Jesusmari Soubies
Miembro de APL-Gaurgeroa

Primero la reflexión social, luego las elecciones vascas

Las personas mayores tenemos memoria y no olvidamos lo que ha sucedido. Tenemos muchas dudas y preguntas pendientes. Queremos saber qué ha pasado en las residencias, qué ha pasado con las personas más mayores, en qué condiciones estaban.

Parece probable que el 11 de mayo se acabe el confinamiento y la alarma sanitaria. La sociedad vasca, confinada durante 2 meses, no ha podido desarrollar el debate y la reflexión sociales más que a un nivel reducido o simbólico. Es justo, adecuado y totalmente necesario, que una vez terminada la alarma sanitaria, y aún con la vigencia del «distanciamiento social», se dé una reflexión y debate social lo más amplio y plural posible. Tenemos derecho a pedir explicaciones, a pedir cuentas. ¿Lo que ha sucedido, durante estos dos meses, acaso no es motivo para ello? Tenemos derecho a que se nos aclare lo que ha sucedido en el ámbito sanitario, en las residencias de ancianos, etc., o, ¿ya está todo dicho? Sí, todos y todas os hemos visto en los medio de comunicación, radio, prensa y televisión, hablando prácticamente sólo vosotros, el Gobierno. Pero si solo os falta aplaudiros y poneros medallas a vosotros mismos.

No, y no, eso de convocar elecciones nada más salir del confinavirus, acapara para los mismos de siempre el mes de mayo y junio y julio y agosto y setiembre. Una vez celebrada las elecciones en Julio, también acaparé el tema todo el mes de agosto y septiembre. Para regalo habrá que darle 100 días de gracia, total enero de 2021. ¿Y el debate social cuándo? La sociedad necesita intercambiar información entre sí misma. Pero, ¿si todavía no sabremos cuántos vecinos habremos quedado, cuando llegue el 11 de mayo? Ese hecho es usurpar un derecho social que a causa del Covid-19 ha estado en hibernación. No nos equivoquen, no pensamos pasar página en blanco.
    
Se han emitido ayudas monetarias que no voy a criticar ahora, no es el momento, aunque tenían que haber sido más generalizadas para todos los sectores sociales: parados, trabajadores despedidos, autónomos, comerciantes, trabajadoras sin papeles, etc. Parece que no es suficiente con su pretensión de que los de siempre paguemos las deudas acumuladas: dinero para las grandes empresas y los sectores financieros no ha faltado. Ahora se trata de que también hagamos el «gorrión», como diría mi paisano Arzalluz, y nos usurpen el derecho a protestar y manifestar nuestro enfado. ¿O acaso se da todo por concluido y no tenemos nada de qué quejarnos?
    
Todo el mundo admite y ha advertido ya (yo también), de que ahora toca acatar las instrucciones del personal sanitario y remar todos a una: hay que ganar la batalla al Covid-19. Las cuentas y explicaciones para cuando salgamos de esta crisis. Claro, si el 11 de mayo se levanta la alarma sanitaria, y entre el 15 y 20 de mayo (pongamos fecha) se convocan oficialmente las elecciones al Parlamento Vasco (las urnas caerían más o menos el 12 de julio), adiós, ya hablaremos…

La consecuencia está clara: la sociedad y sus movimientos se quedan sin su derecho a dirigirse a la sociedad e incidir sobre las políticas institucionales y sobre los programas electorales. ¿O acaso, los partidos políticos van a hacer sus programas electorales antes de escuchar a la sociedad y a los movimientos sociales? Lehendakari Jauna, ¿tan claro tienen ustedes y el resto de los partidos políticos de la cámara vasca, el rumbo que ha de tomar la política tras este episodio?

La sociedad y sus movimientos siempre han ido por delante de las instituciones. Sobre el calentamiento, sobre el cambio climático, sobre muchas realidades han sido esos movimientos los que han obligado a los estados a adaptarse una y otra vez. O no es así. El fin del movimiento social, no es ser un simple complemento de la economía, sino ser la conciencia de la sociedad; ser el referente para impulsar el desarrollo de nuevas formas sociales.

Si se pretende sustraer el debate social tendremos que salir a protestar, sin romper el distanciamiento social por supuesto, pero no podemos permitir que se nos usurpe una cosa tan esencial; no podemos aceptar que se nos diga, poco menos que asumamos, así, a secas, lo que unos pocos decidan; que asumamos que nuestra ignorancia sobre lo que en estos momentos nos atañe es beneficiosa y necesaria; que desde arriba nos estén interpretando día a día, su versión unilateral de nuestra propia realidad social. A ver si vamos a tener que tomar la actitud que describe José Saramago en su libro "Ensayo sobre la lucidez".

Las personas mayores tenemos memoria y no olvidamos lo que ha sucedido. Tenemos muchas dudas y preguntas pendientes. Queremos saber qué ha pasado en las residencias, qué ha pasado con las personas más mayores, en qué condiciones estaban. Queremos saber por qué no se escucha y se responde a las demandas de las personas trabajadoras de las residencias y a las de SAD. Y más cosas queremos saber, estamos en nuestro derecho. Todos hemos visto que los trabajos de estas personas son esenciales, y muy dignos.

Elecciones sí, pero primero tenéis que escuchar a la sociedad vasca. Primero tenéis que dejar hablar a la sociedad vasca. Hay que reflexionar sobre lo que está ocurriendo, porque tenemos que convertir esta crisis en una oportunidad para mejorar como sociedad. Y no me vengan con que la sociedad hablará en las urnas, que también.

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