Ibon Cabo Itoiz

Presupuestos solidarios en el marco de la CAV

Es una última oportunidad para un gran acuerdo de país PNV-PSE- EH Bildu-Podemos que deje fuera al tripartito del terror.

Comienza un nuevo ciclo presupuestario de negociaciones en la CAV. El año pasado el resultado fue la prórroga presupuestaria y el fin de la negociación PNV-EH Bildu. Este año vuelve a ponerse en marcha el proceso y para saber si somos capaces de hacer política ficción para hablar sobre el futuro es necesario también que lo hagamos mirando al pasado.

Después del viraje del PNV que llevó a Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno español, se quedaron sin su socio preferente en la negociación, el PP, y tuvieron que buscar apoyos para la aprobación de un presupuesto que, aunque seguía limitado por la regla del gasto y el endeudamiento, podía alcanzar un mayor número de inversiones que el anterior. Por ello el PP se abstuvo de participar desde el principio y Unidas Podemos, inmerso de lleno en el ciclo electoral español, también. Así comenzó la negociación en la que EH Bildu ofrecía dos abstenciones a cambio de una serie de condiciones, entre ellas, un complemento de pensiones para los perceptores de RGI individual e inversiones en políticas de empleo públicas para mejorar la brecha salarial o la situación entre los jóvenes. Esto hubiera supuesto subir la RGI en dos años hasta los 785 euros. La última propuesta del Gobierno llegaba hasta unos incrementos de 142.600.000 euros. Posteriormente y tras el fracaso presupuestario, el Gobierno Vasco firmó con el apoyo de Unidos Podemos y PP tres leyes para asegurar la subida de la RGI, los salarios de los funcionarios y los profesores de la concertada.

De esta manera, la partida de los presupuestos anteriores tuvo dos mesas, una política y una técnica. En ambas los movimientos fueron continuos. De cara a la nueva partida ya han empezado algunas de las habituales jugadas. El Gobierno ha sacado a rodar de momento sus líneas maestras sin números pero haciendo hincapié en las políticas de igualdad. La oposición está moviendo fichas también. Por un lado el PP ha convocado una conferencia política para setiembre donde parece que pretende salirse del enroque del tripartito de derechas y volver a los acuerdos con el PNV. Unidas Podemos parece también dispuesta a mover fichas y ante la necesidad de contar con el PNV para la investidura e incluso para sacar a delante leyes como el presupuesto en Madrid, parece que vuelve a posiciones socialdemócratas y de trabajo en común con diferentes más allá de algún exabrupto público. Por otro lado, EH Bildu, a través de su portavoz de Industria y de Miren Larrión, ya ha puesto sobre la mesa la necesidad de invertir en I+D+i y recuperar terreno respecto a la media europea. Por último, el PNV tiene asamblea nacional el próximo lunes para decidir el camino preferente a recorrer al respecto. Algunos movimientos en Bizkaia optan por el acuerdo con el PP, en Araba se decantan por la opción con Podemos y otros en Gipuzkoa y Nafarroa lo hacen mirando a la necesidad de relaciones con EH Bildu. El juego ha comenzado.

Pero no es un juego cualquiera. Es una partida de la que los ciudadanos pueden salir reforzados o no. Es un posible acuerdo para mejorar la situación de las clases bajas y medias, profesionales y autónomos o para gastar los excedentes en barandillas, nuevas empresas de gestión pública o maquillajes varios. También es un acuerdo presupuestario de ejes políticos de país donde se puede establecer lo que van a ser los futuros ejes políticos de gestión en el periodo 2020-2024 donde puede que cambien los ejes denominados entre naciones llamados también trasversales por otros clásicos entre izquierda derecha. Es una última oportunidad para un gran acuerdo de país PNV-PSE- EH Bildu-Podemos que deje fuera al tripartito del terror. El eje de progreso frente al eje que se apoyo en quienes niegan la apertura de las cunetas para volver al pasado. El trabajo mirando hacia delante y para todos, frente al no reparto de la riqueza y al pelotazo inmobiliario como metodología de desarrollo territorial. Toca trabajar para ser también diferentes en esto. Sino en cuanto pasen las elecciones autonómicas comenzará un nuevo ciclo y la óptica catalana desaparecerá para siempre. Sino Madrid se convertirá en el circo de Rinconete y Cortadillo con la inestimable ayuda de Santi Abascal. Sino París será el paraíso de la señora Le Pen. Toca pensar con perspectiva global pero a sabiendas de que jugar a la ruleta rusa comienza con coger la pistola en vez de la pluma y el papel. Hagan juego señores y señoras y apuesten por unos presupuesto solidarios.

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