Riviera Gaza: ¿una oportunidad para la economía vasca?
Sí, la historia de ese lugar está escrita a sangre y fuego. Fue una pena que muriera tanta gente y que expulsasen a ese pueblo de aquella manera, pero... ¡Los humanos no tenemos remedio! Y la historia no tiene vuelta atrás. Lo que hicieron nos pareció excesivo, pero tampoco podíamos poner en peligro los negocios de nuestras empresas allí. Lo que sucedió, sucedió, y ya es pasado. Trágico, pero pasado. Además, con el paso del tiempo, cada vez quedará más lejos y más olvidado. Por muy violenta que sea, después de la tempestad siempre llega la calma. Y, al igual que el recuerdo, la incomodidad y la mala conciencia se diluirán progresivamente.
El mal ya está hecho. ¡Miremos hacia adelante! ¡Hagamos nuestro aporte para que florezca ese desierto de rescoldos! No podemos permanecer inmóviles mirando al pasado. La competencia es feroz en este mundo cambiante y Euskadi tiene mucho que decir. Debemos posicionarnos adecuadamente en la mayor cantidad de mercados posible, y David’s Paradise, el nuevo nombre de lo que fue Gaza, es otra oportunidad de negocio para las empresas vascas. Y, como ya sabes, si no entramos nosotros, entrarán otros. Aunque las empresas de Trump y los capitales israelíes y de las monarquías del Golfo lleven la batuta, también habrá sitio para otras empresas que se muevan rápido.
No es el ecosistema más idílico, es cierto, pero el contexto es muy propicio. Tampoco fue fácil impulsar las centrales nucleares y la industria armamentística, pero lo hicimos. El foro Zedarriak como avanzadilla, el aval explícito del Gobierno Vasco a continuación, la financiación con dinero público después... ¡Y qué quieres que te diga! La contestación fue menor de lo esperable. Tú tenías corta edad, pero en tiempos de Lemoiz, la autovía de Leizaran o los comienzos del TAV el nivel de respuesta era otro. Hoy día lo tenemos más fácil. La sociedad va entrando en razón.
La participación de empresas vascas en las infraestructuras y servicios de David’s Paradise conllevará críticas, pero serán críticas sostenibles. Ya sabes, cada vez somos más sostenibles. También para eso...
Será difícil hacerse hueco, pero en algunos aspectos estamos bien posicionados. No son pocas las empresas que poseen suficiente know-how en sus relaciones comerciales con Israel. Por ejemplo, CAF tiene experiencia en la zona, con su participación en el tranvía en Jerusalem. ¡Imagina qué oportunidad se abre ahora en David’s Paradise! No solo allí mismo; también en su conexión con Tel Aviv y Jerusalem. Pero, además de su experiencia, tiene otro punto a favor: aunque fue señalada públicamente, CAF no cedió y se mantuvo leal en los compromisos adquiridos. Los israelíes sabrán ponerlo en valor. Si CAF logra meter el morro (mejor dicho, la vía...), ¡date cuenta qué volumen de negocio para la empresa y las empresas auxiliares! Y, más allá de los beneficios para la empresa y los accionistas, permitirá crear muchos puestos de trabajo. Ello acallará muchas voces, como ya ocurrió en el pasado. Si bien hubo sectores que pidieron boicotear a Israel y que CAF se retirara de aquel negocio, otros sectores eligieron escurrir el bulto y no se llegó a la presión necesaria para que la empresa abandonase el proyecto. Superada la contestación inicial, no se prevén grandes inconvenientes para acometer negocios en David’s Paradise. Una vez se difunda profusamente que dinamizará la economía vasca y generará puestos de trabajo de calidad, la resistencia social será pequeña. Los de siempre, como siempre, haciendo lo de siempre, pero sin que ello sea un impedimento para nuestras iniciativas empresariales, sea la actividad que sea: trenes, proyectos de ingeniería, vino, electrónica, armas... Pero podemos ir más allá y trasladar también el expertise adquirido de la atracción de turismo a Euskadi. Paralelamente, debemos apostar decididamente para conectar Loiu con el aeropuerto de Blooming Land, el nuevo resort de David’s Paradise. Para ello necesitamos la decidida implicación de las instituciones vascas. Aunque existan recelos y tarde un tiempo en cuajar, se irán animando más y más personas, gracias a una potente campaña de publicidad. La gente joven, quienes no vivieron o no llegaron a comprender qué fue Gaza, será el target market principal. Billetes a bajo precio, los primeros años e imágenes de playas paradisíacas, gente bailando, rostros sonrientes y mensajes cool. «David’s Paradise? Ni ere egon naiz!», «¿David’s Paradise? ¡No os lo perdáis!». Sin duda, sucumbirán a la tentación.
No tendremos visitantes en la dirección contraria. Los palestinos que salieron de Gaza a los Estados circundantes no vendrán a Euskadi. En cualquier caso, seamos claros: no los necesitamos. De allí no llegará una migración de calidad, aunque podemos abrir la puerta a una migración selectiva y controlada: los niños gazatíes enfermos. Ellos y sus familiares más cercanos (nosotros no somos tan insensibles como Trump; nosotros no separamos a los niños de sus madres y padres). Las imágenes de niños enfermos recibidos en Euskadi difundidas en los medios aumentarán la autopercepción de generosidad y muchos ciudadanos se quedarán más tranquilos. La sensación de que estamos haciendo algo por lo que fue la población de Gaza contrarrestará las críticas que recibamos de los radicales.
Dejemos las lágrimas a un lado y centrémonos en lo importante. Sensiblería sí, pero en la dosis justa y para adornar el negocio. Palabras bonitas sí, pero los escrúpulos no pueden ser un obstáculo para la competitividad. Nos guste o no, el pragmatismo y la visión de negocio deben guiar al emprendedor vasco. Así ha sido desde la conquista de América hasta Gaza. Negozio-aukera hartu eta segi aurrera!
(Cualquier parecido de esta radiografía con la realidad es pura coincidencia; que nadie se incomode).