Iñaki Alonso
Sensibilización y políticas de infancia. Save the Children Euskadi

Romper el silencio

El abuso sexual se extiende de media cuatro años, lo que demuestra que aún no existen las herramientas necesarias para prevenir y detectar los abusos ni para que el niño o niña pueda denunciarlos.

La realidad del abuso sexual infantil en nuestra sociedad es una problemática que exige mirarla a los ojos, de frente, pero con ojos que quieran ver. Precisamente hace escasos meses nuestra organización Save the Children presentó el informe "Ojos que no quieren ver", donde se han analizado los abusos sexuales a menores y que evidencia que solo un porcentaje muy pequeño de ellos se conocen en tiempo real, es decir, cuando el abuso está siendo perpetrado. Esto supone entre otras cosas un impacto insoportable en términos de sufrimiento e impunidad. Muchos niños y niñas vascas lo sufren en silencio.

Esta invisibilidad social y la normalización de la violencia contra la infancia están fuertemente asentadas en un imaginario plagado de falsos mitos. Dejemos claro que el abuso sexual a niños, niñas y adolescentes supone un abuso de poder en el que se impone el silencio y en el que el abusador en la mayoría de las ocasiones es un conocido. Empiezan poco a poco, suelen repetirse, se extienden en el tiempo y no hay un perfil psicológico común de la persona abusadora. Las conclusiones son claras y demoledoras. El abuso sexual se extiende de media cuatro años, lo que demuestra que aún no existen las herramientas necesarias para prevenir y detectar los abusos ni para que el niño o niña pueda denunciarlos.

Desde una perspectiva de derechos de infancia no es admisible que cualquier sociedad siga permitiendo que haya niños, niñas y adolescentes sufriendo abusos sexuales. Es inadmisible que no tengamos la capacidad para poder detectar estas conductas, que se alarguen durante años o que, aunque se detecten, siga habiendo niños o niñas que tengan contacto con su agresor y que no son protegidos. Estas situaciones que venimos visibilizando y denunciando son debidas a un cúmulo de fallos y debilidades en la respuesta de las administraciones públicas tanto en la prevención, detección y el proceso judicial, como en la atención y tratamiento psicológico a las víctimas.

En la Comunidad Autónoma Vasca, la mayoría de los casos permanecen invisibilizados. Nos preocupa mucho. Somos la comunidad del Estado con menor tasa de procesos judiciales abiertos por abuso sexual: 3,3 casos por cada 100.000 menores, frente a la media estatal de 12,1 casos. Tan solo un 15% de los casos son denunciados y de los que entran en el sistema legal el 70% nunca llega a juicio oral –el 90% en Euskadi–. En cualquier caso, denunciar y llevar el caso a los tribunales tampoco es una garantía de protección para la persona menor de edad que ha sido víctima de abuso. El proceso judicial dura de media tres años, en los que las víctimas tienen que repetir su declaración hasta cuatro veces y en la mayoría de casos en un ámbito judicial muy poco amigable con la infancia. Si la declaración no cuenta con las garantías adecuadas suele llevar a que los testimonios no sean tenidos en cuenta y el caso sea sobreseído, lo que ocurre en 7 de cada 10 procesos, provocando que el abusador pueda seguir en contacto con el niño o la niña. Solamente en una de las sentencias analizadas por Save the Children en nuestra Comunidad se aceptó la prueba preconstituida, por lo que se hace necesario promover la aceptación generalizada de la misma por parte de los juzgados.

Como organizaciones e instituciones públicas tenemos la obligación de ayudar a las víctimas a que su proceso no sea tan complicado y en ocasiones tan horroroso que se prefiera no denunciar antes que pasar por él. El acompañamiento, la generación de entornos de confianza para que denuncien lo antes posible cuando se producen los hechos es fundamental, además de, por supuesto, la necesidad de un acompañamiento psicológico por parte de profesionales adecuados facilitados por las Administraciones Publicas. El Parlamento Vasco, a instancias de Save the Children, se ha comprometido a impulsar un Plan de Prevención y Atención Integral sobre violencia contra la infancia. Este Plan, que debería recoger una referencia específica al abuso sexual, supondría un paso adelante para asegurar la protección, atención y reparación del daño sufrido por los niños y niñas víctimas de violencia en Euskadi.

Según la Fundación Vicky Bernadet 1 de cada 5 niños y niñas sufre abuso sexual infantil antes de los 17 años. De estos, un 60% nunca recibirá ayuda y el 90% no lo dirá hasta la edad adulta. Como ciudadanos, organizaciones y administraciones públicas debemos de sentirnos aludidos no solamente por estas cifras, sino por la cantidad de historias personales mediatizadas por el sufrimiento invisibilizado. Los abusos sexuales marcan el desarrollo psicológico, socio–emocional de los menores y por lo tanto debemos de romper el silencio para que nadie más sufra.

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