Martin Garitano
Ex diputado general de Gipuzkoa

PNV, sin pudor ni vergüenza

El que fuera diputado general de Gipuzkoa Martín Garitano valora lo ocurrido en la constitución de ayuntamientos, en especial la actuación de un PNV que no ha dudado en apoyarse en el PP y ha puesto como objetivo acotar las victorias de EH Bildu.

Hoy se han cometido flagrantes atracos contra el patrimonio de la voluntad popular en Euskal Herria.

Como en las viejas películas del Far West, los bandoleros estrenan la escena con disimulo, enmascarados con sus pañuelos, y terminan el asalto a cara descubierta, sin pudor ni vergüenza, animados tal vez por lo goloso del botín y un cierto empacho de ego.

No hablamos de la legitimidad de hacer pactos lógicos según las circunstancias, ante, por ejemplo, mayorías desgastadas y en declive. De todo tiene que haber, incluso en el terreno de la curiosidad. No, hablamos de rapiña y de intentar acotar la voluntad popular a golpe de vetos y a cualquier precio, incluso el de apoyarse y dar aire al españolismo más reaccionario.

Sin embargo, las torpes maniobras de un PNV en retroceso, sabedor de que la tendencia no es flor de un día sino, eso, tendencia que no logran frenar, indican un nerviosismo hasta ahora inédito en el think tank jelkide.

Quienes nacieron y crecieron en el humus de la imbatibilidad del JEL asisten, entre incrédulos y estupefactos, a cambios en la sociedad vasca que no alcanzan a comprender y menos aún a gestionar. Y como los torpes con ínfulas han decidido tirar por la calle de enmedio y al grito de ‘toma el dinero y corre’ no se han percatado de que se les ha caído el pañuelo y han quedado a la vista de todos sus dientes amarillos.

Lo escribo con cierta pena porque da grima contemplar la degradación política de un partido centenario que durante muchos años ha concitado la adhesión de tantos que soñaban con una patria vasca libre.
Hubo un tiempo en que digirieron la corrupción hasta el punto de tratar de legitimarla –los casos son muchos y elocuentes– y ahora los creadores de eslóganes y ocurrencias para sus líderes se devanan los sesos para elaborar un argumentario con el que narcotizar a su base social y justificar el expolio.

Fue Unamuno quien sentenció: «Venceréis pero no convenceréis», pero tengo para mí que, más pronto que tarde, además de no convencer, tampoco vencerán.

En esas viejas películas del Oeste, los ventajistas ganan las primeras manos en el póker, pero al final lo pierden todo y al jelkidismo de hoy ya se le ven las cartas. La cuestión es hacer acopio de paciencia y mantener serenidad en el rostro y pulso firme en las manos. Así hasta volcar el tablero.

Del PSOE, mejor ni hablar. Han hecho de la deslealtad y la desvergüenza seña de identidad y la han incorporado a su ADN. Bueno, eso ya lo hicieron González y Guerra.

Bilatu