Santi Angulo
Profesor

Revalidas y mentiras

La evaluación es uno de los instrumentos que se usan para conocer bien una situación; si dicha evaluación es continua y basada en el trabajo diario, mucho mejor será. Luego, hay que ver en qué se ha acertado y en qué no, hacer las mejoras necesarias y aplicarlas a la práctica diaria. Pero, lo que se ve claro en la teoría, no lo es tanto en la práctica. ¿Dónde está la razón del problema? Ni más ni menos que en el objetivo de la evaluación.

Aquí viene la primera mentira del Gobierno Vasco, pues no es verdad que el objetivo sean las personas, sino el coste. El Departamento de Educación nunca se ha dirigido al profesorado a saber cuál es nuestra opinión, a conocer nuestras necesidades e inquietudes, a ofrecernos medios humanos y materiales. Para el Departamento de Educación el alumnado y el profesorado solo somos XX/1 de ratio y tantos euros de coste. Nos trata como números, no como personas.

Ciñéndonos al tema, PISA, Evaluación de Diagnóstico y Reválidas son pruebas especiales que se han impuesto sin hablar ni con las madres y padres, ni con las profesoras. Para sacarle una foto a un niño o llevarle de excursión, la profesora tiene que pedir permiso a los padres; pero el Departamento de Educación no tiene que pedirles permiso para hacer una prueba extra que va a clasificar a su hijo o hija. Ni las madres y padres, ni los profesores sabemos cuáles son los criterios educativos y pedagógicos de dichas pruebas.

El informe PISA es una evaluación conocida realizada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, organismo mundial cuyo fin es la expansión de la economía y del comercio mundial. Se realiza en diferentes países del mundo a jóvenes de 15 años, para llegar a la conclusión de que en los países pobres sacan peores resultados que en los ricos. Al fin y al cabo, un organismo que se ocupa de la economía ha dispuesto los objetivos de esta evaluación.

Hace unos años, se impuso la Evaluación-diagnóstico en 4º de Primaria y 2º de Secundaria, con el fin de conocer el nivel y la efectividad de los colegios. Otra gran mentira. Por una parte, se emplean personas y exámenes traídos de fuera del centro, con la excusa de que tiene que ser para todos iguales, sin tener en cuenta el temario, la metodología y la opinión del profesorado de dicho centro y despreciando su autonomía. Por otra, se dice que los resultados solo se darán a los centros, pero luego leemos en los periódicos de Vocento las diferencias entre colegios públicos y privados, siempre a favor de estos últimos. Finalmente, las consecuencias de dicha evaluación han sido las siguienetes: a) La mejora de los resultados queda en manos del profesorado, ya que el centro no ha recibido los medios humanos y materiales necesarios para mejorar; b) En muchos colegios, el profesorado de 4º se ha dedicado a trabajar de cara al examen-evaluación, convirtiendo el aprobado del examen en objetivo a conseguir.

Ahora, tanto la Lomce, como el plan Heziberri 2020 imponen una reválida al alumnado de 3º y 6º de Primaria. Otra mentira más. Cristina Uriarte miente cuando dice que Heziberri viene a hacer frente a la Lomce (eso sería desobediencia). La consejera debe explicar por qué se añaden dos reválidas a la Evaluación-diagnóstico de 4º, siendo tres evaluaciones extras las que tendrá que hacer el alumnado. Está claro, porque lo ordena la Lomce. Además, sabe muy bien que un plan de una autonomía no puede desobedecer a una ley orgánica. Para justificar, maliciosamente, la actitud del Gobierno Vasco cita los objetivos que marca el Consejo de Europa, pero no dice que dicho Consejo no reconoce a su Basque Country y todo lo que él dispone se refiere a España.

Por lo tanto, el objetivo de este tipo de exámenes no es hacer la evaluación del centro escolar y del alumnado, para luego realizar las inversiones económicas necesarias en los planes de mejora. Ya hemos visto que, a pesar de tanta evaluación, los recortes en Educación han sido tremendos. El objetivo es imponer el control sobre los diferentes aspectos del sistema educativo (currículum, objetivos, profesorado...), de tal forma que todo vaya teledirigido de arriba abajo. Por eso al Gobierno Vasco no le gusta para nada la autonomía de los centros escolares y del profesorado. En línea con lo que marcan las empresas y las multinacionales de Estados Unidos y de Europa, el Gobierno Vasco tiene un objetivo claro, el control y la privatización de la educación. Esta es la verdadera razón de tanta evaluación.

En los últimos años la comunidad educativa (madres/padres, alumnos y profesorado) estamos perdiendo cada vez más autonomía y competencias para decidir. Las evaluaciones que vienen de fuera, los objetivos obligatorios, los programas para poner notas, los textos del currículum impuesto por ley... son los medios que usa el Gobierno Vasco para coartar la libertad que había en el ámbito educativo. Todas esas palabras bonitas que usan: coeducación, agenda 21, convivencia, pluralidad, libertad... son una milonga en el sistema educativo que nos quieren imponer.

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