Ibon Cabo Itoiz

Pello Urizar y la paradoja de la fuerza irresistible o imparable

Pello Urizar ha decidido poner fin a su vida política y volver a su puesto de trabajo. La paradoja ha quedado sin resolver pero al menos él ha logrado mantener la inercia.

Estos días, tras la dimisión de Pello Urizar, se ha destacado desde distintos lugares su innegable contribución a la construcción de una sociedad basada en los derechos humanos. También los diversos dilemas organizativos aún pendientes tanto en el seno de su propio partido como en el de las distintas alianzas electorales a las que pertenecen. A veces para poder analizar el presente, es importante pensar en determinados nudos que se soltaron para tratar de avanzar. Esto nos lleva a un dilema clásico de la filosofía, ¿qué pasa cuando una fuerza irresistible se encuentra con un objeto inamovible? Esta es la ecuación que tuvo que resolver Pello Urizar en el seno de Eusko Alkartasuna en el 2009 a su llegada a la secretaría general. Pero para entender el proceso que había hecho llegar a Eusko Alkartasuna a tal punto político, arrastrada por otras paradojas internas de distintos agentes, es mejor que comencemos por el principio.

Eusko Alkartasuna se funda en 1986 por un desencuentro profundo en cuanto al modelo organizativo de país y los liderazgos y egos existentes en el seno del PNV durante esos años. Xabier Arzallus pretendía crear cuatro sucursales de gestión (las diputaciones, cuatro, porque todavía se hablaba con óptica de hegoalde aunque la ley fuera para el Parlamento Vasco) que tendrían plena potestad en bastantes ámbitos cuyo centro político estaba bajo el Estatuto de Gernika y por lo tanto bajo el paraguas del Parlamento vasco. Además existía un fuerte choque de trenes entre Carlos Garaikoetxea, Lehendakari, y Xabier Arzallus, presidente del PNV. Mientras el primera pensaba en el derecho de autodeterminación como un derecho irrenunciable de la sociedad vasca y el reparto de la riqueza a través de la social democracia como eje vertebrador, el segundo consideraba recogidos los derechos del pueblo en la disposición adicional primera del texto constitucional y el eje democristiano y el republicanismo como fórmulas de desarrollo socioeconómico. Finalmente, después de múltiples debates se produce la escisión y nace Eusko Alkartasuna. Pello Urizar camina desde las juventudes de EGI (PNV), al nuevo partido. Una enmienda de Mutriku y de las repúblicas bálticas en el congreso inaugural consagra la independencia como objetivo político número uno de EA desde entonces.

En aquellos primeros años se intenta configurar un tripartito de izquierdas en la CAV con EE y PSE que fracasa por la negativa de los segundos a trasferir la competencia de la Seguridad Social. Así el PSE, que ya se había dividido en PSE y PSN, decide por primera vez ir hacia un modelo liberal en vez de configurar una alternativa más próxima a sus ideales políticos. El PNV también se inclina hacia el autonomismo y decide no avanzar por el miedo al ruido de sables (aún cercano en el tiempo) y la multipropiedad en que convertía la Ley de Territorios Históricos en una inmejorable agencia de contratación. Además opta por un modelo de colaboración transversal en lo nacional pero monocolor en la construcción de esa autonomía que ya se fundamentaba en el café para todos. En aquel momento Pello Urizar, ya como miembro de Gazte Abertzaleak, opta por la defensa a ultranza del derecho a decidir y por la construcción en torno a la colaboración con fuerzas abertzales de otros espacios. Muchas personas veían incluso con alivio que no se hubiera firmado el pacto con los socialistas. En aquel momento surge la primera parte de nuestra paradoja: la constitución era un objeto inamovible y el PNV en breve se iba a convertir en una fuerza irresistible tanto para la sociedad vasca como para la farándula y las voces mediáticas madrileñas.

