Borja Izagirre Larrañaga
Concejal de EH Bildu en el Ayuntamiento de Pamplona

Permisos de terrazas; vecindarios y locales de primera y de segunda

Es necesario que la ciudadanía sepa que Navarra Suma sigue gobernando el Ayuntamiento como su cortijo haciendo y deshaciendo a su antojo, facilitando todo a unos y castigando a otros, sólo porque éstos no son de su cuerda.

Mediante este artículo quiero mostrar nuestra sospecha (de EH Bildu) y preocupación con el proceder del actual equipo de gobierno en las autorizaciones de terrazas en Alde Zaharra. Hablo del enésimo ejemplo de política clasista de Navarra Suma. Y es que para la derecha existen hosteleros de primera y de segunda, o, mejor dicho, vecinos y vecinas de primera y de segunda. Para las solicitudes de ocupación de espacio público para terrazas en el Casco Viejo deciden que tienen que pasar previamente por una consulta vecinal, mientras para el resto de la ciudad no es necesario. ¿Por qué no hacen ninguna consulta al vecindario del Paseo Sarasate o de la Plaza de la Cruz? ¿Acaso no hay viviendas en el entorno de la Plaza de Toros? Pero es que, incluso en esas consultas que sí imponen en Alde Zaharra, existen claroscuros y sospechas de que tanto el recuento, como la intencionalidad, las amañan.

Empecemos por el principio. Gracias a la iniciativa del grupo municipal de EH Bildu y en contra del parecer del alcalde Maya, se creó el año pasado la Comisión Covid-19, foro donde poder tratar los temas de ciudad directamente relacionados con la pandemia. Una vez creada (ya digo que en contra del parecer de Na+), el equipo de gobierno aprovechó para trasladar allí las solicitudes de ocupación de espacio público para terrazas. Así, dio luz verde, por ejemplo, a las de Sarasate el verano pasado (sin consulta vecinal). Y esto lo hacía mientras paralizaba las solicitudes de Alde Zaharra. Finalmente, con meses de retraso y además sin cumplir el trámite de llevarlo a la Comisión Covid, el 21 de enero el área de Seguridad Ciudadana autorizó la instalación temporal de una carpa en la plaza Compañía y una terraza en la plaza de Calderería compartida por 4 establecimientos. Éstos habían propuesto también una alternativa de mesas en Calderería para evitar ocupar Compañía, pero el concejal delegado, señor Labairu, hizo caso omiso y concedió la ocupación de ambas plazas hasta el 21 de marzo. Y esto provocó el enfado tanto de algunos vecinos y vecinas, como de los propios hosteleros, condenados a estar en el punto de mira de las críticas.

Se puso en marcha la carpa y durante dos meses se desarrolló la actividad con un perfecto funcionamiento tanto de limpieza como de servicio, y sin que hubiese ninguna queja en Policía Municipal. Tanto es así que el 12 de marzo se presentaron en el Ayuntamiento 233 firmas de vecinos y vecinas del casco viejo favorables a mantener la carpa. Sin embargo, Na+ no las dio por buenas alegando que no todas eran personas que vivían en Compañía, y se arrogaron a sí mismos el papel de promotores de un supuesto proceso participativo que, finalmente y para sorpresa general, resultó ser vinculante. Así, el 26 de marzo el Concejal Delegado explicó que habían consultado «a 80 vecinos, de los que 51 respondieron, 23 de forma favorable a su continuidad y 28 de manera desfavorable». Labairu reconoció, a preguntas de EH Bildu, que hubo «algunos votos» que «llegaron fuera de plazo» pero que, «después de contabilizarlos, eran más los votos en contra de la prórroga que a favor». En base a ese argumento, anunció la clausura de la carpa con efecto 31 de marzo.

Pero como este equipo de gobierno no es de fiar, EH Bildu decidió solicitar, el 29 de ese mes, el expediente y el proceso de votación, y se nos respondió que no se nos podía especificar el número de contestaciones fuera de plazo, puesto que «las desestimaron y no las contaron». Pero además añadía el edil: «Sé que me comentaron que en su mayoría eran favorables y la cosa quedaba bastante equilibrada, pero no tengo el número». ¿Entonces? ¿Habían contado los votos fuera de plazo o no?

Ante estas contradicciones, volvimos a solicitar, el 19 de abril, a través de Registro el número y el sentido de los votos que llegaron fuera de plazo y la certificación de que, efectivamente, tenían esa condición. Esta vez la respuesta del concejal delegado fue que todas las respuestas que, supuestamente, llegaron tarde no se habían añadido al expediente, razón por la cual le era imposible poder facilitar más información. Pero, ¿nadie certificó nada? ¿Nadie contabilizó? ¿Nadie levantó acta? ¿Qué clase de proceso participativo realizaron? Sospechamos que todo los que se nos ha dicho no se ajusta a la realidad. Sospechamos que simplemente se inventaron que determinados votos habían llegado fuera de plazo para no contabilizarlos porque, de haberlo hecho, el resultado hubiese sido otro. Así de sencillo y, si no, que demuestren con papeles y actas que su versión, esa en la que sustentaron negar el trabajo a 4 establecimientos, era verídica

Pero el asunto toma especial relevancia porque han impuesto la misma vía para la Plaza de Santa Ana (otros cuatro locales de Jarauta habían solicitado terraza allá). El 30 de abril anunciaron su decisión (de nuevo unilateral) de imponer otro proceso participativo vinculante, pero en este caso con una novedad: un solo voto por vivienda, es decir, justo lo contrario que en Compañía. ¿Justificaron el cambio de criterio? ¿Argumentaron por qué? La respuesta es no... Y, aun así, hubo 27 votos a favor y 27 en contra. ¿Cómo lo resolvieron? ¿Ampliaron el plazo para votar? No, evidentemente, y es que estamos hablando de bares de Jarauta, no de la Plaza de la Cruz o del entorno de la Plaza de Toros... Lo dicho, es necesario que la ciudadanía sepa que Navarra Suma sigue gobernando el Ayuntamiento como su cortijo haciendo y deshaciendo a su antojo, facilitando todo a unos y castigando a otros, sólo porque éstos no son de su cuerda.

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