Esta semana aprobaba el Ayuntamiento de Pamplona, a instancias de Izquierda Ezkerra y Aranzadi, una declaración con motivo del juicio contra Carolina Martínez y Clemente Bernad, acusados de revelación de secretos por intentar grabar los actos que los llamados Caballeros Voluntarios de la Cruz celebran, cada mes, en la cripta del Monumento "Navarra a sus muertos en la cruzada". En ella el Ayuntamiento se compromete a dar, de forma inmediata, los pasos necesarios para recuperar el uso de la cripta y clausurarla. Todos los grupos estuvimos de acuerdo, salvo UPN que se quedó solo votando en contra.

Que lo que allí sucede no es ningún secreto, lo proclaman hasta los propios representantes de la Hermandad y lo certifica la cantidad ingente de información pública disponible en unas cuantas páginas web de tradicionalistas, carlistas y nostálgicos del régimen que defienden y justifican aún hoy, con uñas y dientes, el golpe del 36, la guerra civil y la dictadura que le siguió durante 40 años.

Por tanto, no sólo no tiene sentido la acusación de «revelación de secretos», sino que consideramos legítimo investigar lo que allí se realiza, como reivindicación de la memoria histórica que, varias décadas después de la muerte de Franco, no ha conseguido aún nada que pueda lavarnos la cara, en términos de democracia, de reconocimiento e investigación de la verdad, de anulación de la ley de amnistía, de derogación de todas las sentencias de los tribunales franquistas, de reconocimiento de crímenes de lesa humanidad, de devolución de bienes incautados, de reparación del daño causado. ¡Queda tanto por hacer!

Entre esas tareas pendientes, como recoge la declaración aprobada, está el compromiso de cumplimiento de las leyes de memoria histórica y, sobre todo, la no connivencia con cualquier ejercicio de enaltecimiento del franquismo que suponga un ataque de la dignidad de las personas.

En este mismo sentido trabaja el Gobierno de Pedro Sánchez en Madrid, para que los restos de Franco no se ubiquen en un lugar que pueda ser objeto de actos de homenaje, iniciativa con la que nos congratulamos y que hacemos nuestra en el punto 5 de la declaración en lo referente al caso de Pamplona.

El informe jurídico previo al Concurso de Ideas sobre el Monumento, ya decía que las cláusulas de cesión de la cripta no cumplen con las actuales, y posteriores a la firma de esas cláusulas, leyes de memoria histórica.

Se da, además, la circunstancia de que ya no están en la cripta los restos mortales que dieron origen a la cesión de uso por parte de la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz, con el objeto de «honrarlos».

Ha llegado, por tanto, el momento de extinguir unas cláusulas que ya no tienen razón de ser y que, además de atávicas y caducas, a juicio de la suscribiente, han devenido ilegales con las dos leyes memorialistas.

Es momento de que el Ayuntamiento de nuestra ciudad recupere el uso de todo el Monumento, incluida la cripta, y pueda proceder a su clausura, a fin de evitar, desde ya, que se celebre cualquier acto de enaltecimiento de la dictadura franquista y de humillación a las víctimas de la misma. No es posible seguir tolerándolo, y menos en un edificio público, de propiedad municipal.

Compartimos la valoración que hace de dichos actos Emilio Silva, en nombre de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, al considerar que podrían ser actos denunciables como delitos de odio y, por tanto, perseguibles de oficio por la fiscalía. Una vía que quizá no debamos descartar.