En 1990 cuando Ardanza, que había sido obligado por su partido a firmar un pacto PNV-EA-EE, es informado del acuerdo entre HB y EA para firmar, ayuntamiento a ayuntamiento, mociones a favor del derecho a decidir, ve la puerta para expulsar de su gobierno a EA. Las juventudes de este partido siguen firmes en su apoyo a las mociones e insisten en la necesidad de formar acuerdos entre abertzales para impulsar un movimiento común y trasversal al eje económico en torno al derecho de autodeterminación. Pello Urizar ya estaba allí. Finalmente la expulsión se consumó a pesar de que destacados miembros de la asamblea nacional del PNV se mostraron públicamente a favor del derecho a decidir. En aquel momento la coartada fue la existencia de ETA. Desde aquel momento hubo quién entendió que las coartadas se convierten también en objetos inamovibles para avanzar en política.

A pesar de esto, en 1998, se firma el pacto de Lizarra Garazi y este obtiene el pleno respaldo de Gazte Abertzaleak (Pello Urizar fue secretario general entre 1996 y 1998). Un nuevo pacto entre agentes a favor del derecho de autodeterminación. Un nuevo acuerdo para avanzar desde la sociedad vasca en clave de legalidad pero de respeto democrático. Se avanza de una manera considerable en tejer complicidades y confiar en la democratización como nuevo eje vertebrador de una nueva era donde el fin de la violencia armada de ETA era uno de los objetivos principales. El Foro de Irlanda era la inspiración de aquel pacto que siempre estuvo abierto a partidos no abertzales aunque solamente IU terminó firmándolo. Aquel pacto terminó tras la vuelta a las armas y volvió a dar alas para que los sectores más recalcitrantes de la sociedad madrileña pusieran en marcha la operación «conquista de la Lehendakaritza» que concluyó con la investidura de Patxi López con un diez por ciento de la población ilegalizada. Pello Urizar se mostró contrario a la ilegalización y partidario de volver a la situación política que se había puesto en marcha tras el pacto de Lizarra-Garazi.

Tras algunos años de gobierno PNV-EA, la dirección se mostró partidario de poner fin a la coalición PNV-EA por la no celebración del referéndum en torno a la propuesta de nuevo estatus político del lehendakari Ibarretxe. Se realiza un congreso y gana la opción partidaria de la salida. EA había sido el sustento ideológico de aquel gobierno (referéndum, puesta en marcha de la RGI...) y los votantes no entendieron que dejaran a un lado al referente del abertzalismo progresista en el PNV. Los abrazos de Manolo Ibarrondo a Ibarretxe en el año 2001, fundador de EA, en la celebración de las elecciones, eran historia.

Aquí comenzó a tejerse el polo soberanista a propuesta de Unai Ziarreta. Este finalmente no se llevó a cabo porque tras un atentado de ETA, el aquel momento se tuvo miedo de que la apuesta por la política de la izquierda abertzale fuera tan solo un disfraz para seguir pudiendo concurrir a las elecciones y estar presentes en el Parlamento vasco. Además al ser incapaz de llegar a un acuerdo con Aralar (escisión de Batasuna que reclamó encabezar Bizkaia), permitió que le creciera por la izquierda un nuevo espacio político. Pello Urizar tomó buena nota de estas dos decisiones estratégicas.

En 2011, tras sendas debacles electorales, con EA al borde de la desaparición, la izquierda abertzale fuera de las instituciones, el PNV fuera de las manos de Ibarretxe y la izquierda española dividida en un sinfín de minipartidos, la nueva ejecutiva nacional de EA encabezada por Pello Urizar llega al pacto "Lortu Arte" con amplios sectores de la izquierda abertzale que habían abandonado la estrategia de socialización del sufrimiento por la vuelta a la política activa y al pacto entre diferentes. Previo a todo aquello hubo algún atentado que trató de poner en solfa todo aquello (la lucha armada también tenía sus propias fricciones internas) pero Pello Urizar decidió continuar contra viento y marea a sabiendas de que ese era el camino de una Euskal Herria más fuerte en un escenario futuro con una violencia menos. Además, ante la negativa de Aralar a formar parte de ello, propuso la incorporación de Alternatiba para potenciar el ala izquierda de votantes de lo que en aquel momento se llamó Bildu. Se configuró así el pacto "Euskal Herria Ezkerretik" al que tras aquellas elecciones municipales y forales se incorpora Aralar, naciendo Amaiur y más tarde EH Bildu. A pesar de que amplios sectores estaban en contra de la incorporación de Aralar, Pello Urizar ejerce un papel activo a favor de dar pista de aterrizaje a este partido en el seno de Bildu.

