La pasada noche del 3 de febrero de 2024 tuvo lugar una lamentable e intolerable agresión en un conocido local nocturno situado en la Plaza del Castillo de Pamplona.

La víctima de este acto fue una joven que en la celebración de su cumpleaños se vio envuelta en una situación de agresión misógina y sexista dentro del establecimiento.

La joven intentaba acceder al baño de mujeres, un espacio seguro que le corresponde por su sexo, cuando fue impedida por un usuario que se encontraba en el local. Este individuo de manera completamente inaceptable y violenta la agarró fuertemente del pecho, causando a la víctima varias contusiones y enrojecimiento de la zona y le negó el acceso al baño, argumentando de manera discriminatoria que no era una mujer, sino un hombre. En ese momento apareció uno de los trabajadores del local que trató de mediar en el conflicto dando la razón a la joven, a pesar de que el agresor insistía en que no era una mujer, sino una persona transgénero. Resulta que si eres una mujer que no se ajusta a la feminidad, no solo eres una marimacho, sino que también eres trans.

Lo más alarmante de este incidente es que la negación del acceso al servicio de mujeres se basó únicamente en la apariencia de esta joven, que no se ajusta a los estereotipos tradicionales de feminidad. Si eres mujer y llevas el pelo corto, ropa holgada y cómoda y tus gestos no concuerdan con la feminidad esperada, automáticamente te conviertes en el blanco de todas las miradas misóginas incapaces de aceptar que una mujer pueda lucir de esa manera.

Ante tal agresión, el personal del local no puso en marcha ningún tipo de protocolo de actuación contra agresiones y «solventó» el incidente indicando al agresor que no era necesario que tratara así a la víctima, realizando así una absoluta banalización de la violencia ejercida contra ella. Por tanto, el agresor pudo seguir disfrutando plácidamente de su festejo con total impunidad dentro del local. Una vez más, agredir a una mujer no tuvo ningún tipo de consecuencia.

La sociedad, a menudo, castiga a aquellas mujeres que desafían estos estereotipos, como en el caso de esta joven, lo que refleja la necesidad de un cambio cultural profundo que comprenda cuanto antes que el sexo no es género y que el género no son más que estereotipos que hay que erradicar. Cuando hablamos de sexo hablamos de las características biológicas y físicas que distinguen a los seres humanos como machos o hembras. Estas características incluyen los órganos reproductores y los cromosomas sexuales (XX en mujeres, XY en hombres). Cuando hablamos de género hacemos referencia a estereotipos construidos socialmente y perpetuados durante siglos y que han mantenido a las mujeres en situación de opresión y discriminación.

La abolición del género representa una de las máximas sobre la liberación de las mujeres que aboga por eliminar las categorías de género como una forma de liberar a las personas de las restricciones y expectativas impuestas. Este enfoque desafía la idea misma de que existen características, roles y comportamientos inherentemente asociados con ser hombre o mujer.

La víctima, que ha sufrido múltiples agresiones misóginas y lesbófobas debido a su aspecto a lo largo de los últimos años en Pamplona, ha tramitado las denuncias pertinentes en cada caso y destaca que el número de agresiones sufridas por ser una mujer que no se ajusta a los estereotipos sexistas o por ser lesbiana es considerablemente mayor en esta ciudad que en otras que ha frecuentado anteriormente. Como resultado de estas experiencias, la joven ha tomado la determinación de no volver a frecuentar los establecimientos nocturnos de la ciudad por su propia seguridad y protección.

Su testimonio destaca la urgente necesidad de implementar medidas más efectivas para garantizar la seguridad de todas las personas en estos espacios de ocio nocturno. Por desgracia son muchas las mujeres que por razones sexistas y lesbófobas son víctimas de agresiones como la experimentada por esta joven.

Ninguna persona debería ser juzgada o violentada por no cumplir con los estereotipos sexistas que, desafortunadamente, persisten en nuestra cultura.

Desde Garenak Emakume Feministak exigimos que se tomen las medidas necesarias para asegurar que los establecimientos nocturnos implemente políticas claras contra el sexismo y la discriminación y proporcione la formación adecuada a su personal. Es esencial que todos los espacios sean seguros e inclusivos para las mujeres.