«Something is rotten in the state of Denmark». Esta famosa frase aparece en Hamlet, el drama trágico de William Shakespeare de 1601, como crítica ácida a la actitud de la clase política. El autor pretendía criticar la falta de valores de los que en aquel momento gobernaban. En la actualidad esta frase se usa popularmente para decir que algo raro está pasando. En realidad, este hedor no es nuevo en nuestra ciudad, pero después de la bocanada de aire fresco que supuso el gobierno del cambio, molesta más ya que anuncia el empeño renovado de las derechas por campar a sus anchas, con su visión clasista y provinciana de las cosas.

Esta semana se ha armado un gran revuelo a cuenta del anuncio hecho por Maya para organizar un campeonato de hípica, junto a un campeonato online de ajedrez (que incomprensiblemente dicen que dinamizará la hostelería), como eventos estrella tras la segunda suspensión de los Sanfermines. Un revuelo espoleado al principio por la mala y decepcionante programación alternativa a las fiestas presentada por Maya y que ha devenido en ironía popular y crítica generalizada por elitista, rancia y alejada de la ciudadanía. Pero, en un segundo momento, tras la publicación de las informaciones que explican cómo alrededor de este evento pululan nombres y apellidos de cargos políticos de UPN de diferentes etapas, las risas se tornan en indignación y exigencia de responsabilidades. Ya no solamente es una programación rancia y elitista, también es inconexa, oscura y sospechosa.

La pieza sobre la que se mueven las cosas parece ser una ex concejala y ex parlamentaria de UPN, Amaya Otamendi, gerente de un estudio de arquitectura que tiene colgado en su página web profesional lo que denomina como proyecto Las Murallas, campeonato de hípica en los fosos de la Ciudadela. Según ha explicado María Caballero, concejala de Deportes, a pesar de que el Ayuntamiento es organizador de ese campeonato, no existe a día de hoy ningún encargo ni contrato. Extraño. La señora Otamendi compartió cargo político con la actual directora de deportes del Ayuntamiento de Iruñea, Conchi Mateo, como concejalas de UPN entre 2003 y 2007. Y el señor Echeverría, actual concejal de Urbanismo, resulta ser vocal de la junta de la federación navarra de hípica. ¿Muchas casualidades? Pues si tenemos en cuenta que las señoras Otamendi y Mateo compartieron aquella etapa política con otra concejala de UPN, cuyo marido y hermano están presentes junto a Echeverría en la misma junta de la federación de hípica, las casualidades tornan en una sospecha inquietante.

Todo sea por montar de nuevo el cortijo de UPN, habrán dicho. Un cortijo que el señor Maya pretende que vuelva para quedarse. Y es que en esto de cuidar a sus amigos de espaldas o contra el deseo de la ciudadanía, llueve sobre mojado. Como ocurre con el empeño en recuperar las dietas que desde el Gobierno de Asiron se habían eliminado. Algo que llevaron a cabo en la empresa municipal Comiruña, destinando los pagos a cargos de confianza política de Navarra Suma. ¡Los tiempos añorados de las dietas!

Pero no es la única muestra de cómo funciona ese cortijo. Todavía estamos esperando, y pronto llegaremos a un año, a que la señora Caballero nos explique por qué razón tuvo que ser retirada de un tribunal municipal de contratación por incompatibilidad, al parecer por su relación personal o familiar con alguno de los responsables de Sedena, la empresa que resultó adjudicataria del contrato para gestionar los campamentos de verano. Ese contrato fue el primer paso en la estrategia de la derecha para despachar a los equipos preventivos de los barrios, maniobra que llevaron a cabo con apoyos externos a pesar de que fue cuestionada legalmente por el Tribunal Administrativo de Contratos. Así nació Coworkids, proyecto que sustituyó de la red de equipos comunitarios y para el que se creó expresamente un puesto de coordinación que, efectivamente, la señora Caballero cubrió a dedo nombrando a Celia Pinedo Pardo, una abogada sin ninguna preparación técnica solvente en atención a la infancia y en cuyo currículum sólo consta haber trabajado para la Fundación Fabre, de ideología ultra. Pero, además, como psicóloga adjunta, Caballero aprovechó para contratar a la señora Lourdes Arostegui, concejala del Navarra Suma en Mendigorria y exmiembro de la ejecutiva del PP. ¿Los favores se pagan?

Y más ejemplos. También es conocido el ciclo musical organizado el pasado verano en plena pandemia, con un sector cultural económicamente en los huesos, a mayor gloria de la hija de un concejal de Navarra Suma. Nada que objetar a la valía e importancia de esta música (tanto el género como la persona), pero gastarse en plena pandemia 50.000 euros en un ciclo de música clásica de forma tan impúdica solamente cabe en la forma de trabajar de las derechas. Eso sí, también el común de los mortales debió pagar entrada.

No está en este artículo todo lo que es. Porque mientras sigan gobernando las derechas, seguirá la tentación de mantener el cortijo y la red clientelar. Por eso, seguiremos trabajando para que este tipo de comportamiento clientelar, oscuro y poco edificante se conozca y se pueda denunciar. «Navarre shall be the wonder of the world» (Navarra asombrará al mundo) es una frase que Shakespeare escribió en su comedia Trabajos de Amor Perdidos, publicada en 1598. Estaba dedicada a la Corte navarra instalada al otro lado de la muga tras la conquista castellana, por su dedicación a la ciencia y a la cultura. En esa misma obra se describe al reino de Felipe II como un ejemplo de intolerancia y oscurantismo papista, un lugar poco idóneo para ubicar ninguna obra teatral. Nuestra derecha navarra ha asumido esos rancios valores que Shakespeare criticaba, pero desde EH Bildu queremos continuar con esa fascinación por la cultura y la ciencia como motor de cambio. Y, lógicamente, seguiremos ofreciendo alternativas para que, en cuanto sea posible, se pueda eliminar este mal olor para volver a respirar aire puro en esta ciudad.