Sin embargo, a partir de 2014 en EA vuelven algunas fricciones en torno a dos cuestiones, por un lado, las elecciones europeas y la no incorporación a la ALE (de quién EA es fundador) y si al grupo de la izquierda unitaria europea. En aquel momento, se decide que el máximo rival político que había sobre la arena era el nacimiento de Podemos. La fuerza irresistible que parecía ser en aquel momento Pablo Iglesias, topó con la inamovible construcción del mito de la transición española: paz y acuerdo sí, pero sin memoria, ni justicia y con reparación limitada. No todas las victimas podían ser iguales. Así el IBEX 35 pone en marcha la operación Ciudadanos y Podemos deja de ser una fuerza irresistible.

Pello Urizar, con la ponencia de autogobierno en marcha, avisa que el objetivo debe ser mover al partido mayoritario para tratar de conquistar espacios de soberanía. Así se construye el mito del «frente abierto» al amparo de lo realizado por Pepe Mujica y otros en Uruguay. Las fricciones se acrecientan. Pepe y Pablo eran dos personalidades irresistibles pero algunas fuerzas internas eran inamovibles. En las dos direcciones se producen tiras y aflojas, unos porque había que construir sí o sí un nuevo frente popular y otros porque no cederían soberanía hasta que el respeto fuera el día a día de la actividad política de EH Bildu. Pello Urizar decide poner una vez más los intereses del país por encima de las particularidades de cada cual. Se realizan dos congresos, uno extraordinario, en el primero empate entre los sectores y en el segundo Pello Urizar logra ganar a la lista impulsada por Carlos Garaikoetxea. Ambos congresos solo sirvieron para acentuar la división y profundizar las diferencias en torno al modelo organizativo de EH Bildu, ralentizándose así su capacidad de crecimiento y poniendo a muchos militantes entre la espada y la pared que terminan apartándose la política activa. Las ansias de dominio en la gestión de las estructuras de EH Bildu de algún territorio concreto tampoco ayudan a Pello a implementar esta visión amplia y trasversal de la política.

Así llega la negociación presupuestaria de 2018 donde EH Bildu finalmente no llega a un acuerdo con el PNV. Espera así desgastar a otras opciones de izquierda que esperaban como agua de mayo la firma para comenzar la crítica. La situación estatal hace que estos que esperaban terminasen firmando las leyes principales de este presupuesto. Este paso convierte en inamovible el proyecto de nuevo estatus y en socios prioritarios del PNV a los partidos de ámbito estatal. Así la negociación del nuevo estatus pierde su inercia y se paraliza a la espera de una nueva cita electoral. Así EH Bildu que por su propia inercia debería ser imparable ralentiza el crecimiento de su masa. A pesar de esto, Pello Urizar sigue insistiendo en que la única herramienta posible es la unidad entre abertzales y en la necesidad de variar la trayectoria de esa fuerza teóricamente irresistible.

Pero la falta de movilidad, lleva a otras fuerzas a volver a establecer la necesidad de mover en otras direcciones a los partidos de ámbito estatal. A recuperar la unidad de la izquierda internacionalista. Nos volvemos a situar frente a la paradoja de una constitución inamovible sobre la que no sopla el cierzo para iniciar una mínima inercia de cambio. Y todo el mundo vuelve a la posición inicial. Para que algo sea inamovible debería tener una masa infinita. La política en sí tiene esta capacidad de transformación continua e incrementa continuamente su know how. Algunos grandes líderes se anticipan a su tiempo. Otros no.

Pello Urizar ha decidido poner fin a su vida política y volver a su puesto de trabajo. La paradoja ha quedado sin resolver pero al menos él ha logrado mantener la inercia. Una vez vueltos todos al punto de origen veremos si esta continúa o simplemente seguimos anclados en lo inamovible. Pello aportó movilidad, inercia y transformación luchando por dar soluciones. No olvidemos nunca la paradoja en la que llevamos metidos cuarenta años. Ojalá salgamos de ella. Ojalá tengamos más lideres como Pello.

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