Maitena Monroy Romero
Profesora de autodefensa feminista

Seguiremos rebelándonos contra el machismo

A la víctima de la violación colectiva de Sanfermines quiero trasladarle mi gratitud por servir de referente para los millones de mujeres que han sufrido el acoso, la intimidación, el abuso y/o violación por parte de conocidos o desconocidos. Sabemos que el silencio es la impunidad de los verdugos.

Habrá quién en cualquier tertulia, puesto de trabajo, reunión familiar etc., diga que ella se lo buscó o se lo merecía. Habrá quién opine que las mujeres provocamos la violencia que sufrimos. Habrá quién se declare a favor de la igualdad pero acto seguido añada un «pero no somos iguales», ignorando que la declaración de los Derechos Humanos señala que todas las personas nacen libres e iguales en derechos. Que es un concepto político y no de esencia biologicista. Habrá quién asevere que es mentira que haya machismo. Habrá quién nos acuse de feminazis por querer ser nosotras mismas.

Muchos habrá quién. El problema es que a día de hoy, esos quienes opinan, son la manada mediática, se sientan en estructuras de poder y juzgan a las víctimas porque las consideran carentes de derechos. Solo los sujetos de derechos pueden ver vulnerados sus derechos y de ahí la defensa patriarcal de su manada, sus hombres. Los que sí tienen derecho a todo, especialmente sobre la vida y los cuerpos de las mujeres.

No quiero utilizar ni sus términos ni sus armas. Los términos y palabras en los que tan bien se maneja el sistema patriarcal y sus guerras patriarcales. Esos que hablan de la guerra de los sexos. Todo sistema de dominación, de discriminación construye el imaginario desde nosotros, los buenos, y las otras u otros, las nadie. Es imprescindible la construcción de la otredad para invisibilizar, excluir, ignorar o vulnerar los derechos de las asignadas a la categoría «las otras».

Pese a todos los ataques, nosotras seguiremos trabajando para que todos los derechos sean para todas las personas, sin excepción.

Sin embargo, las mujeres jóvenes son socializadas en el espejismo de la igualdad, donde no se esperan un ataque por parte de los que consideran sus iguales, chicos normales como hombres normales son los feminicidas de todo el mundo, hombres normales machistas.

Nos rebelaremos contra el machismo venga este ejercido por quién sea. Seguiremos denunciando a los agresores materiales pero también a los que bromean, cantan o bailan al son del machismo. A las y los que hacen dejación de su responsabilidad: jueces, policías, profesionales que atienden a las víctimas y que por desconocimiento en la materia o por simple machismo, vulneran los derechos de las víctimas.

Del machismo se puede salir. Es hora de que los hombres demuestren que están dispuestos a salirse de la dominación, les toca a ellos. Mientras seguiremos rebelándonos contra el machismo, acompañando a las víctimas y no renunciando a ser quien queramos ser. Recuperando nuestras vidas y nuestros cuerpos, que en el fondo es lo que buscan con sus ataques machistas, la destrucción del sujeto. Por eso las víctimas tienen que demostrar que tienen sus cuerpos y vidas arruinadas porque ese es el objetivo patriarcal con su violencia, no la muerte física, sino la anulación y el control de las mujeres. No es la primera vez que se escucha en un juzgado que la víctima viste demasiado moderna, tiene estudios universitarios, no se opuso con resistencia, estaba moderadamente borracha, y un largo etc. de ejercicios patriarcales para seguir exculpando a los agresores machistas y aniquilar a las víctimas como sujetos de derechos.

A la víctima de la violación colectiva de Sanfermines quiero trasladarle mi gratitud por servir de referente para los millones de mujeres que han sufrido el acoso, la intimidación, el abuso y/o violación por parte de conocidos o desconocidos. Sabemos que el silencio es la impunidad de los verdugos, por eso quiero darte las gracias por no callarte, por creer que tenías derechos y por ponerlos en práctica. Pase lo que pase serás un referente de rebeldía y resistencia para todas nosotras. No estás sola, te creemos y creemos que el consentimiento es algo más que poder decir no.

Este 25 de noviembre armadas de feminismo y con más rebeldía, si cabe, seremos millones las que corearemos "aquí estamos, nosotras no violamos", ¿tú qué vas a corear?

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