnavales –autoorganizadas por asociaciones vecinales- se ven obligadas a disputar espacios mixtos que generan conflicto y división en cuanto a legitimidad de uso, horarios, o interlocuciones, como los patios escolares…

El quid de la cuestión es que en una Iruñea todavía en manos de curas, policías, militares y «gente de orden», crece un barrio fundamentalmente obrero, euskaltzale y de izquierdas; con una formidable presencia de escuela pública y total ausencia de escuelas privadas o elitistas; con una ejemplar escuela infantil, cuatro escuelas públicas de primaria y un instituto en dos bloques diferentes.

El actual gobierno de la ciudad podría atender la riqueza propia de Mendillorri simplemente facilitando su desarrollo endógeno y natural, sin bloquear ni atacar sus colectivos y espacios de cuidados comunitarios, creatividad colectiva, vitalidad colectiva. La comunidad de Mendillorri arrojaría «per se» indicadores exquisitos en términos de Objetivos de Desarrollo Sostenible sin ingerencia del Ayuntamiento, por dinámicas endógenas y solidarias.

Pero este Gobierno Municipal odia la utopía, el dinamismo social y la autonomía que representa Mendillorri. Es una comunidad insumisa que se resiste a jugar un rol en el “Show de Truman” de una ciudad marca castrada, acristalada, hormigonada y confinada en la jaula de oro de pisos confortables con fibra, Netflix, Amazon y Glovo. Ciertos malos gobernantes quisieran que mandemos a nuestros hijas e hijos a ikastolas y colegios, extraescolares y piscinas privadas. Pretenden que nuestro ocio se dirija a polígonos comerciales o a barrios que quieren convertir en «parques temáticos de consumo» y ya están muy saturados como la Parte Vieja o zonas de San Juan. Quieren que dejemos de darle personalidad y vida a nuestro barrio.

Este es el modelo de ciudad de NA+ (y sus cómplices necesarios) que asesina sueños materializados por la comunidad como en su día el Rastro de la Txantrea y las huertas de Aranzadi y más adelante las fiestas de los barrios, centros sociocomunitarios o los equipos de atención infanto-juvenil en manos de la comunidad. Unos malos gobiernos municipales que nos siguen privando a los vecinos y vecinas de Mendillorri de un simple frontón o plaza pública mientras «arreglan» aceras décadas después del compromiso o imponen un ascensor que no era la principal demanda del barrio. Es insoportable y criminal esa ridícula imposición de un modelo de ciudad gris oscuro, casi negra, como los hombres grises de Momo en barrios que palpitan. Queremos ser y somos una comunidad viva que sabe lo que quiere. Nos hemos dotado durante años de una tupida red de colaboración entre personas vecinas y disponemos de un tejido de asociativo fuerte.

En el otro lado del espejo convivimos con algunas vecinas y vecinos -amigas y amigos muchos de ellas y ellos- que llegan con sus coches hasta el agujerito de su garaje y advertimos de su presencia porque en las ventanas de sus pisos titilan las pantallas con la última serie de moda. Sus hijas e hijos van a colegios y actividades en otros barrios, ellas y ellos trabajan en polígonos, todos hacen actividades en otros barrios y pueblos, de modo que Mendillorri es solo el lugar «accidental» donde dormir y aparcar. Serán muy bienvenidos si aterrizan un poquito en el barrio y quieren incorporarse en las asambleas, auzolanes y colectivos del barrio para equivocarnos y soñar juntos.

Pero si por un momento el ayuntamiento actual pretende que todos nos conformemos con dormir en el barrio sin habitarlo, defenderlo, soñarlo diferente cada día, está muy equivocado.

En nuestro sueño de barrio caben mil utopías: los modelos públicos integrando a todos los inmigrantes del barrio con naturalidad y aquellos edificios vacíos dedicados a cohousing y hogares de jubiladas y jubilados, que cada vez seremos más. Esas vecinas y vecinos que jugaron a ser policía de balcón participando en los calderetes con las cuadrillas de chavalas y chavales a los que tenían una mezcla de miedo y envidia por su empuje, alegría y bulliciosa desvergüenza.

Los abajo firmantes le pedimos a las y los tomadores de decisión, con toda la energía de nuestra experiencia y amor a nuestro barrio, a nuestros jóvenes y a nuestros sueños de colores:

Que dejen de atacar a lo que no aceptan ni comprenden. Somos buena gente: insumisas, maricas, familias diversas, migrantes, indepes, precarias, activistas de mil causas. No nos busquen en ningún pesebre, nos va más el auzolan.

Que la diversidad, la creatividad y los cuidados comunitarios no se atacan, se protegen. Déjennos vivir y convivir en paz.

Que Mendillorri es un baluarte antifascista y en un momento de crecimiento del fascismo somos, simplemente, necesarias y necesarios.

No creen conflictos artificiales. No nos manden a la policía para tratar de crear expresiones de rabia o para crear fakenews a la medida de prensa conservadora y neoliberal. No nos utilicen de relleno en comisiones y plenos para maquillar el vacío de sus propuestas.

