Ramón Elkoroaristizabal Bujedo
Ex Concejal de Herri Batasuna 1987/1999 Ayuntamientoto de Leioa

Quiebra de Rusia o quiebra del sistema financiero neoliberal

La izquierda tiene que mantener su propio discurso y no seguir el guion dictado por EEUU, defendiendo la paz y los derechos para todos en un sistema basado en el trabajo y la atención de las necesidades de las personas y los pueblos y negociando a la vez las siguientes reivindicaciones.

Biden, Borrell, Sánchez, Urkullu... todos a coro echando la culpa a «la guerra de Putin» de la situación económica que sufrimos pero, ¿es verdad lo que nos dicen?

Vamos a ver, la guerra de Rusia en Ucrania, no ha supuesto el incumplimiento de los compromisos comerciales de Rusia con sus clientes en ningún caso, el gas, el petroleo, el carbón, las materias primas, los fertilizantes, los granos...  todo lo que que tenía comprometido suministrar Rusia a sus socios comerciales lo ha hecho a los precios acordados por lo que difícilmente se le puede acusar de la situación de la crisis económica en la que vivimos. Es más, a pesar de los boicots, Rusia fue capaz de terminar el Nord Stream 2 encargado de garantizar el suministro de gas a Europa en las cantidades que necesitase por sus propios medios. Quien ha paralizado su puesta en funcionamiento ha sido Alemania cumpliendo la orden de EEUU.
¿Entonces por qué se culpa a Rusia de la situación económica tan adversa en que vivimos?

La respuesta es clara, por necesidades del guion. Esconder la quiebra de su sistema de dominación unipolar ocurrida a partir del 2006, a la que se puso parches con la creación de moneda de la nada (Quantitative easing) y la extensión hasta la estratosfera de las deudas publico/privadas que nos han traído a la actual inflación desatada en el sistema, ha sido la prioridad de EEUU.

La inflación, de la que Biden y sus seguidores culpan a «la guerra de Putin», viene como poco desde marzo de 2021 y no hay más que mirar los resultados del año 2021 para confirmarlo, por lo que quienes hacen esa afirmación mienten. Lo máximo que se puede decir, es que los bloqueos y sanciones económicas decretadas por la OTAN contra Rusia han agudizado el proceso inflacionario en el que estábamos.

El sistema necesita un culpable con urgencia para desviar la atención y Rusia y su presidente Putin es el más adecuado y conveniente para los intereses de EEUU. Además, hay una propuesta de 2019 de la Rand Corporatión https://www.rand.org/content/dam/rand/pubs/research_briefs/RB10000/RB10014/RAND_RB10014.pdf, que plantea las alternativas de confrontación con Rusia que posibilita afrontar, de manera completa los problemas del sistema de dominación estadounidense y precisamente, en Febrero de 2022 había una oportunidad de desarrollarlo. Desde 1999, Bielorrusia y Rusia desarrollan cada cuatro años las maniobras Zapad en Bielorrusia cerca de Ucrania por lo que EEUU pone en marcha su profecía auto cumplida de la invasión de Ucrania por Rusia.

Es conocido que Rusia tiene unas relaciones tensas con la OTAN y Ucrania. Desde la disolución de la URSS y el Pacto de Varsovia, los diferentes gobiernos de Rusia han protestado por la expansión hacia el este de la OTAN y han rechazado la integración de Ucrania en la misma. El 17 de Diciembre de 2021 la Federación Rusa propuso a los países integrantes de la OTAN, una Propuesta de Acuerdo para la Seguridad en Europa que fue rechazada por los mismos.

Las tensiones con Ucrania se agravaron desde el Golpe de Estado promovido en 2014 por la OTAN con la utilización de las organizaciones nazis existentes y su posterior integración en las estructuras del estado ucraniano, que impulsó una guerra civil contra los que se opusieron al mismo y que originaron la formación de la República Popular de Donetsk y Lugansk así como la República de Crimea posteriormente, mediante Referéndum, se integró en Rusia.

Desde entonces hay una penetración de la OTAN en Ucrania, con bases de entrenamiento, suministro de armamento y desarrollo de infraestructuras con vistas a la confrontación con Rusia, desplegando el ejército ucraniano frente al Donbass.

La táctica que se pone a funcionar es clara, se boicotean los Acuerdos de Minsk (2014-2015) impulsados por el Cuarteto de Normandía (Francia, Alemania, Ucrania y Rusia), en cuya última reunión el 10/02/2022 quedó claro que Ucrania, siguiendo el guion marcado por EEUU, no quería ningún acuerdo y que Francia y Alemania no estaban dispuestos a presionar a Ucrania para que los cumpliesen.

