Marta Abiega
Miembro de la plataforma Ongi Etorri Errefuxiatuak

Nivel de vida suficiente

El último informe de Naciones Unidas revela que en Marruecos, con una población de 35 millones, 5 millones de habitantes viven con poco más de 1 euro al día y el sueldo mínimo legal no rebasa los 55 dírhams (5 euros) al día. Las áreas rurales siguen siendo las más afectadas, donde un 5% de los niños sufre desnutrición. Esta pobreza ha causado la muerte de 20.000 niños marroquíes menores de cinco años.

Dice José Ortega en una carta a NAIZ sin citar las fuentes, «en 2015 llegaron 180; en 2016, 360 y en 2017 van ya 486. A este ritmo, ¿cuántos serán los próximos años? !Sudores dan! Son menores de edad (16 y 17 años, muchos), que proceden de Marruecos y Argelia (países con nivel de vida suficiente) y algunos subsaharianos. Vienen informados de que aquí se les trata muy bien y, claro, no pueden resistirse».

Marruecos y Argelia son, a su juicio, países con nivel de vida suficiente.

El último informe de Naciones Unidas revela que en Marruecos, con una población de 35 millones, 5 millones de habitantes viven con poco más de 1 euro al día y el sueldo mínimo legal no rebasa los 55 dírhams (5 euros) al día. Las áreas rurales siguen siendo las más afectadas, donde un 5% de los niños sufre desnutrición. Esta pobreza ha causado la muerte de 20.000 niños marroquíes menores de cinco años.

El mayor culpable de esta pobreza es Mohamed VI cuyo sueldo duplica al del presidente de EEUU pese a que el país ocupa el puesto 126º del desarrollo humano. Desde que subió al trono hace hoy 17 años, ha levantado una fortuna personal de unos 5.700 millones de dólares –calcula Forbes–.

Contribuye a esta fortuna el hecho de que el comercio español con Marruecos creció en 2016 a un ritmo mucho mayor que con el resto de países del mundo, según las cifras que publica la Oficina Comercial española en Rabat. Si se hace negocio con una monarquía que esquilma y extermina al Sahara, reprime brutalmente las protestas civiles en el Rif, y usurpa y empobrece al pueblo, cuando menos seremos responsables subsidiarias de sus víctimas. La muerte de un dictador puede que acabe con su dictadura la muerte de un monarca no.

Ahora hace un año la población del Rif se levantó en multitudinarias protestas contra la carestía de la vida, el abusivo aumento del precio de la electricidad y el abandono de la región por parte de las Autoridades de Rabat. Pedían universidades, hospitales, programas de empleo… La respuesta fue una brutal represión del régimen con casi 500 personas encerradas en las cárceles de Alhucemas y Casablanca.

Treinta y un activistas rifeños detenidos en la prisión de la ciudad marroquí de Casablanca iniciaron este octubre una huelga de hambre para exigir la liberación de todos los militantes arrestados por las protestas del Rif.

Un adolescente explica que muchos de sus amigos llevan meses encerrados en un centro de menores en Nador por salir a la calle a protestar. También que otros tantos chavales se siguen lanzando cada semana en pateras a las costas andaluzas y a Melilla huyendo del conflicto rifeño porque se sienten perseguidos por la policía. «Esta semana se fue una vecina mía que tiene 14 años. Ahora ya está en Granada». Los expertos en inmigración señalan que las revueltas en el norte de Marruecos son una de las causas por las que las embarcaciones rescatadas en las costas andaluzas se han duplicado en estos meses.

Miseria, persecución política y policial en un país con un nivel de vida y de derechos humanos manifiestamente insuficiente del que huyen. No pueden resistirse a coger una patera, pagar un dineral a las mafias y jugarse la vida en el estrecho.

Para algunas personas los menores de edad son excesivos, para otras, las muertes en el estrecho son excesivas y deberían producir mayor rechazo en la ciudadanía. Las víctimas de la frontera sur de este año ya triplican a las de 2016.

Pero en una cosa estamos de acuerdo, cuando las leyes son injustas se obedecen pero no se cumplen y de eso sabe mucho el Gobierno del Estado que incumple su cuota de reubicación y reasentamiento de personas refugiadas.

El joven que falleció el pasado jueves en el puerto de Melilla se llamaba Hecham y tenía 26 años. No se pudo resistir, pero le fue la vida en ello. Pongamos nombre a las víctimas y visibilicemos el dolor. Eso nos humaniza.

Bilatu