Elias Anton Murgiondo

¿Qué hacer?

Nada más lejos de mi intención que la de apropiarme del contenido de la gran aportación del camarada Vladimir Ilich Ulianov, escrita el 1902, en un mundo diferente, convulso y prolegómeno de la primera gran guerra mundial que asolo Europa, estableciendo el desarrollo de la dominación capitalista y la respuesta obrera y campesina como autodefensa por medio del enfrentamiento directo para superar las contradicciones a través de la solidaridad socialista. ¿Qué hacer? (Zer egin?), refleja un momento histórico en evolución, con sus contradicciones y sus luces que, por pura lógica, difieren de los momentos actuales y, por ello, requiere actualizar la visión analítica y obliga a preguntarnos: ¿qué hacer ahora?

La Europa y la Rusia de Lenin está lejos y la Euskal Herria de hoy se halla en un proceso evolutivo muy interesante, pues la «lucha de los contrarios» se encuentra en una fase nueva, diferente a la de unos pocos años atrás, donde las fuerzas soberanistas avanzan frente a las unionistas de imposición y ocupación, así como contra el socialchovinismo que alguien se empeña en mantener como método de enfrentamiento y dispersión de objetivos en la lucha principal. Todo ello concurre en medio de una descomposición real de la lucha de clases, donde la pauperización y pérdida de la conciencia social vienen determinadas a partir de la dominación comunicativa por parte del sistema de control capitalista y sus poderes reales. Los diferentes territorios de los estados español y francés se comportan de modo diferente a la hora de evolucionar y es así que las naciones históricas inclusas en sus territorios distan mucho de parecerse y la conciencia de clase y de pertenencia rompen con los moldes generalizados y establecidos como parte de un todo; es así que ni Euskal Herria, ni Catalunya y Galiza actúan como el resto metropolitano y todo ello tiene que ver con su conciencia de pertenencia y sus objetivos indisimulados de emanciparse por medio del ejercicio autodeterminista que corresponde a un sistema democrático real.

La política que EH Bildu viene desarrollando conlleva innumerables aciertos que habría que resaltar, sobre todo desde la vertiente práctica explicativa y administrativa, donde sus resultados ofrecen confianza y entendimiento tangibles, pues en estos tiempos de prevaricación y fraude en la administración pública, no es casual que todos los partidos y grupos políticos se vean implicados en la corrupción y la izquierda abertzale (teniendo mayoría municipal) no aparezca entre los imputados.

«Hace lo que dice y dice lo que hace», es otra de las cuestiones que la coalición soberanista desarrolla con acierto, sin medias tintas y siendo absolutamente claros a la hora de explicar los objetivos. No le duelen prendas a la hora de ofrecer sus apoyos a otras fuerzas políticas si quien viene como alternativa supone el control de la extrema derecha y el caos fascista. Tiene una política clara sobre la defensa del feminismo y se implica en su lucha sin complejos y compartiendo militantemente sus objetivos, desarrollando la igualdad de manera práctica en la cotidianeidad de la lucha diaria. La defensa de la lucha sindical desde una perspectiva socialista y de clase, es decir, la defensa de la clase trabajadora compartiendo sus objetivos de lucha, es otro ejemplo innegable de solidaridad e implicación en el cambio social.

La propia composición de EH Bildu supone en sí misma un acierto innegable, pues su unidad entre diferentes por un objetivo común, conlleva un esfuerzo militante para avanzar en el encuentro para una lucha solidaria, es la constatación del «Frente Amplio» que tanto se reivindica para acabar con la dispersión de fuerzas progresistas y de izquierdas que también en Euskal Herria se producen; es en los momentos donde la representación se halla en juego cuando hay que pararse a pensar dónde y para qué se vota, donde hay que valorar para qué quieres tu voto y si merece la pena apoyar a quien defenderá tus derechos por encima de las imposiciones por parte de los partidos tradicionales que se ofrecen a la mayoría con las mentiras y ofertas edulcoradas que más adelante se las lleva el viento... El tiempo no pasa en balde y nuestro pueblo comienza a estar harto de que le timen con el mantra del «terrorismo» y el «nacionalismo» insolidarios para con la sacrosanta unidad de la «patria», cuando quienes lo dicen no son otra cosa que los defensores de un «grannacionalismo español» que ha practicado de forma sistemática el terrorismo de Estado por medio de las torturas y los asesinatos, todo ello pagado con fondos públicos, utilizando fondos reservados en la contratación de mercenarios y castas propias. La labor que se está desarrollando desde EH BILDU, con sus puertas abiertas para quien quiera incorporarse a la lucha común, supone un acicate para la juventud y la edad madura, los primeros por la comunicación clara y limpia y los segundos porque han vivido cantinelas y ofertas fallidas que desde el regionalismo de Sabin Etxea se viene desarrollando desde el principio. Es bueno que esto suceda, pues el cambio de ciclo está certificando que nuestra sociedad está viva y que la hora de ese cambio se avecina y, sobre todo, que el soberanismo acierta en sus predicciones y su trabajo cotidiano.

A fuer de ser insistente, considero que desde una perspectiva de clase, el voto próximo en la CAV debiera aunarse en torno a EH Bildu, pues es la única manera de que quien se sienta de izquierdas y progresista se vea representado de una manera eficaz y valiente, lo contrario es tirar el voto a la basura de la dispersión y la no representación. La cuenta de Youtube de EH Bildu recoge de manera diaria las propuestas de los portavoces de la coalición soberanista y tanto Otxandiano, como Otegi, Matute, Aizpurua, Iñarritu, etc. ofertan las intenciones de gobierno y los objetivos para la defensa de lo público (tanto en sanidad como en educación), así como los derechos a la vivienda y los planes para frenar las privatizaciones cada vez más defendidas por la unión entre el regionalismo del PRV y la socialdemocracia unionista al solo objeto de dominar e imponer desde una política neoliberal y populista. Estas elecciones deberán suponer la confirmación de que otro tipo de política es posible y de que ese «frente amplio» se consolida para agrupar, reunir y multiplicar a las fuerzas rupturistas de ese tercio de Euskal Herria, cuestión imprescindible para avanzar. Gora herria! Euskal preso politiko eta iheslariak etxera!

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