Elias Anton Murgiondo

Preparando el futuro

Las circunstancias que concurren en los tiempos presentes suponen rémoras y amenazas sobre el posible desarrollo de un proyecto eficaz que clarifique la evolución positiva de nuestro mundo, de nuestro entorno y de nuestros deseos. Es así, que las fuerzas vivas de la sociedad moderna se enfrentan de manera cainita en una lucha ciega por el control del poder político-económico, donde las libertades de las personas no importan y la solidaridad se diluye en favor del control y la explotación del hombre por el hombre.

Ocurre en el mundo y en nuestra tierra, en Euskal Herria, donde las variantes sociales y políticas se reparten el poder según los intereses grupales, a través de pactos y acuerdos que lastran intereses comunales que pudieran permitir equilibrios igualitarios a nivel poblacional. Sucede con las rentas del trabajo, con la igualdad de género, con la cultura y el idioma, con la justicia, con una imposición centralista asfixiante, sucede a partir de un hipernacionalismo imperial que ignora de manera abierta el internacionalismo solidario y la existencia de naciones que plantean romper con una unión forzada. Pues para ser internacionalista y solidario se requiere ser parte de una nación libre y dueños del reconocimiento y la libertad de elegir; España es una entelequia en su denominación conjunta, pues las diferentes naciones inclusas en su territorio no tienen similitudes que establezcan parentescos definitorios, pues vascos, catalanes y gallegos son diferentes entre sí, y a partir de ahí, las diferencias con el resto resultan objetivas.

A pesar de estar divididos en tres administraciones de dos Estados (Francia y España), los vascos de la CAV, Nafarroa e Iparralde emergemos con energía como pueblo antiguo y moderno, con una impronta dinámica fecunda, donde la respuesta a la opresión y al dominio han sido siempre constantes; unas veces violenta y las más negando la sumisión, pero siempre como respuesta a la ocupación y la vulneración. El derecho a la autodefensa conlleva adjetivos que el impositor denomina como terrorismo, ignorando siempre que el terror comienza a partir de la agresión y el castigo imperial, producto de una dominación ciega y asesina. Es ahora cuando se comienza a admitir la reivindicada «Memoria Democrática», donde se reconocen las torturas y muertes, donde la «guerra sucia» practicada por el Estado aflora con toda su miseria. ¿Quién comienza la violencia en Euskal Herria? La historia contada con realismo nos dice quién es el agresor y quién el agredido, lo cual debiera facilitar un encuentro positivo para consensuar el derecho a decidir, a través de la autodeterminación, que sea la población vasca quien decida su futuro.

Mirando al futuro nos encontramos con pactos entre partidos tradicionales que mienten sobre sus objetivos reales, pues ante el innegable avance soberanista vasco, tanto el PNV como el PSE aúnan sus fuerzas para establecer una gobernanza regionalista que impida avances independentistas, pues el PSE es unionista español y al PNV le interesa diluirse y gobernar con un estatuto obsoleto en la región vasca (CAV) de la monarquía hispana, para no perder privilegios y seguir falsificando objetivos. Ortuzar decide desmontar el partido y cambiar las personas del «desastre», considerando que las cosas se arreglan moviendo individuos y no ideas, es decir, no rompiendo con un modelo de política embustero y manipulador, basado en intereses bastardos de control que benefician

en exclusiva al partido y sus dirigentes. Por el otro lado, el PSE de Andueza no duda en recordar a los García Damborenea. Jáuregui o Guerra, siempre amenazando y dictando lo que los vascos somos y necesitamos, a sabiendas del poder que le confieren sus votos para maridar con el PNV y doblegar al soberanismo abertzale. Todo ello desde un socialismo neoliberal y rancio, colaborador con el Capital y abriendo paso a la OTAN y a los esbirros del imperialismo mundial (Sahara).

Este es el panorama que los partidos de gobierno en la CAV nos ofrecen tras los resultados de los últimos comicios, donde la izquierda soberanista representada por EH Bildu ha logrado el mismo número de escaños que el PNV (27-27), lo cual ha encendido todas las alarmas y ha roto con la inercia del «buen hacer» de los jeltzales. ¿Qué puede ocurrir si EH Bildu gana las próximas elecciones y deja en el rincón de pensar a PNV y PSE? ¿Qué explicaciones darán a sus votantes y militantes después de tanto tiempo de agresiones y mentiras? ¿Cómo actuará el PSOE en España con respecto a las negociaciones de cara a la autodeterminación vasca y al respeto democrático y republicano? El futuro se acerca inexorablemente, con el ritmo constante del trabajo y la dedicación, donde unos lo hacen con limpieza y honestidad, soportando las agresiones y las mentiras, mientras otros acostumbran a utilizar el entramado público para publicitar sus «logros» manipulando los mismos sin ningún tipo de complejo.

Por otro lado, y en modo positivo, debo señalar que he recibido con alegría y esperanza la rueda de prensa que Arnaldo Otegi ha ofrecido acerca de la formación de la nueva Mesa Política de EH Bildu que se compone de una lista de 31 personas, todas ellas jóvenes y donde la presencia femenina podría llegar al 56%

Esto sí es cambio, esto sí supone previsión y preparación cara al futuro, pues arranca de unos principios claros y unos objetivos firmes, como son el socialismo abertzale y la reunificación territorial de la nación vasca. Es la juventud el futuro, libre de complejos y generosa con su esfuerzo, con la voluntad solidaria y con el tiempo para el análisis y el debate en base a la acumulación histórica y a las nuevas corrientes del imaginario filosófico.

El hecho mismo de que sea la mujer quien supere en número a los miembros de la Mesa Política ya es un signo positivo, pues la centralidad analítica y la capacidad reflexiva son cualidades que intervienen de manera importante a la hora de debatir. No vale solamente el argumentar, hay que demostrar y ejercer, hay que trabajar y desarrollar, sin importar en equivocarse si es que se reconocen los errores, donde la autocrítica suponga una reacción natural si llega el caso, donde los éxitos redunden en beneficio de la ciudadanía en general y lo público triunfe sobre lo privado.

Este es el camino y los éxitos de EH Bildu estarán garantizados cara al futuro si no se cometen errores de prepotencia y olvido. El nuevo estatus espera para ser planteado y debatido, ahí nos encontraremos con quienes afirman deseos de emancipación que luego disfrazan con un ligero vestido estatutario.

La manifestación de enero de todos los años en Bilbo demuestra cuáles son los sentimientos de este pueblo hacia sus presas y presos, además de exiliadas y refugiados, cuestión que define los motivos para una gran movilización popular que se repite y aúna a miles de personas de todos los territorios vascos. Estos actos demuestran la necesidad de vaciar las cárceles y establecer una paz justa que acabe con la venganza y la vergüenza de la imposición del Estado ejecutor. Gora Herria!

Euskal preso politiko eta iheslariak etxera!

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