José Ignacio Lacasta-Zabalza, Orreaga Oskotz*

Sin ningún respeto ni consideración

Ignoramos en qué momento el Tripartito Resignificador que rige actualmente el Consistorio de Pamplona, PSN, Geroa Bai y EH Bildu, consideró que las asociaciones memorialistas eran dignas de recibir tanto tan poca consideración humana y política por su parte, pues ni siquiera parecen haber recapacitado en que dichas asociaciones no hablan en nombre de ellas, sino de miles de víctimas asesinadas, represaliadas y violadas, muchas de ellas todavía hoy desaparecidas en cunetas, sin que sus asesinos nunca hayan pedido el menor perdón. Incluidas militantes de los partidos integrantes del tripartito.

Su falta de empatía con las víctimas y sus familiares ha sido de una indiferencia total a lo largo de este proceso, pero brilla con mayor soberbia cuando trata de justificar sus decisiones para dejar intacto o inmaculado en su esencia franquista el monumento a los Caídos. No han valorado como se merecen lo que valen los demás, en este caso, las víctimas, ni sus familiares. Siempre escudándose en la cuerda floja de la legalidad cuando esta no es freno alguno cuando se tiene mayoría, tanto en el Ayuntamiento como en el Parlamento.

En el último comunicado, que daba cuenta de la decisión tomada por el Parlamento, se hablaba de lo que se iba a hacer con los «restos simbólicos que quedan del monumento», lo que es una pifia, no solo semántica, sino política. Pues no hay restos que valgan, es todo el monumento el que queda en pie.

El monumento no se contempla por partes, que es la trampa política e ideológica del tripartito con su última operación quirúrgica. Pueden tapar letras, cúpulas, demoler arcadas, pero el monumento seguirá ahí, y, cuando despertemos de esta pesadilla, el dinosaurio seguirá ahí y nos devorará de nuevo. Porque nos dormimos pensando que, tapando esto y cincelando aquello, habíamos hecho desaparecer el palimpsesto de nuestro oprobio. El monumento es una unidad esencial aunque le falte la cúpula y los frescos «maravillosos» fascistas del «genial» Stolz.

Tiene maldita gracia que cierta se dijera que el monumento, gracias al Tribunal Administrativo de Navarra (TAN), sentenciara que ya no significaba nada, y que venga ahora el tripartido afirme que las partes que al parecer sí significaban y olían a franquismo puro y duro han desaparecido y, por tanto, el edificio, todo el edificio, con esas vergüenzas tapadas, ya no olerá a fascismo, sino a chanel democrático y reconciliador. Lo que lleva a preguntar: «¿Cuándo terminarán por llevar adelante la limpieza total del edificio para dejarlo más aséptico y neutro que la lejía o el azulete de antaño, incluso con ciertas partes pudendas tapadas?

Alarma que los portavoces del tripartito dejen aflorar un buenismo ético que no cuadra nada con lo que han demostrado estos estos partidos –PSN y PNV, en especial–con relación a la recuperación y reparación de las víctimas del golpismo en la Navarra de 1936, que ha fue de desidia total y de indiferencia, apoyándose en el cuento de la reconciliación que nunca ha llegado, ni llegará, porque no es requisito indispensable para vivir en democracia. El hecho de que no te reconcilies con quienes asesinaron a tus abuelos, tíos, hermanos, hombres y mujeres, no significa que quieras para ello la muerte o los vayas a asesinar. A lo sumo, vives con ese dolor y envejeces con él hasta morir, como han hecho la mayoría de esos familiares.

