Iulen Lizaso Aldalur

Paralelismos

Me pueden calificar de loco pero se lo que digo

Leyendo un artículo: “Química y empresas de alimentos” veo el paralelismo entre las observaciones del autor y las mías con la química y empresas de medicamentos, cuando recuerda que si en una fábrica de chocolates hará mas de medio siglo, el químico ganaba más que el director... el camino estaba trazado. «Hace años, empresas chocolateras acordaron convertir en chocolate lo que se consideraba un sucedáneo. Herederos de la vieja alquimia, hoy los científicos también garantizan mayor esplendor económico a las empresas».

Inyectar a toda la población mundial un medicamento contra el covid-19, que al no contener el virus específico, es un sucedáneo de vacuna, no dudo que se debe a que en el fondo se da un conflicto de intereses en que prevalece primar el poder económico de empresas, por encima de la salud de la ciudadanía.

Me reafirma: la diferencia entre la versión reiteradamente anunciada por los medios y la situación sanitaria real; el silenciamiento expreso de científicos premio Nobel y otros cualificados por sus descubrimientos de utilidad médica; el pluralismo informativo en solo esa parte de expertos y negativa persistente al debate científico por la parte médica oficial y expertos institucionalizados.

Es cada vez mas evidente de que no se trata de un problema sanitario, y sí de una quiebra sistémica y moral derivada de la ambición desmedida que se da en esas pocas familias que ostentan el poder mundial, con la utilización una vez más, de sistemas de ingeniería psicosociolinguística que hiere emocionalmente a la población, con un miedo psicosomatizador… que deriva en enfermedad.

Promulgar estados de alarma sanitaria por incremento de «casos» covid, testados por una herramienta no útil para diagnosticar (reconocido por la OMS), más dada a modular a la carta la estadística que a detectar enfermos reales… y aún y todo, persistir en ello, está causando una herida psicosocial de difícil sanación.

Tendrán que rendir cuentas sobre esta huella de dolor a toda la humanidad: ¿por qué no se escuchó a la otra parte? ¿Por qué han sido capaces de llegar a tanto y más, tan solo en razón a una declaración de pandemia… que por exceso de casos de enfermos reales y muertes relativos a otros años?

Pero entrando un poco en lo cercano de lo mundano de la vida política, cuando Maddalen Iriarte reclama al lehendakari habilitar espacios de diálogo y encuentro que permitan coordinar esfuerzos a partir de las aportaciones de las partes, y se queja de recibir el silencio como respuesta… se da el paralelismo con lo que ocurre en y se reclama desde el mundo científico-médico silenciado, tanto a una izquierda abertzale siempre abierta, plural y dispuesta a dialogar cualquier temática social, como al propio lehendakari que reiteradamente a través de sus consejeras de sanidad, a pesar de reconocer la cualificación profesional y experiencia de la otra parte, siempre rechazan el debate científico

Por encima de todas estas menudencias en año y medio de covid-19, para principio de curso, nos plantean la mayor agresión que jamás haya sufrido la humanidad infante en sus 6 millones de años de existencia… me pueden calificar de loco pero se lo que digo.

No es cuestión de desplegar aquí la explicación del cómo, el porqué y el para qué quieren borrar la memoria genética orgánica y cósmica de nuestros niños. Tampoco de abordar una temática de este calado en foros mediáticos ni redes sociales. Pero conviene saber que, llegado el momento de discernir y separar el grano de la paja, es tan culpable (en principio de esa intención) quienes lo han programado, como quienes lo encubren también con sus silencios, y de este segundo grupo, los tenemos en casa… y en demasía.

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