Adrián De Benedictis
Periodista

No hay lugar para todos

Cuando se produce una elección de favoritos suelen generar cuestionamientos distintos apellidos, debido a que no hay lugar para todos. E inclusive, hay casos que ni siquiera tienen espacio, pero que quedan impregnados por un episodio resonante

La carrera por el éxito no siempre encuentra la meta, pero emprender ese camino ya se considera como un logro alcanzado. Lo que deben percibir muchos jugadores en el Mundial de Rusia es justamente eso: unos pocos llegarán a la cima del podio y al resto le tocará observar con admiración.

De todas maneras, los que dejaron una marca no necesitaron quedarse con la Copa. Francia o Croacia se encontrarán en esta ciudad para definir el duelo estelar, pero hay muchos otros futbolistas que no asistirán ese día y su legado estará presente en el estadio Luzhniki. Los nombres que fueron pasando por aquí desde el 14 de junio hicieron que el Mundial sea la máxima atracción, precisamente por el valor que le aportan y por el reconocimiento que poseen.

Los equipos que jugarán la final son dos, siempre, pero sucede que hay muchos que también merecen estar en ese lugar por la capacidad con la que se desempeñan en cada campo de juego. Los belgas, los brasileños, los senegaleses, por citar algunos, han transitado por esta Copa del Mundo ofreciendo imágenes para el elogio. Y como la clave transcurre por el funcionamiento en conjunto, a ellos no les alcanzó con su nivel individual para llegar más lejos con su seleccionado, aunque su impronta permanecerá más allá de quién levante la Copa más preciada.

Los destacados del Mundial no necesitan ganar el campeonato para estar en ese grupo. Cuando se produce una elección de favoritos suelen generar cuestionamientos distintos apellidos, debido a que no hay lugar para todos. E inclusive, hay casos que ni siquiera tienen espacio, pero que quedan impregnados por un episodio resonante.

El ejemplo claro es Kasper Schmeichel, el arquero de Dinamarca. En el encuentro de octavos de final ante Croacia, el hijo de Peter tuvo a los finalistas al borde del nocaut: le atajó un penal a Modric en el tiempo suplementario, y en la definición por penales contuvo dos más. Ese día, si él no estaba en el arco los croatas podrían haber goleado.

En lo poco que se lo vio por aquí mostró una gran virtud: no necesita volar para rechazar los remates junto a los palos, llega caminando. El jugador del Leicester de Inglaterra no aparecerá en ningún equipo destacado. No lo precisa, ya ganó lo que vino a buscar.

©Página12

Bilatu