Jesús Cantero Gonzalbo

Sobre la carta publicada en GARA "Energía solar sí, pero no así"

Campos concluyó señalando que nuestros montes servirán para «perpetuar el modelo de desarrollismo urbanocéntrico».

Información complementaria a la carta de Juan del Barrio "Energía solar sí, pero así no", apoyándole totalmente en su denuncia (un fuerte abrazo, Juan).

Los consumidores vamos a pagar los mega parques solares y eólicos a «los grandes fondos de inversión que han mudado de piel».

El geógrafo Valentín Cabero Diéguez y el miembro de la Cooperativa Energética, Santiago Campos, aportaron en la tarde-noche de este viernes, en la sala de conferencias del Teatro Gullón de Astorga, en un acto organizado por la Plataforma Ciudadana de Astorga por la Igualdad y Contra la Violencia, nuevos elementos para el debate suscitado en nuestras comarcas a raíz de la proliferación de proyectos solares y eólicos para generar energía verde. Recordar que las iniciativas que se encuentran en diferentes fases de tramitación son las plantas fotovoltaicas de Villameca y Valderrey-Santiago Millas; y el proyecto eólico Alto Cabrera con epicentro en el municipio de Encinedo, que de convertirse en realidad generarían 740 megavatios (MW).

El marco en el que se está produciendo este incremento de proyectos de energías verdes es el Plan Integrado de Energía y Clima del Gobierno de España (cuyo plazo de presentación de alegaciones finalizó el pasado 11 de junio), que plantea que en los próximos diez años se instalen en España cincuenta gigavatios, que se sumarán a los 34 ya instalados, para que el país llegue a tener un parque eléctrico cien por cien renovable.

En la actualidad, las solicitudes de permisos para engancharse a la red eléctrica que transporta y distribuye la energía eléctrica servirían para generar 170 gigavatios, lo que supondría, de aprobarse todos los permisos solicitados, generar tres veces más de la potencia prevista en el plan trazado por el Ministerio para la Transición Ecológica. "Esto es una burrada" que pone de manifiesto que "aquí hay algo más que satisfacer las necesidades energéticas de la gente. Lo que hay son unos grandes fondos de inversión que han visto un hueco muy apetecible para lucrarse en el ejercicio legítimo que nos plantea la sociedad de mercado", señaló Santiago Campos.

El otro elemento importante para entender el contexto actual de proliferación de proyectos renovables lo expuso el profesor Valentín Cabero. España recibirá 140.000 millones de euros del fondo de recuperación europeo, creado para paliar las consecuencias de la crisis provocada por la pandemia de Covid-19, de los que uno de los 'pellizcos' más cuantiosos lo gestionará el Ministerio para la Transición Ecológica, que ya ha anunciado que se destinará a financiar la puesta en marcha del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, el plan de descarbonización, la ley de cambio climático, la estrategia de economía circular o la ley de residuos, entre otros.

«Las empresas vuelven a buscar el apoyo de lo público», aseguró Valentín Cabero, en una estrategia «por adaptarse a las circunstancias» y un ejemplo de ello es la adaptación que ya han hecho del lenguaje. «¿Cómo se llaman las empresas que están actuando aquí?», se preguntó: Green Capital, «otra que es la antigua Unión Fenosa ahora se llama Naturgy, ‘la energía nace de la naturaleza, del viento y nosotros lo vamos a emplear bien’. El capital de adapta a las circunstancias».

Freno a la especulación. Dejando a un lado el contexto de las ideas, la carrera de las empresas para hacerse con una porción del mercado de energías renovables ha experimentado desde el mes de junio un tímido frenazo –continuó explicando Santiago Campos–, con el intento, por parte del ministerio que dirige Teresa Ribera, de ordenar el acceso a las redes de distribución de los proyectos que están distintas fases de desarrollo, mediante «el freno a la especulación de los derechos de enganche que se venden unas empresas a otras para poder producir su electricidad. Esto ha generado un cierto nerviosismo entre quienes detentan los derechos de enganche, que prevén que los pueden perder si no cumplen los plazos fijados».

Para el cooperativista, «el modelo de negocio sigue siendo el mismo: los grandes fondos de inversión son los que tienen esa capacidad de acceso al capital financiero» que ahora «han mudado de piel para hacer negocio con las renovables». Sin embargo, Santiago Campos puntualizó que «al final quienes vamos a pagar somos los consumidores vía factura de la luz, porque al final quien engancha una planta de producción a la red tiene asegurado el negocio ya que sabe que el mercado le va a comprar todos los kilovatios que produzca, lo que será para ellos una tranquilidad absoluta». Otra manera de obtener ganancias será a través de las infraestructuras, ya que las vías de evacuación de la energía generada en las plantas «no las van a pagar las empresas sino que lo hará Red Eléctrica Española (REE), que es una empresa semipública, y al final quienes las vamos a pagar somos todos los españoles a través de los impuestos o de los peajes de acceso de la factura eléctrica».