Saquen experimentos transgénicos como Coworkids de nuestras calles. Tenemos a Bideberri a quien cuidamos y nos cuida, tenemos a los servicios sociales de base, tenemos buenas articulaciones con centro de salud, escuelas, institutos y decenas de organizaciones del barrio y fundaciones y ONGD con amor por el barrio.

Dejen de atacar a nuestros jóvenes y de intoxicar sobre sus verdaderos valores y aportaciones. En plena pandemia, con restricciones, toques de queda, locales cerrados, contactos limitados… y un 40% de paro juvenil… hostigar y atacar a los jóvenes y a sus familias, que son el principal soporte de los cuidados comunitarios y el asociacionismo, es atacarnos a todas y a todos los vecinos del barrio. Incluso aquellos que están envenenados de tanto leer noticias falsas van a tener el apoyo constante de la juventud de Mendillorri, en las buenas y en las malas rachas: ellas y ellos generan la música, la danza, los valores y las redes de cuidados comunitarios que nos hacen mejores y nos salvarán de las peores situaciones.

A los medios de comunicación y los políticos conservadores: dejen de señalar y demonizar a Mendillorri como una suerte de «Venezuela» y «Altsasu» comodín. Ya no cuela. Mendillorri es Amaya Romero, voluntarios en Lesbos, escritoras y escritores en ciernes, productoras de comunicación, guitarras calmas en la parroquia o guitarras cañeras en Antzara, konpartsa, erraldoiak, maruxak… Mendillorri es mucho más que la crónica chunga y barata cada vez que interesa jugar al despiste en medios y plenos municipales.

Al PSN y UGT y específicamente a la federación del PSN de Pamplona: no miren a Mendillorri con sentido patrimonial. Participaron de su gestación pero no les pertenece hoy en absoluto. No permitan que el grupo municipal del PSN siga haciendo el ridículo apoyando políticas culturicidas contra el auzolan y los cuidados comunitarios. La factura que todas estas actuaciones van a pasar al PSN en Navarra pueden ser mayores de lo que sospechan si persisten en el absurdo encarnizamiento.

Muchas vecinas y vecinos de Mendillorri tenemos una genuina cultura de activismo. No tenemos ninguna vocación de invertir horas en pasillos de ayuntamientos, parlamentos o juzgados. Pero si nos siguen empujando de un modo tan gratuito y cruel tendremos que defendernos. Podemos ser muy creativos, muy persistentes y mucho, mucho más eficaces si ponemos todo el empeño que aparatos de partidos y redes clientelares que están condicionando presupuestos y líneas de la ciudad que concentra casi la mitad de la población de Navarra con la suma de unos centenares de afiliados que en su mayoría aparcan su vehículo en un garaje subterráneo y no conocen ni les interesa conocer su propio barrio.

Somos más, somos muchos más que cuando empezamos y tenemos muchísimas ideas para contrarrestar en positivo malas gobernanzas y ataques a la comunidad. Somos familias diversas, feministas, solidarias, internacionalistas, euskaltzales, antimilitaristas, laicas (con o sin credo), ecologistas, defensoras de la memoria histórica, los valores republicanos y la comunidad LGTBI+, rojos de Osasuna, sanfermineros poco o nada taurinos… Somos todos esos valores que mucho incomodan a gobiernos conservadores pero que son los justo los valores que amplían los derechos para todas y para todos.

Así que dejen a Mendillorri, a sus jóvenes y asociaciones en paz y respeten nuestros espacios y colectivos.



Firmas de apoyo a este texto (174):

