Puri Perez Rojo
Mugarik Gabe

Personas sin palabra que no cumplen sus propios presupuestos

Empezaré como las viejas, pero no me importa. ¡Cómo han cambiado los tiempos! Hubo tiempos en los que no existían notarios ni leyes. Tiempos en los que no era imprescindible la firma por escrito de acuerdos para que estos se cumpliesen. Tiempos en los que la palabra dada era considerada algo sagrado, donde lo dicho era ley.

Tradición, vasca quiero pensar, donde los acuerdos verbales «iban a misa». Eran tiempos donde había personas de palabra, que si no estaban seguros de poder cumplir, no prometían nada. En esta categoría teníamos a muchas personas del Partido Nacionalista Vasco. Pero no, ahora no; hoy en día ya no es así, no hay personas de palabra, ni siquiera existiendo acuerdos por escrito y firmados hace doce meses.

«Donde dije digo, digo Diego», y no digo «porque me da la gana», porque queda feo y políticamente incorrecto.

Lo que sí existe mucho hoy en día son personas con una sola palabra, una sola, que repiten incansablemente: «crisis». Es una palabra maravillosa que sirve para todo y para siempre.

Aunque en público hablen de que se está dando una recuperación económica, a la vez nos están hablando de crisis cuando se refieren a los Presupuestos de Cooperación. Aunque digan que estamos saliendo de la crisis, proponen mantenernos en Cooperación con presupuestos del año 2002. Aunque hayan prometido, firmado y aprobado 50.000.000 de euros para 2016, y haya sido aprobado incluso por el Parlamento, porque seguimos en crisis, proponen 43 millones para lograr los mismos objetivos de Cooperación al Desarrollo.

La Agencia Vasca de Cooperación lo anuncia en prensa como un aumento presupuestario respecto a 2015 (43 millones para 2016 frente a 40 millones que hubo en 2015) pero no se menciona que suponen también casi ocho millones menos de lo presupuestado en 2012 para Cooperación. Y que a día de hoy, este año, más de sesenta proyectos bien elaborados y muy necesarios, a realizar en diferentes países, han sido denegados por falta de fondos para su adjudicación. Increíblemente un recorte que se mantiene por cuarto año consecutivo se convierte en un incremento… será la magia de las palabras.

Visto lo visto, el Gobierno Vasco no tiene palabra, increíble pero cierto. El Parlamento puede cambiar estos presupuestos, en su mano está cumplir su palabra; esperemos que así sea.

Bilatu