Ibon Cabo Itoiz
Miembro de EA

Por un nuevo pacto en Euskal Herria. La izquierda necesaria

A lo largo de la corta y mal entendida historia democrática de nuestro pueblo, diversos han sido los intentos de confluencias de las diversas izquierdas que poblaban y cohabitan Euskal Herria. Tan diferentes sus proyectos, tan variopintos sus intentos como la diversidad que puebla cada uno de los valles y comarcas, pueblos y ciudades, pedanías y barrios, de nuestra tierra.

Antecedentes
Cuando el caudillo comenzaba a perder fuerza, ya en Txiberta el Abertzalismo intentó organizar un foco de resistencia ante el estado plural pero con visión nacional. En esa reunión estuvieron presentes todos los grupúsculos de la izquierda en sus diversos ámbitos. Socialistas, comunistas, social demócratas, partidarios de entrar en el sistema, favorables al estatuto, troskistas, anarco-sindicalistas, ecosocialistas, partidarios de la estrategia político-militar, partidarios de la estrategia militar, democristianos, cristianos a secas, ortodoxos, alcaldes y exalcaldes, Malzaga, el 36, la resistencia, los maquis y otras vías aún, hoy y entonces, por descubrir.

No se puede ocultar que en aquella reunión hubo dos diferencias principales, por un lado, la división de opiniones en cuanto a la estrategia política y militar y la participación en el sistema y por otro lado, la lucha de clases en el pueblo vasco como elemento de conquista de derechos sociales o la aceptación del sistema representativo impuesto por régimen saliente.

Tras la rotura de conversaciones en Txiberta, llegó la división de la izquierda. Por un lado, la izquierda internacionalista se unió en torno a Euskadiko Ezkerra, mientras que los favorables a continuar con la estrategia política militar lo hicieron en torno a la mesa de Alsasua a través de la Koordinadora Abertzale Sozialista y a Herri Batasuna como agrupación electoral. Por otro lado la izquierda estatalista participó en el incipiente proceso electoral a través del PCE-EAK. La democracia cristiana sufre su gran escisión con la creación de Eusko Alkartasuna, partido que desde su fundación se define como social demócrata e independentista. No es hasta la creación de EH Bildu cuando se vuelve a reconfigurar plenamente este espacio electoral de la izquierda independentista vasca. Sin embargo EH Bildu no debe ni puede cerrar tampoco la puerta a quién en torno al derecho a decidir quiera participar en un proceso de emancipación del pueblo vasco.

Con la fusión de Euskadiko Ezkerra y PSOE en PSE-Euskadiko Ezkerra, desaparece un tercer espacio de la izquierda en la CAV, no partidario de la lucha armada y con clara visión internacionalista, que viene a ocupar Ezker Batua en el año 1986 obteniendo sus mejoras resultados en torno a 1994. Después, nueva división en esta marca también y otro espacio huérfano hasta la creación y salida a concurrencia electoral de Podemos y su posterior marca Unidos-Podemos.

El bloqueo actual, heredero de los miedos del pasado
Los puntos claves de debate en la izquierda vasca y sus desavenencias han girado en torno a tres cuestiones claves:
1. Derecho a decidir y adecuación de ritmos institucionales en los distintos territorios que conforman Euskal Herria. Actualmente en torno a los tres puntos, igual que en los años 70, existen diferentes visiones de cómo afrontar la emancipación del individuo y del pueblo vasco y su relación con otros pueblos del estado y del mundo en general.

En cuanto al derecho a decidir, queda pendiente de definir los ritmos territoriales y los sujetos políticos de decisión. Además, no ha quedado claro entre la izquierda estatal, francesa y la vasca o navarra si se sabe qué consecuencias podría tener el hecho de ejercer este mandato popular. Es decir, ¿se aceptaría la decisión inequívoca del pueblo vasco? ¿Tiene el pueblo español o el francés derecho a veto en caso de secesión de uno de sus territorios? ¿En caso de que la respuesta fuera negativa, cuándo se podría volver a ejercer tales derechos?

Desde luego, el poner en práctica el derecho a decidir implica sin duda aceptar su veredicto. Respecto al papel del estado español, parece claro que en caso de cambio político, si se aceptara la pluralidad del mismo, vendría acompañada de un reconocimiento a las naciones sin estado, por lo tanto no tendría cabida el derecho a veto. En cuanto a la respuesta la pregunta sobre cuándo se podría volver a ejercer, parece que la corte de Quebec al respecto ya estableció el plazo de una generación para poder volver a ejercer este tipo de consultas, salvo que se dieran cambios políticos de tanta envergadura que invalidaran la situación anterior, caso que se puede dar por cierto tras el Brexit en Escocia.

Sin embargo el miedo que tienen los partidos estatales a la pérdida de votos a ese nivel es evidente y el miedo a este solo se podrá combatir desde la lucha contra los prejuicios heredados del régimen del 78.

