Rubén Velasco Fraile
Parlamentario de Podemos-Ahal Dugu-Orain Bai

Sobre la Ley de Policías

Quisiera creer que las leyes aunque se trabajen en los despachos se terminan de elaborar en el Parlamento, pero el colectivo policial de sobra conoce lo que hay, no vamos a descubrir nada nuevo. Y, lógicamente, si los grupos proponentes esperaran un nuevo rechazo a la Ley, muy parecida a la anterior, no la presentarían.

Este lunes leía en prensa la siguiente noticia: "El apoyo de Podemos allana el camino a la Ley de Policías". Se afirmaba que el Consejo ciudadano de Podemos había acordado apoyar en el Parlamento la nueva Ley de Policías.

Bien, que la proposición de Ley ni siquiera se hubiera registrado (estando todavía abierto el contenido a la negociación), se desconocieran las enmiendas que presentarán los grupos y cómo quede el texto definitivo después del debate parlamentario, nos lleva a la conclusión de que no hace falta conocer el contenido de algo para pronunciarse «debidamente».

También es necesario reseñar una cuestión de perogrullo, en el Parlamento las leyes son votadas por las personas parlamentarias, no por los partidos políticos. De tal forma que si el camino se allana, no será debido al respaldo ya anunciado de Podemos, sino a la posición que tome Podemos-Orain Bai y otros grupos parlamentarios, previsiblemente esta vez no tan reacios al proyecto normativo.

Quisiera creer que las leyes aunque se trabajen en los despachos se terminan de elaborar en el Parlamento, pero el colectivo policial de sobra conoce lo que hay, no vamos a descubrir nada nuevo. Y, lógicamente, si los grupos proponentes esperaran un nuevo rechazo a la Ley, muy parecida a la anterior, no la presentarían.

Policías forales, locales, agentes municipales y auxiliares han estado reunidos con mi compañero Couso, sindicalista, y conmigo, policía municipal en comisión de servicios especiales (cómo suena eso). De todos ellos hemos aprendido mucho. Saben qué línea hemos mantenido y seguiremos manteniendo de apoyo al trabajador por considerar redunda al final en un mejor servicio a la ciudadanía, pues en el fondo es de lo que se trata; cómo posibilitamos en su día un clima negociador más igualitario del que se había planteado en un principio (tampoco tenía mucho mérito ciertamente) entre Gobierno y sindicatos; y están al tanto de los problemas a los que nos enfrentamos con la dirección de Podemos Navarra cuando ésta quería aprobar el anterior proyecto de ley del Gobierno sin mayoría sindical, haciendo suyos los argumentos del Departamento de Presidencia, practicando un seguidismo acrítico al que ya nos tiene acostumbrados. Si Podemos al final se opuso fue contra pronóstico. Si no hubiera acudido al Consejo Ciudadano, sin que me invitasen por supuesto, a explicar la línea política mantenida y el contenido de la Ley, la postura hubiese sido la contraria.

¿Y ahora qué? Se registrará en breves fechas esa proposición de ley, en cuyo texto se ha buscado el consenso, si bien es verdad que el contenido se nos dice está prácticamente blindado. Lo que obliga a introducir enmiendas parciales de difícil aceptación. En nuestro caso tratarán de evitar la arbitrariedad en la modificación de calendarios laborales aduciendo motivos de «seguridad pública». La aplicación de medidas que aumentan la flexibilidad establecida en reformas laborales del partido popular de las que se dice renegar, atacan directamente las medidas de conciliación de la vida familiar, laboral y personal a que todo trabajador tiene derecho. Y lo que es peor, no solucionan la carencia de personal, son un parche ante un problema estructural no puntual. Nada más. También nos preocupa el tratamiento de la figura de los agentes municipales, completamente olvidados. Son policías de Navarra y así intentaremos sean reconocidos. O el uso y abuso que las entidades locales han hecho de la figura del auxiliar de policía, por lo que intentaremos que ninguna plantilla sobrepase un porcentaje determinado. ¿Se imaginan auxiliares de policía trabajando en Policía Nacional o en Policía Foral, verdad que no? Al final se trata de conseguir un mínimo de dignidad para un colectivo profesional, y difícilmente se puede hablar de una Ley de Policías de Navarra cuando entre una policía foral y una auxiliar de policía existe un auténtico abismo. Corregir heterogeneidades existentes, sólo sea entre policías locales, para que en un futuro pudiera haber una sola policía en Navarra, sin duda un modelo más racional y eficiente, a día de hoy es una quimera. Fórmulas intermedias, pasos previos, como policías comarcales o metropolitanas son interesantes, pero hace falta voluntad política y no veo al lobby de la vara muy entusiasmado. Del Plan Director de Policía Foral qué decir, missing.

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