Antonio Alvarez-Solís
Periodista

Regreso a la verdad

Los periódicos y las televisiones se han acomodado en este paisaje y hablan de las posibilidades de la izquierda frente a la derecha o de las posibilidades de la derecha frente a la izquierda a fin de no abordar el verdadero debate: ¿Sistema o Libertad?

He leído en minuto y medio el papel sobre el acuerdo de gobierno entre los socialistas y el partido del Sr. Iglesias. Evidentemente ese papel no dice nada o lo dice todo. Dice nada en su oferta de principios, que es una oferta de obviedades. Dice todo cuando expresa la voluntad de gobernar conjuntamente por parte de Podemos y del PSOE. La vicepresidencia que ostentará el Sr. Iglesias es la madre del cordero frente a un Sr. Sánchez que ha reducido su carta de contenidos políticos y sociales a un digestónico «¡Sí o sí habrá gobierno». Parece mentira que tras decir tal cosa el Sr. Sánchez pueda volver a la Moncloa como inquilino de pleno derecho. Pero puede volver. Sí o sí.

¡Qué panorama! El Partido Popular está vacío de política social. Ciudadanos está encinta. El líder de Vox habla de defender a España porque no sabe qué defender. Es una mala hora para el fascismo institucional porque todo es fascismo. o Sistema. Un fascismo que no puede ofrecer grandes aventuras porque ya vivimos en una aventura colmada, incapacitada, muerta. No cabe ya más capitalismo en el capitalismo. Las gloriosas marchas antañonas de los héroes fascistas puede derrotarlas un modesto diputado que se sentará en el Parlamento para decir que Teruel existe. Teruel, con la estatua de su pequeño «Torico» frente a una delegación del Banco de España que ya no es banco ni es España. El dinero español está en las Islas Vírgenes. Pero ¿qué dinero? ¿qué vírgenes? El dirigente de Vox sabe que si estira el brazo con la mano de palma abierta algún curioso le preguntará al paso que qué tiempo hace.

Solo nos queda Iglesias, pero Iglesias no cree en Dios.

Los periódicos y las televisiones se han acomodado en este paisaje y hablan de las posibilidades de la izquierda frente a la derecha o de las posibilidades de la derecha frente a la izquierda a fin de no abordar el verdadero debate: ¿Sistema o Libertad? Porque lo otro no tiene sentido. No existe más que la derecha, porque la izquierda es una derecha colocada a la izquierda de la derecha.

Como todo lo que acabo de escribir me aburre he decidido emplear mis días en redactar un programa político a fin de facilitárselo al diputado de «Teruel existe», porque solamente él podría desarrollarlo. Ya diré al final por qué.

– Es necesario frenar urgentemente la digitalización porque arruina el trabajo social, que es el hecho con las manos sobre la materia y, por tanto, crea puestos de trabajo y dignidad laboral.

– Hay que crear tecnologías avanzadas, pero intermedias, para aprovechar una informática no de sustitución sino de asistencia al trabajo social. Sobra la farsa de la inteligencia artificial.

– Hay que proteger la producción nacional y dar cauce a su consumo mediante el freno a las importaciones todopoderosas. EEUU, China y Rusia, por ejemplo, lo hacen.

– Hay que crear una banca pública que adinere las empresas de gran contenido social, como esas cooperativas que evitaron, al menos hasta ahora, la decadencia de la industria vasca.

– Hay que potenciar el estándar medio de la sanidad pública, la enseñanza superior gratuita, los transportes intermedios, el comercio local frente al comercio invasivo.

– Hay que disminuir la reiteración de servicios públicos, como evitar cuatro niveles de policía, unas fuerzas armadas de anhelo internacional y una variedad deslumbrante de escalones de gobierno, primando la política de proximidad.

– Hay que potenciar el origen electivo popular de la justicia, como sería, por ejemplo, el cuerpo fiscal; a fin de evitar servidumbres en la magistratura.

– Hay que aumentar el volumen de la vivienda social mediante el crédito social correspondiente, el anclaje de alquileres, la vigilancia cooperativa para evitar pillajes.

– Hay que resucitar la soberanía frente a los organismos internacionales.

¿Se pueden hacer estas cosas o cosas como estas? Yo creo que no, a no ser que, empezando por el primer piso de la sociedad, se remodele la formación infantil y juvenil con resurrección de principios humanísticos. A no ser que nos decidamos a hablar de Sistema social no como aplicación de parches sino como invención filosófica y sociológica, incluyendo el horizonte espiritual. Un Sistema que no se basará en la mecánica de derechas y de izquierdas sino en una profunda reflexión al margen, repito, de políticas de pillaje.

Decía al principio que este programa se lo envío al diputado de «Teruel también existe», porque le he pensado como un ser de vuelo bajo y cetrero. He repasado el panorama político español y estoy meditando, a mis ya largos noventa años, si merecería la pena crear un esperanzado partido político bajo el título de «Fieles Difuntos para el Progreso».

A veces me pregunto cómo los españoles permiten que los acomodados en las altas cumbres de la política o de la economía no proceden a taparse la cara para salvar su identidad cuando hablan de la «España vacía», es decir, la inmensa España del interior dedicada al monocultivo de papeletas electorales ¿Por qué existe esa España? ¿Quiénes son responsables de esa España vacía a la que se dedican líderes como el de Vox a fin de que no se rompa? Una España con dirigentes empresariales que claman constantemente para que no se les aumenten los impuestos bajo la especie de que son ellos los que crean trabajo y riqueza ¿Qué trabajo? ¿Qué riqueza?

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