2. Superación del conflicto armado y gestión de sus derivadas y consecuencias humanas, sociales y políticas. Sin duda la parte de la que más se ha escrito y sobre la que menos hemos avanzado. La situación de presos enfermos y la dispersión hacen que podamos percibir que en este punto, nos hayamos interesadamente quedado estancados en la parte de justicia, verdad y reparación que corresponde a las víctimas. Estamos ante un paisaje estanco donde los derechos humanos no fluyen y la venganza política se ejerce a través de la actual política penitenciaria.

Sin embargo, en este punto parece que la izquierda camina firme y unida. Hay matices, pero no en los grandes traumas que asolan a nuestra sociedad. Sin duda los vascos somos los que antes hicimos este proceso mental de verdad, justicia y reparación. Toca convencer a lo largo y ancho del mundo que si nosotros/as fuimos capaces, ellos/as lo que tienen que hacer es acompañar y en todo caso aplaudir con las orejas tan ingente cantidad de generosidad humana.

Se puede dar en nuestra tierra una especie de efecto Colombia donde se trate de manipular la memoria de las víctimas. En este sentido, el peligro está en quedarse quietos sin avanzar, pues cuando uno se detiene el cansancio le suele obligar a sentarse e incluso a vivir de rodillas. Desde Euskal Herria podemos dar muchas lecciones sobre los que es levantarse y vivir en pie con el puño en alto. Avancemos también olvidando el miedo.

3. Construcción de un estado del bienestar vasco sin injerencias y cercano a todos aquellos modelos en cuyas economías el sector público y la protección de los derechos sociales tienen un peso específico elevado, tanto en la forma de organización, como en lo económico y por supuesto en lo político.

Las diversas luchas sociales que gestionan los diversos pueblos que componen la sociedad vasca hacen que en este punto haya un nexo claramente común: el relato de la conquista neoliberal y de la destrucción de los derechos sociales de los pueblos y de las personas. Euskal Herria no ha estado ajena a este proceso y por lo tanto existe una concordia clara en torno a devolver al pueblo lo que es del pueblo. Sobre esto debe versas gran parte de los mínimos necesarios para el acuerdo institucional, social y político. El pacto PNV PSE no es más que el último ejemplo palpable de que la izquierda nada huérfana de dirección y que si no se une para luchar la pasaran por encima desde los poderes facticos y económicos.

Los principios universales de la izquierda supeditados al desarrollo sostenible. La supervivencia de la sociedad del bienestar como único camino.
1. El calentamiento global. A nadie se le escapa ya, que la construcción del modelo de económico basado en el crecimiento esta finiquitado para todos aquellos que creen que se trata de legar a las generaciones futuras un mundo mejor y no uno absolutamente devastado por el egoísmo individual.

Para ello, la arquitectura institucional y el establecimiento de las prioridades políticas de cada partido deben quedar absolutamente supeditados a la supervivencia ecológica mundial sobre el llamado calentamiento global. La ecología debe pasar a un primer plano y sin miedo a equivocarnos debe ser el punto número uno de nuestra política de izquierdas en torno a la economía. El tiempo se nos acaba y pronto puede ser irreversible nuestra nefasta gestión del crecimiento económico y del efecto Lego, bajo el cual hemos creído que todo lo que podemos imaginar, lo podemos construir y así nos hemos situado por encima del principio de reciprocidad con el medio natural. Este error filosófico ha creado algunos billonarios, millones de indigentes y sobre todo un mundo inhabitable a medio plazo. Toda construcción institucional debería ir supedita a la lucha contra este fenómeno.

2. La justicia social desde la defensa del sector público.
Entendiendo la justicia social como un principio de solidaridad universal. Toda construcción de un espacio de encuentro, debe ir bajo la vigilancia de este argumento. Entendiendo que el actual sistema que ni nos gusta ni lo aceptamos, estamos ante el imperativo legal de asumir el actual marco de relaciones institucionales y tratar de operar a través de él, hasta que podamos transformarlo en un sistema menos representativo y lo más participativo y democrático posible.

Bajo esta idea, las personas tienen que tener unos mínimos, establecidos en la mayoría de las cartas magnas europeas, así como en la declaración universal de los derechos humanos, donde el estado y su arquitectura institucional debe tener la capacidad de imponer sus instrumentos, de un modo coactivo cuando los derechos de las personas no se estén cumpliendo. Esto incluye recuperar alguna de las capacidades que la social democracia europea y el neo liberalismo en general, han vendido a las grandes fortunas a precio de saldo. Pensionistas, mujeres y clases excluidas deben ser los principales benefactores de estas políticas.