Campos concluyó señalando que nuestros montes servirán para «perpetuar el modelo de desarrollismo urbanocéntrico» consistente en «utilizar el medio rural de granero de productos, en este caso de energía, que no se va a quedar ahí sino que va a servir para enriquecer a algunos y para abastecer de energía a los focos de consumo que son las grandes ciudades y grandes focos industriales».

Riesgo de privatización de los bienes comunales
De momento en nuestras comarcas, solo conocemos de manera somera que la compañía Solar Century, que promueve el macroparque fotovoltaico de Valderrey-Santiago Millas dividido en los proyectos Somozas Solar y Maragatos Solar, comenzó a finales de julio la negociación con los propietarios de las ochocientas hectáreas que necesita para la instalación del millón de placas solares. Mientras las negociaciones continúan, sí ha trascendido que, al menos, las juntas vecinales de Valderrey y Bustos han dicho no a la venta de fincas y que algunos agricultores de secano con tierras arrendadas tampoco están por la labor de alquilar las hectáreas donde siembran el cereal. De los otros dos proyectos ligados a Endesa, el fotovoltaico de Villameca y el eólico de Cabrera Alta, no existe información sobre su plasmación en los territorios.

El profesor Valentín Cabero fue el encargado explicar de qué manera afectarán al medio natural. Los molinos de viento que se instalarán en Cabrera Alta afecta a la vertiente sur del Teleno, entre los montes de Corporales, Cunas, La Cuesta, Truchas y Baíllo, además de al área comprendida entre Villarino, Iruela y Truchillas, en las estribaciones de la Sierra de Cabrera donde existe «un cruce de vientos». Para la evacuación de la energía que se genere a 1.800 metros de altitud, la salida se producirá mediante líneas eléctricas hacia la zona de Sanabria, que se encuentra a unos veintidos kilómetros, que afectarán directamente a la reserva de la Sierra de Cabrera e indirectamente "a dos joyas ambientales que son las herencias glaciares del Lago de Truchillas y la Laguna del Malicioso", manifestó el profesor, quien ponía de relieve que el entramado de líneas eléctricas se hará «sobre bienes públicos, montes de utilidad pública. Estamos ante un posible riesgo de privatización de los bienes públicos a medio o largo plazo (...). Son cesiones por muchos años que las generaciones actuales y futuras no van a poder disfrutar».

En cuanto al mega parque solar de Valderrey y Santiago Millas, «con dos nombres de apropiación naturaleza: Somoza Solar y Maragato Solar», puntualizó Cabero, «supondrá una intervención directa sobre 800 hectáreas» de las juntas vecinales Morales del Arcediano, Oteruelo de la Valdoncina, Matanza, Valderrey, Bustos, Tejados y Curillas. «Aquí ya entramos en un dilema entre lo público y lo privado, y por tanto, la empresa Solar Century con capital inicial inglés y con una delegación en Valencia, está atrayendo a los propietarios del parcelario y a los bienes comunes». En nuestras comarcas se tramita el parque eólico de Cabrera Alta.

Las alternativas. Según el miembro de Energética, existen alternativas al modelo de mega parques desde la perspectiva de que el acceso a la energía debe considerarse un servicio básico, «a nadie se le ocurre tener una vida digna y confortable» si no puede pagar al final de mes la electricidad necesaria para cocinar o calentarse. «La energía renovable, a diferencia de la nuclear, es escalable. La energía nuclear no la puedes hacer ‘pequeñita’, solo la puede poner en marcha alguien con un colchón financiero para pagar la inversión de una central nuclear», pero las renovables "tienen la ventaja de que se puede hacer una inversión desde cuatrocientos euros hasta ochenta millones de euros".

El miembro de la Cooperativa Energética expuso las iniciativas existentes en Europa de cooperativas de productores, o en España la experiencia de un pueblo de Cataluña que se inspiró en Dinamarca y Alemania donde nacieron las primeras cooperativas eólicas, creando el proyecto "Vivir del aire del cielo y de la tierra" para instalar un aerogenerador de 1.670 kilovatios comprado por personas, familias y entidades sin ánimo de lucro para generar la misma cantidad de energía que consumen de manera ecológica. Ejemplos más cercanos existen en Burgos y Valladolid donde dos juntas vecinales han instalado paneles solares de autoconsumo compartidos para cubrir la demanda energética de los vecinos.

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