Agirre Amezaga, Alvaro
Agorriz Oneca, Lidia
Aitana López de San Román García
Albisu Jerico, Carlos
Allue García, Alejandro Óscar
Alonso Sáenz, Javier
Amillano Mateo, Mikel
Amostegui Martínez, Ana Isabel
Aranguren Etxarri, Nati
Aranguren Lesaca, Ivan
Arguiñariz Navarro, Lander
Aristorena Lakuntza, Itziar
Armando López de San Román Erice
Armendariz Itoiz, Silvia
Armendariz Sandonis, Dani
Aroz Ancizar, Irati
Aroz Sabanza, Olga
Ayechu Sanz, Aitor
Azcona Uriarte, Miguel
Azcona Uriarte, Oier
Azpirotz Lakidain, Olane
Azpirotz Satrustegi, Xabier
Barbero Ayala, Aaron
Barcia Alonso, Jon
Barcia Goyena, Irantzu
Bastardo Alonso, Peio
Bazan Infante, Nahia
Bergara Teilleri, Pili
Cabodevilla Lopez, Maialen
Carrera Castro, Iker
Castilla Ganuza, Alfredo
Chandia Garriz,Cristina
Cilveti Mediavilla, Laura
Cruañes Uriarte, Paula
Cruz Martínez, José Antonio
Cuenca Sebastián, Luis
Delas Aizcorbe, Markel
Delás Aizkorbe, Inma
Diaz de Cerio Perez de Albeniz, Ane
Doudouh Zehhi, Laila
Echavarri Muru, Tina
Esparza Abaurrea, Javier
Etxeberría Imas, Luis
Etxeberria Juaniz, Aingeru
Etxegibel Campos, Íñigo
Ezcurra Ezquerro, Iñigo
Ezkurra Ezquerro, Izaskun
Ezkurra Otazu, Santi
Fabo Azkona, Javier
Fabo Legarda, José Javier
Fernandez Bortiri, Alicia
Fernández Garayalde, Nieves
Galán Nieto. Aitziber
Galarreta Muguiro, Ekaitz
Galech Apezteguia, Amaia
Galindo Ripodas, Rosa Inés
Garayoa Alzorriz, Ana
García-Falces Larrañeta, José Javier
Garcia Jimenez, Aitziber
Garde Mellado, Jon
Garde Mellado, María Socorro
Garmendia Jardim, Jonathan
Gil Azparren, Mari José
Gil Bea, Josu
Gil Salvet, Ainara
Golvano Regaño, José Javier
Golvano Ripa, Miguel
Golvano, Mireia
Gómez Viniegra, Jaxinto
González Diez, José Martín
Gonzalez Goñi, Nora
González Gutiérrez, Tomás
Gonzalez Ustarroz, Unai
Gonzalo de la Fuente, Raquel
Goñi Azanza, Susana
Goñi Enciso, Olga
Gorraiz Areopagita, Josu
Gulina Aznarez, Josu
Hernandez Salvo, Julen
Horno Gracia, Javier
Huarte Guerra, Elisabete
Huarte Mañú, María
Idoia García Iparraguirre  
Iker López de San Román García
Iriarte Pezonaga, Olatz
Iriarte Pezonaga, Sandra
Izal Morales, Carlos
Izal Razquin, Nagore
Izko Martija, Oier
Jaen Brignardello, Malen
Jimeno Orradre, Patxi Xabier
Lakidain Alonso, María José
Lamberto Lizarraga, Ander
Larrea De Miguel, Andoni
Larrea De Miguel, Mikel
Larrea Saldías, Igor
Latasa Alcaiza, Mikel
Leon, Verónica
Lizaso Etxeberria, Loli
Lopez de Goikoetxea lizarraga, Jon
López de San Román García, Aitana
López Garralda, Saioa
Lopez Lopez, Beni
Lorenz García, Jesús
Marañón Rodríguez, Aitor
Marín Larrainzar, Jon
Martín Gainza, Marta
Martínez Azpillaga, David
Martínez Lacarra, Erkuden
Matas Garrido, Maria
Mediavilla Serrano, Gorka
Medrano Rivero, Lukas
Melano, Rosa
Melero Galindo, Alex
Melero Galindo, Estibaliz
Mendoza Zarate, Miguel
Mesa, Zoila
Miquélez López, Pili
Moreno Compains, Leire
Moreno Compains, Maider
Moutaki Cortes, Ainass
Mujika Arraiago, Asier
Munarriz Salamanca, Itziar
Muniain Azcona, María
Muñoz Jiménez, Maria carmen
Nagore Garciarena, Cristina
Nagore Larrea, Olatz
Nagore Zapelena, Juan Karlos
Navarro Armendariz, Koldo
Navarro Etxague, Asier
Ordoñez García, Belen
Oronoz Urriza. Aintzane
Ortega Baztan, Alicia
Percaz Arrieta, Itziar
Pereira Armas, Miriam
Pérez Diez, José C.
Perez Elorza, Roberto
Pérez Pérez, Carlos
Pérez Pérez, Eva
Perez Perez, Garazi
Perez Perez, Garazi
Presa Lumbreras, Alberto
Razquin Garijo , Begoña
Rey Brotto, Eusebio
Robles Fernandez, Jone
Romero Roldán, Marta
Ruano Zapatería, Laura
Rueda Vera, Erkuden
Rueda Verá, Ekaitz
Ruiz Sánchez, Pedro
Saez Linares, Maialen
Salvador Lascarro, F Javier
San Román Otxoa, Cristina
San Román Otxoa, Mertxe
Sánchez Morales, Saioa
Seminario Pérez, Irantzu
Senosiain Etxabarri, Gorka
Senosiain Etxabarri, Xabier
Senosiain Villanueva,Tomás
Solís moreno,Txomin
Turrientes Giles, Miriam
Urbiola Rodríguez, Lidia
Urra Blanco, Saioa
Urra Lamana, Eduardo
Usandizaga Lorente, Alberto
Ustarroz Elcano, Ana
Ustarroz Mercapide, Araceli
Usunariz Lopez, Igor
Valenzuela del Pino, Roger
Valle Olloqui, Patxi
Valle Ustarroz, Beñat
Vera Fernandez, Koki
Zubiria Aldaz, Patxi
Zudaire Ilarduya, Yolanda

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