Dice A. Izurdiaga, de Bildu, que, tras apoyar el acuerdo del Parlamento, su grupo lo hizo «desde el más profundo respeto». Frase tópica y vacía como un buñuelo de aire. A ver. ¿Cuánto de profundo? ¿Un centímetro? ¿Se puede saber cuál es el metro que utiliza Bildu y su representante para determinar la anchura o profundidad de respeto hacia las asociaciones memorialistas? ¿En qué se traduce dicho respeto? En la práctica, en nada. Apelan ahora a las mayorías, pero si estas lo deciden todo, ¿por qué no la aplican al cronopio de la independencia hasta alcanzar dicha mayoría de edad y de votos? Increíble argumentación. Consejos vendo, pero para mí no tengo. Si todos los partidos de izquierda se aplicaran a sí mismos tal falacia argumentativa, como diría el señor Ipso Facto, sobrarían todos.

En cuanto a las palabras de la socialista, I. Jurío, provocan cansancio y arcadas. Cansancio por su cansina, falsa y demagógica invocación pedagógica a la memoria que nos evitará repetir la misma barbarie manteniendo el mamotreto y ello sin haber entonado el mea culpa su partido, que sí permitió el derribo de tantos edificios, signos inexcusables de la barbarie perpetrada en Iruña. Ni la didáctica, ni la pedagogía nos salvarán de que haya de nuevo una guerra o un genocidio. ¿Acaso no ven con sus ojos lo que está sucediendo en Ucrania y en Palestina? Menos aún en una época en que la UE está llamando al rearme total de los países que la integran.

Y arcadas por sus palabras relativas a su increíble juicio sobre el dolor de las víctimas: «ese dolor de tantos años no había servido para nada, pero ahora, resignificado ese espacio y con el centro contra el fascismo, ese dolor valdrá para algo». Pero, ¿qué tipo de sensibilidad o de inteligencia emocional puede hablar en estos términos utilitaristas del dolor infinito causado a miles de familias? ¿En qué cabeza, menos aún socialista, puede caber una interpretación del dolor como si fuera un detergente capaz de resignificar un edificio fascista en democrático? ¿Quién decía que las asociaciones memorialistas eran proxenetas del dolor de las víctimas?

La barbarie fascista o nazi se repetirá una y otra vez haya mamotreto en pie o en ruinas. Porque el fascismo o el nazismo no está en las piedras, sino en la planicie cerebral del ser humano. Nada de lo que ha pasado, menos aún las barbaridades de la historia cometidas por genocidas, se han olvidado por tener una estatua dedicada a su recuerdo. La cuestión no es esa. Seamos más respetuosos con la inteligencia del ciudadano. Si Dios no ha sido capaz de evitar dichas barbaridades en gente creyente como fueron los carlistas, ¿acaso evitará dicha calamidad un edificio resignificado? Si la existencia de tantas iglesias no fue capaz de atemperar dicha violencia criminal en los católicos, ¿lo hará, ahora, un monumento?

El tripartito ha defraudado a gran parte de la sociedad navarra, no solo por su actitud, sino por su modo frío, calculado y torticero de defender la resignificación del monumento. Y no valen disculpas, ni perdones profundos o superficiales. Nos marearon con argumentaciones legales y judiciales que ha impedido hacer nada significativo, pero, ahora, los muy oportunistas dicen que sí hay recorrido legal de mantener en pie el Monumento de la noche a la mañana y por el procedimiento de urgencia, se sacan de la chistera un cambio legislativo que sí les permite actuar para justificar su respeto profundo, ¿a quién?

Cuando vuelvan las derechas –recuerden que el dinosaurio solo sigue dormido–, ¿no tendrán suficiente capacidad legal para darle la vuelta a la mierda y remodelar el edificio como símbolo de reconciliación o de la concordia, como pretenden las derechas y Vox con la ley de Memoria Democrática en distintas comunidades autónomas?

 

*Firmantes: José Ignacio Lacasta-Zabalza, Orreaga Oskotz, Carolina Martínez, Clemente Bernad, Ángel Zoco, Jesús Arbizu, Carlos Martínez, Víctor Moreno, José Ramón Urtasun, Txema Aranaz, del Ateneo Basilio Lacort.


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