Mikel Sáenz de Buruaga González, Aitziber Ramirez de la Piscina, Mikel Elorza Santin e Irati Arroniz
Okupatu Gasteiz (Gasteizko Gaztetxea, Hala Bedi Irratia, Errekaleor Bizirik eta Auzolana Pilotalekua)

Os guste o no, nos okupamos de Gasteiz

Impedir la iniciativa Okupatu Gasteiz ha sido una decisión política. Todos los permisos estaban solicitados hace… meses, y los trámites se paralizaron a raíz de una llamada recibida por los técnicos hace un mes. Al parecer, llenar el centro de la ciudad bajo el lema «Okupatu Gasteiz» es una provocación, un llamamiento al delito.

Así es, hay cosas en nuestra ciudad que, os guste o no, son así. Por ejemplo, señor alikate, son ya 10 años desde que las vecinas del Casco Viejo recuperamos el frontón de la Almendra de la dejadez institucional. Gorka, las fotos de entonces son dignas de verse, una situación penosa, un edificio de propiedad municipal vacío durante años, lleno de goteras…

Son ya 30 años desde que resucitó la casa de la colina. El gaztetxe de Gasteiz se ha nutrido generación tras generación basándose en la autogestión, la okupación, la asamblea y la relación con las vecinas. A tu partido le resultó bastante «guay» el Gaztetxe Eguna celebrado en 2005, al cual se adhirió; y también le pareció bastante «guay» la iniciativa Piztu Gasteiz del 2008, con el portavoz del PNV elogiando unos días después la capacidad organizativa del movimiento popular. Sí Gorka, sí, a nosotras también nos parecieron días guays, nos dio la oportunidad de sacar a la calle el silencioso trabajo que se hace durante todo el año, y las dos iniciativas recibieron un amplio apoyo por parte de la sociedad vitoriana. Con la primera, por ejemplo, conseguimos cerrar el capítulo de la obsesión de Alonso con el gaztetxe, un logro verdaderamente hermoso.

Son ya 35 años desde que Hala Bedi okupó las ondas, y desde entonces el movimiento popular de Gasteiz ha construido un altavoz tremendo; han pasado por sus estudios cientos de gasteiztarras para tratar temas tan diversos como por ejemplo la música, la realidad palestina, testimonios de mujeres, iniciativas locales o fiestas de barrios. Son ya 35 años sin ninguna dependencia, huyendo de la comercialización, llenando de contenidos dos frecuencias radiofónicas, día y noche, brindando con ello un color propio a nuestra rutina. Por estas ondas circularán muchos temas que no serán de vuestro agrado, ya que los medios de comunicación libres buscan voces que van más allá de la versión oficial y se fija también en lo que otros medios callan.

Son ya 5 años desde que varios jóvenes okuparon Errekaleor. Desde entonces, ha nacido un proyecto de vida en un terreno que estaba prestado a la especulación. Más de 150 personas viven en Errekaleor demostrando a Gasteiz, a Euskal Herria, que otro modelo de vida es posible. Y… se acabó Gorka, te ha tocado gestionar esto desde el Gobierno municipal y… ya no es guay construir diferentes realidades posibles… este asunto de la okupación no es una actitud que fomente la igualdad, exclamas en tono beligerante.

La okupación ha sido una herramienta efectiva en nuestra ciudad para hacer frente a la falta de equipamientos a nivel de barrios, o para ofrecer durante largos años un escenario a músicos y creadoras locales. La okupación ha sido para muchas personas una oportunidad para garantizarse el derecho a una vivienda, y gracias a ella muchas otras han tenido la oportunidad de desarrollar un proyecto de vida colectivo. La okupación quiebra la lógica del mercado, pues no todas pagamos por igual el alquiler, la hipoteca o los impuestos, señor alikate. En nuestra ciudad hay personas con privilegios especiales, tienes razón, que viven a cuenta de otros, pagan menos impuestos, personas para las que una posible igualdad es una amenaza. Son personas que no quieren mezclarse en las escuelas públicas con hijos e hijas de inmigrantes, personas acostumbradas a grandes empresas y bajos impuestos, con tendencia a especular con la vivienda, mayormente hombres y blancos, por cierto; amantes de la gran velocidad, del poder; no viven en Errekaleor, ni en los pisos okupados de la Pinto. Serán seguramente el 1% de la población de Gasteiz… ¿Tienes algún amigo así, Gorka?

Sinceramente… no vinimos al mundo para ser de tu agrado. No tenemos vocación de representar a nadie, esa es la virtud y el potencial del movimiento popular. Sin pretender ejercer ninguna representación, logra a menudo conectar con la voluntad y los deseos de la sociedad y de ahí surge una energía imparable. Energía capaz de realizar transformaciones importantes, como aquella que inundó de colores la plaza de la Virgen Blanca en primavera del 2015. Aquello sí que fue, como decirlo… un proyecto ilusionante, ¿no, Gorka?

Impedir la iniciativa Okupatu Gasteiz ha sido una decisión política. Todos los permisos estaban solicitados hace… meses, y los trámites se paralizaron a raíz de una llamada recibida por los técnicos hace un mes. Al parecer, llenar el centro de la ciudad bajo el lema «Okupatu Gasteiz» es una provocación, un llamamiento al delito.

La sociedad vitoriana conoce a su movimiento popular, estos colectivos no necesitan de la mentira. Al contrario que tú, pues, para ser, no tienen necesidad ni de permisos ni de votos. Ese sí que es, Gorka, un proyecto deprimente, prohibir el uso de la calle para rascar votos a la derecha reaccionaria.

Hemos padecido diferentes alikates y hemos seguido adelante, las prohibiciones y amenazas nos han obligado a organizarnos, y esos proyectos se han fortalecido año tras año con el apoyo de la ciudadanía. El 6 de octubre saldremos a la calle con toda la legitimidad que nos da nuestro trabajo diario, os guste o no, porque también nosotras somos Gasteiz.

Bilatu