Juan Mari Arregi
Periodista

Reconocer, agradecer y pedir perdón a los migrantes

La migración iniciada a finales del siglo XIX que llegó a Euskal Herria, especialmente a Bizkaia, fue la base fundamental de su crecimiento económico, bancario, industrial, urbanístico, artístico así como de su bienestar social porque con su trabajo mantuvieron también las pensiones de nuestra población. Si aquella migración fue tan fundamental para su crecimiento y bienestar, no hay que dudar de que la migración actual y futura, además de necesarias, seguirá siendo tan determinante para nuestro bienestar. Ojalá que la explotación y precarización laborales tan presentes en las migraciones pasadas desaparezcan en las actuales y futuras.

Si Euskal Herria fue un país de recepción de migrantes, también nuestro Pueblo, aunque en mucho menor medida, tuvo sus momentos de migración (baserritarras, refugiados políticos, pelotaris, etc.) que mayoritariamente se trasladaron a países de Sudamérica y generalmente en la primera parte del siglo XX.

Antes de nada hay que denunciar que esta migración es consecuencia de un sistema, el colonialista, imperialista y capitalista, que provoca desigualdad, discriminación, hambre, represión y guerras y el abandono de miles de personas de sus tierras y pueblos para sobrevivir.

Si la primera ola de migrantes del Estado español a Euskal Herria fueron recibidos por Sabino Arana y sectores nacionalistas como «maketos», «simios», «bestias», «coreanos», actitud xenófoba que, en mucho menor medida, se prolongaría en etapas posteriores, sería justo y necesario hoy, además de pedir perdón por aquellos insultos, un reconocimiento público y agradecido a aquellas primeras hornadas de andaluces, gallegos, extremeños, castellanos. Sería justo y necesario reconocer y agradecer las olas actuales de migrantes que llegan a nuestros territorios desde Sudamérica, África, Asia, porque gracias a ellos ese crecimiento y bienestar social se mantiene. Y sería justo y necesario dar la bienvenida a quienes llegarán en el futuro, porque sin ellos, ese crecimiento y bienestar social se derrumbarían.

Cuando hay incluso partidos políticos que rechazan la migración acusándola de peligrosa y de delincuente, de apropiarse de nuestros empleos y de nuestros centros de salud, conviene dar a conocer a nuestra juventud lo que supuso aquella migración de miles de personas llegadas desde Galiza, Extremadura, Castilla, Andalucía... Esa primera ola se inició a finales del siglo XIX y se prolongó hasta la década de los 80-90 del siglo XX, en que se produjo un cambio sustancial en los orígenes de la migración en Euskal Herria: fundamentalmente sudamericana (49, 8%), africana (26, 2%) y asiática.

Si los primeros migrantes a Euskal Herria se alimentaron de la minería, construcción, pasando luego a la siderurgia, naval, electrodomésticos, automoción, la hornada de estas últimas décadas, tras las grandes reconversiones, está destinada sobre todo al sector agrario, ganadero, viticultor y al de servicios (hostelería, turismo, comercio, residencias, servicio doméstico, limpieza).

Las grandes infraestructuras viarias, inmobiliarias, ferroviarias, navales, portuarias, aeroportuarias, sanitarias, papeleras, cementeras, petrolíferas, deportivas, artísticas, como las grandes industrias siderúrgicas, navales, electrodomésticas, automovilísticas, armamentísticas, se levantaron gracias al trabajo, muchas veces agotador y precario, de miles de personas migrantes del Estado español. Las nuevas industrias agrarias, hoteleras, vitivinícolas, ganaderas, así como los servicios, etc. Surgieron también gracias a la participación de la migración, especialmente de origen sudamericano, africano y asiático.

A veces se tiene la percepción de que la migración es mucho mayor que la realidad. Y no es así. El Estado español tiene 48,79 millones de personas, de las que 6,63 millones son de origen migrante (un 13,5%). La percepción, según las últimas encuestas, es que son más de 12 millones. En Hego Euskal Herria, según los últimos datos oficiales de 2022, las personas empadronadas son 2.883.900, de las que 2.207.201 son de la CAV y otras 676.699 de Nafarroa. Las personas migrantes, en 2023, eran 277.564 en la CAV, el 11, 5% del total, y otras 125.558 en Nafarroa (año 2022), el 18,55%.

En el futuro tanto del Estado español como de Euskal Herria la migración será su protagonista. Según el Banco de España, el Estado español− incluidas CAV y Nafarroa− necesitará 24 millones de migrantes en el 2053 para poder mantener la relación entre trabajadores y jubilados en cuya fecha habrá 14,8 millones de pensionistas.

Finalmente, recordar que las primeras personas migrantes del Estado español que llegaron a nuestras minas fueron el germen del inicial movimiento obrero vasco. La explotación de los mineros de Bizkaia (Arboleda, Gallarta, Ortuella) −unos 12.000− provocó las primeras huelgas en 1890. Además de jornadas de 13 horas, bajos salarios, se les obligaba comprar en las «cantinas» –tiendas− de sus patronos y a malvivir también en sus barracones. Ellos, sus patronos, gracias a su negocio, vivían confortablemente enfrente de sus minas en la margen derecha, Neguri etc. El mismo General Loma, que intervino en las huelgas y vio aquellos barracones, llegó a decir que «ni para albergues de cerdos servían».

La llegada a Bilbao en 1886 del tipógrafo toledano y socialista Facundo Perezagua, uno de los fundadores del PSOE, marcó el inicio de ese movimiento obrero que fue consolidándose con la huelga de 1890. Los sindicatos de origen vasco no surgieron hasta 1911 de la mano del PNV con ELA-STV. LAB nació en 1975 y ESK-CUIS en 1985. UGT y CCOO, de origen español, no surgieron hasta 1940 y 1958, respectivamente.


Podéis enviarnos vuestros artículos o cartas vía email a la dirección iritzia@gara.net en formato Word u otro formato editable. En el escrito deberán constar el nombre, dos apellidos y DNI de la persona firmante. Los artículos y cartas se publicarán con el nombre y los apellidos de la persona firmante. Si firma en nombre de un colectivo, constará bajo su nombre y apellidos. NAIZ no se hace cargo de las opiniones publicadas en la sección de opinión.

Bilatu