Joan Sánchez-Fortún
Psicoterapeuta

¿Pasamos página?

Dejar o postergar vivencias o situaciones sin resolver se convertirá en un problema añadido, al igual que una herida no curada en su momento provoca que su curación sea más larga y dolorosa.

Con cierta frecuencia verbalizamos ante una situación un tanto conflictiva que lo mejor es pasar página como si nada hubiera ocurrido. El problema surge cuando posterior e inesperadamente, en nuestro interior algo se remueve, produciéndonos un «desconocido» malestar como consecuencia de una situación no resuelta o no afrontada.

Probablemente, los humanos ignoramos que acallamos o reprimimos nuestra conciencia «negativa» y actos inadecuados a modo de «pasar página para no pensar»; así, creemos que «aquí no pasa nada». Sin embargo, transcurrido un tiempo, este proceder puede llegar a aflorar o a manifestarse interiormente y su efecto será el de crear malestar, ansiedad e intranquilidad personal.

¿Pasamos página o ponemos cada página en su lugar? Éste es el dilema, no existe otro, si se me permite expresarlo de esta manera. Ésta es la actitud que debemos adoptar si no queremos naufragar en un mar de páginas llenas de problemas no resueltos. Empecemos por afrontarlos en el día a día, para no dar lugar a llenar nuestra «mochila» emocional de actos irresponsables y despropósitos existenciales. Debemos evitar convertirnos en una página más de un libro inacabado o de una vida incompleta…

Si deseamos construir una vida más plena, vivamos el presente con responsabilidad y madurez, donde cada página y circunstancia ocupe su lugar, por más doloroso que pueda resultar. Afrontemos y ordenemos nuestro pasado –nunca es tarde; tarde será no cobrar conciencia de éste– para edificar un presente más pleno, en el que basaremos la plenitud de nuestro futuro. Éste no se construye mañana, sino hoy, en el aquí y ahora, con una actitud madura y responsable.

Dejar o postergar vivencias o situaciones sin resolver se convertirá en un problema añadido, al igual que una herida no curada en su momento provoca que su curación sea más larga y dolorosa. Atrevámonos a no prolongar en el tiempo las situaciones conflictivas para prevenir y evitar su enquistamiento. Si no, agrandamos y magnificamos un problema cuya resolución final será más dificultosa y dolorosa, quedando la puerta abierta –por efecto dominó– a que surjan en cadena otras situaciones no previstas.

Al final de nuestra existencia quedará escrito el libro de nuestra vida: aquél en el que todas las páginas han ocupado responsablemente su lugar correspondiente, o aquél otro, cuyas páginas están todavía por ordenar.

Bilatu