Aún así el crecimiento social y sostenible, debe ir ligado a la capacidad de construir redes para las personas desde la vuelta a lo colectivo, al vecindario pensado para los que llegaron de pueblos remotos o cercanos. Debe ir orientado a la vuelta del pequeño círculo concéntrico, a la recuperación de lo local por encima de lo global. A volver a conversar con Ama Lurra a través de nuestro hábitat habitual. Lo público nos acerca al vecino y la privatización del aire, del agua o del espacio nos aleja de la convivencia y acarrea más pobreza.

3. El modelo neo liberal democristiano. El sentimiento de inferioridad ante un ente superior, sea político o divino, esta a veces vinculado a la propia incapacidad de los seres humanos de asumir su responsabilidad como gestores del mundo, de sus personas y de los males que el desarrollo sin medida acarrea. En este contexto de pensar que el crecimiento debe tener un equilibrio económico y no social, en esta idea falsa de convencer a través a de los medios de comunicación, de que el reparto de la riqueza debe ser a través de la caridad y no de la solidaridad, en este espacio de perversión política donde todo se compra y se vende creado por el modelo neo liberal democristiano, debe encontrar la izquierda vasca su espacio para luchar unida ante un rival superior en los medios y apabullante en la implantación del terror.

Ante la creación de grupos de adoctrinamiento ideológico donde la culpa la vuelven a tener los malos cristianos, los que no son como nosotros, los que vienen de fuera, los que tienen distintas costumbres o simplemente distinto color. Ante esta ideología, la izquierda se debe de plantar firmemente y encontrar entre aquellos que entiendan que no hay futuro sin transformación social, aliados para la consecución de sus objetivos antes descritos. Debemos eliminar la visión étnica y radical de la historia en el verbo tradicional de la izquierda, para superar estigmas y tratar de avanzar hacia la recuperación de los necesarios espacios de poder para la reconstrucción del estado de bienestar. El enemigo no está en el cielo sino en Davos o en Bilderberg, pero no debemos dejar para otro tiempo lo que podamos hacer ya desde la tierra, sobre todo si queremos que esta siga en pie. Algunos no tienen ningún complejo a la hora de destruir lo que tanto nos ha costado edificar: la conciencia humana.

Los diez puntos básicos para la gestión de un modelo de izquierdas en la CAV como Nafarroa abierto a todos los que creen en el derecho a decidir.
Así pues, llega la hora del cambio. Y para ello debemos trabajar desde el ámbito de la izquierda en torno a al menos diez puntos de encuentro básicos:
1. Euskal Herria es un pueblo que tiene derecho a ejercer su libertad a través del principio universal del derecho a decidir. Los ritmos se adecuaran a las distintas realidades institucionales.
2. Euskal Herria es un pueblo que tiene un idioma y una cultura y que quiere vivir tal y como es. Diverso, plural y reconocible pro todos/as.
3. La superación del conflicto armado debe ir ligada a la recuperación de los derechos humanos para todas las personas. En este ámbito, la situación de presos enfermos y la dispersión deben ocupar un papel central en el trabajo común de la izquierda. También el reconocimiento de todas las víctimas.
4. El estado del bienestar es el pilar sobre el que se debe construir la justicia social. Por lo tanto, no debemos aceptar retrocesos en este ámbito ni de manera directa ni indirecta a través de privatizaciones encubiertas.
5. La economía y el desarrollo deben estar supeditadas a la cuestión ecológica. La lucha contra el cambio climático debe ser una prioridad para la gestión de un modelo común. La construcción como modelo de desarrollo sin límites ha muerto.
6. La justicia social debe ir unida a la defensa de lo público. Un sistema sin un estado potente en cuanto a derechos y libertades, sub contrata a las personas de una manera indirecta y les convierte en rehenes de las grandes empresas transnacionales.
7. Los cuatro elementos de la antigüedad eran la tierra, el aire, el agua y el fuego. Aplicándolo al siglo XXI, agua siempre pública y para todas las personas, tierra o un lugar para vivir y para comer, aire como elemento para respirar y trasmitir la vida y por último fuego o energía para que la izquierda luche sin desmayo contra la pobreza energética.
8. La conciencia humana debe fundamentarse en la lucha contra la desigualdad. Sin ética no hay paraíso y sin reparto de la propiedad y de la riqueza no hay verdad y reparación para las víctimas del Tsunami Neoliberal. Cada barrio y cada pueblo debe ser un núcleo duro de defensa de las conquistas del movimiento obrero.
9. La lucha contra la xenofobia y el hecho de apartar de de responsabilidades de gobierno a personas y mensajes dirigidos a impulsar el odio al diferente, debe ser una prioridad absoluta también.
10. Memoria, justicia y reparación para las víctimas de Franco junto con aplicación de la legalidad vigente al respecto, siempre con la idea de avanzar desde lo propio aún más en este sentido, con un cambio en el modelo policial y militar claro que sigue vigente en nuestra tierra.

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