Mohamed Merabet
Presidente de la plataforma de solidaridad con los pueblos del Mediterráneo

Perspectivas migrantes

Las bases de una sociedad plural y diversa culturalmente requieren una ciudadanía comprometida con la cuestión migrante

Sobran fotos, reportajes, testimonios... para describir la complejidad de un fenómeno con periplos y realidades muy delicadas.

Las migraciones nos brindan una oportunidad para situarnos en las realidades de nuestros tiempos, una ventana al estado de las cosas en un mundo en continuo movimiento y un reto para la definición de nuestras sociedades cosmopolitas.

Las migraciones son nuestra historia y nuestra movilidad, cada paso que se abre en ese camino es una esperanza que se proyecta para construir más solidaridad y más humanidad.

El fenómeno migratorio es cierto que se mantiene como una constante en la historia humana pero sus cifras y sus dramas se disparan cada año. Un fenómeno que no cesa de crecer y se presenta como uno de los mayores desafíos del siglo XXI, siempre con razones y motivos.

La envergadura de las dinámicas migratorias alcanza poblaciones y regiones en unos contextos locales y nacionales y de relaciones internacionales de profundos cambios en los paisajes geopolíticos, en las cartas demográficas y en las apuestas económicas.

Es imperioso retomar un debate abierto y multidisciplinario enfocado en una perspectiva plural para describir las dimensiones históricas y actuales de un fenómeno estructural y mundializado.

La presencia migrante lejos de considerarse transitoria y que corresponde a un imperativo contingente se ha vuelto permanente y definitiva en nuestras realidades. Un hecho cada vez más arraigado en nuestra vida cotidiana y colectiva.

El ámbito laboral y cultural dinamiza activamente esa tendencia transformadora. Las bases de una sociedad plural y diversa culturalmente requieren una ciudadanía comprometida con la cuestión migrante.

Los flujos migratorios y las sociedades plurales se articulan y se construyen por sujetos subalternos periféricos no al margen de las tensiones sociales, las exclusiones, las desigualdades y las asimetrías culturales.

La revalorización de esa presencia desde políticas públicas y su interacción con los movimientos sociales es reconsiderar la centralidad de la realidad migrante en la conformación del vivir en común y en la definición de los derechos culturales y civiles.

La reflexión colectiva nos invita a realizar un énfasis sobre problemáticas y perspectivas que este fenómeno produce en nuestras sociedades locales y globales estableciendo un diálogo transversal, comprometido y consecuente con los horizontes de las migraciones y la movilidad humana.

Procuremos que nuestros debates nazcan de un abanico muy vasto que recoja experiencias y situaciones de un largo recorrido histórico migratorio, es decir tratar la migración y abordarla en términos prácticos de su construcción como opción de vida, y en los marcos históricos y geopolíticos que determinan su desenvolvimiento en los diferentes niveles de la realidad mundial.

Así entendemos también que la elaboración de las políticas migratorias, su gestión y su administración es un proceso de inclusión participativo y dinámico.

Invitar a una praxis arraigada en las experiencias sociales y culturales de las comunidades migrantes y contribuir al enriquecimiento de las perspectivas emancipatorias de las estrategias del cambio en el siglo XXI.

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