Jesús Uzkudun Illarramendi
Activista por la Salud Laboral

Ocultar el posible origen laboral del cáncer de prostata no ayuda a su prevención

Tras la lectura en NAIZ el 18 de junio "Prostatako minbizia" quiero insistir, aunque el artículo no lo recoja, el cáncer de próstata, además de ser uno de los que más frecuentemente se diagnostica en varones con edad avanzada, está reconocida como enfermedad profesional en el R. Decreto 1299/2006, aunque rara vez se reclame, dado el desconocimiento social y la actitud pasiva de los profesionales de Osakidetza o contraria de las Mutuas patronales.

Tal como señala el documento Ministerio de Trabajo-INSST e Instituto de Salud Carlos III: Directrices para la decisión clínica en Enfermedades Profesionales, DDC-CAN-05, la Neoplasia Maligna de Próstata sea relacionado con la exposición al Cadmio y los plaguicidas organofosforados. Sectores y actividades de riesgo en Euskadi, son importantes y han ocupado a numerosos trabajadores: Soldadura, Fundiciones y hornos de procesamiento de metales, Trabajos de oxicorte, Fusión y colada de vidrio, barnizado o esmaltado de cerámica, fabricación de pesticidas, tratamiento de residuos peligrosos de saneamiento público, fabricación de acumuladores de níquel-cadmio, industria de la fotografía, caucho, etc. Los trabajadores vascos, no constituimos una raza inmune a las sustancias cancerígenas.

Aunque no voy a ser yo, quien niegue las consecuencias de hábitos de vida, poco saludables. Es innegable, que la ideología neoliberal dominante, ha logrado imponer su criterio, culpando al enfermo por sus hábitos de vida y consumo y exculpar al modelo tóxico, explotador y contaminante de la producción capitalista o sus consecuencias en la salud de los trabajadores, en la naturaleza y la salud de la ciudadanía.
 
Los profesionales sanitarios vienen incumpliendo su responsabilidad, con el beneplácito de las Autoridades Sanitarias, que el artículo 5 del R.D. 1299/2006, les responsabiliza a «comunicar sospecha» a Osalan, sobre el posible origen laboral de la enfermedad que diagnostican, sin tener en cuenta, las Directrices para el diagnóstico de las enfermedades profesionales.

Sensibilizar desde los medios, sobre los problemas de salud de los trabajadores y la ciudadanía, ayudando a generar una cultura de salud, es importante y necesario, pero un Diario que reivindica y apoya la lucha de los trabajadores/as, no puede realizarlo, ignorando u ocultando, el origen laboral de muchas de estas enfermedades, reconocidas por ley, gracias a la lucha sindical internacional, pues obstaculiza su prevención en origen.

Por otro lado, considero qué, la difusión periódica en GARA o NAIZ de documentos (aunque no sean perfectos) sobre las directrices para la decisión de diferentes enfermedades profesionales (desde las lesiones músculo-esqueléticas, a las enfermedades respiratorias o cánceres), supondría un importante avance y ayudaría a fortalecer una cultura y de lucha por la salud laboral, sobre todo, evitaría que las Mutuas patronales, así como ciertos sectores sanitarios, continúen exculpando al modelo productivista y capitalista, como causa de un crecimiento exponencial de la epidemia de cáncer. 

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