Lo que ocurrió después, es que las tropas del ejército ucraniano desplegadas en el Este, que se estiman en más de 100.000, comienzan el bombardeo con armamento pesado del Donbass registrado por la OSCE, y originan los primeros desplazamiento de la población del Donbass hacia Rusia.

Los responsables de las Repúblicas de Donetsk y Lugansk denuncian estos hechos y la intención del ejército ucraniano de lanzar una operación militar contra las mismas pidiendo su reconocimiento por Rusia, lo que sucede a petición de la Duma de la Federación Rusa a propuesta del Partido Comunista de Rusia y la posterior petición de ayuda en su defensa frente a las agresiones del ejército ucraniano que da inicio a la operación militar de Rusia en Ucrania, invadiéndola por el Norte, Este y Sur.

Las posteriores sanciones de la OTAN a Rusia, desestabilizan la economía mundial pues supone dificultar el comercio de uno de los primeros exportadores de materias primas del mundo, energía, metales, trigo y otros cereales, así como de fertilizantes y el bloqueo de la disposición de los depósitos en $, € y oro de Rusia en los bancos centrales, así como de particulares y empresas fuera de Rusia.

Estas acciones constituyen una declaración de guerra en toda regla de la OTAN a Rusia desde el punto de vista histórico, que Rusia, de momento, no ha aceptada en el plano militar. A pesar de ello, Rusia ha cumplido con todos sus contratos de suministro firmados y han sido los países occidentales alineados con la OTAN, los que no lo han hecho, por lo que las consecuencias económicas, no se pueden achacar a Rusia.

Esta evidencia sería clara para todos, si no fuera por el servilismo de los medios de comunicación occidentales que nos dice todo de su libertad e independencia. Asistimos a una información/propaganda sincronizada en todos los medios y dirigida por la OTAN, que no es nueva pero si reforzada. Existe constancia de que está dirigida por empresas de publicidad y coordinada y dirigida por la CIA y el MI6 con un nivel de penetración en la mayoría de los medios de comunicación occidentales, y que en el caso de los estadounidenses no tienen problemas en jactarse de ello.

Ante la situación de impago de sus suministros por parte de occidente, Rusia ha previsto que quienes no le pagan en el futuro en rublos o en oro no recibirán el suministro de los productos contratados.

Una vez más, los medios de comunicación occidentales nos muestran su falta de libertad al recoger la respuesta de la UE, que dice seguirán pagando en la moneda establecida en los contratos.

Pagar, en términos comerciales, es transmitir el dominio de algo a alguien, poniéndolo a su plena disposición, como contrapartida de un bien o servicio contratado y/o recibido. Abonar una cantidad en una cuenta en la que previamente, incumpliendo el contrato, se ha quitado la libre disponibilidad y el dominio de su propiedad al titular, no es pagar.

Resulta lamentable, vergonzoso y descriptivo de la situación en que vivimos, que hechos tan elementales tengan que ser puestos en evidencia por los lectores y no por los medios de comunicación.

Estamos en medio de una guerra total, de momento no nuclear, que definirá el mundo futuro, en el que la OTAN dirigida por EEUU lucha por mantener su hegemonía unipolar con su sistema financiero neoliberal como base económica de dominación, en el que la primacía del dólares y su dominio militar y político del mundo es su base de sustentación y Rusia por mantener su independencia en base a sus recursos naturales, económicos, técnicos, culturales y militares así como el apoyo de los países que no quieren someterse a los dictados de EEUU y sus amigos de la OTAN.

Su resultado, más pronto que tarde, sólo puede ser la quiebra de Rusia o la quiebra del sistema financiero neoliberal y el orden unipolar que lo sustenta y su sustitución por un orden multipolar sobre la base de diferentes divisas respaldadas por materias primas, energía, granos y capacidades productivas y de servicios que las respalden, con derechos para todos articulados a través del sistema de Naciones Unidas.

Ante esta situación, la izquierda tiene que mantener su propio discurso y no seguir el guion dictado por EEUU, defendiendo la paz y los derechos para todos en un sistema basado en el trabajo y la atención de las necesidades de las personas y los pueblos y negociando a la vez las siguientes reivindicaciones.

No a la guerra derecho de autodeterminación.

Disolución de la OTAN.

Acuerdo de seguridad colectiva en Europa para todos.

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