Joxe Iriarte ‘Bikila’
Alternatiba

Sobre patriotismos y patrias: EHBildu y Podemos

Soy de la opinión de que EHBildu y Podemos deben entenderse, ser capaces de establecer acuerdos operativos tanto en el terreno institucional como, sobre todo, en el político, con el fin de propiciar un proceso constituyente rupturista respecto al régimen.

Paralelamente, es necesario establecer un debate conceptual e ideológico, sobre todo en lo relativo a la llamada problemática nacional y social que siguen marcando y afirmando determinados espacios.

En lo referente a la actual izquierda abertzale, se están configurando corrientes de pensamiento que en algunos aspectos marchan en direcciones separadas, unos muy influenciados por el historicismo y la cohesión identitaria, y otros que coinciden en la necesidad de articular un independentismo cívico y de fuerte contenido social.

En cuando a Podemos, a pesar de que a escala estatal según Errejón, «la plurinacionalidad ha demostrado ser una apuesta ganadora: Una alianza fraternal y en pie de igualdad entre una fuerza nacional-popular española, ingrediente que ha faltado en otros intentos, y fuerzas nacionales o soberanistas en las periferias.» En lo relativo a Euskal Herria, anteponen desmarcarse de EHBildu a cualquier atisbo de alianzas plurinacionales. Y a la frecuente pregunta: ¿qué os diferencia de EHBildu? suelen responder con rotundidad: no somos abertzales y nuestra prioridad es la cuestión social.

Al respecto, la profesora María Eugenia R. Palop responde contundente: «No hay derechos sociales, sin derechos políticos, y no hay derechos políticos sin soberanía y sin autogobierno. El autogobierno tiene mucho que ver con la identidad y el relato común. (…) la justicia social no se ocupa únicamente de la distribución sino que también ha de considerar y valorar los vínculos que garantizan y cultivan ese espacio en el que puedan discutirse nuestras ataduras, nuestros afectos, nuestras lealtades y nuestras convicciones.»

Hablando en plata, cuando hay un litigio sobre la pertenencia comunitaria, y el derecho a decidir, «lo social» es la gestión de la seguridad social, el marco de relaciones laborales y la capacidad para decidir sobre temas como el fracking, por poner un ejemplo, que el Estado de forma pertinaz nos impide gestionar y que dependen del autogobierno. Felizmente, Podemos España da la impresión de no realizar tan arbitraria división entre lo social y lo nacional, lo prioritario y lo secundario y da la importancia que tiene a la reivindicación catalana.

En lo relativo a qué prioridad se da a «lo social», más allá del marketing, de momento Podemos no demuestra ser más contundente e imaginativo que EHBildu. Junteros de Podemos Gipuzkoa reconocieron su sorpresa al comprobar que sus propuestas en materia social habían sido ya presentadas, y algunas puestas en marcha, por EHBildu durante la anterior legislatura.

«Quien tenga patria que la honre y, quien no, que la conquiste» decía J. Martí. Podemos tiene una patria a quien honrar, y en cierto modo reconquistar para su proyecto nacional-popular español. EHBildu la tiene que conquistar, ya que carece de ella, y a la vez darle el contenido socio-ecologista-feminista… En este terreno, Podemos juega con ventaja, en relación a los sectores sociales vascos que se sienten españoles, ante los cuales puede presentarse como «el partido de lo social» (lo nacional lo tienen resuelto) frente a los independentistas obligados a remarcar una y otra vez el conjunto de su proyecto, si bien ello no significa que los acentos varíen según la coyuntura, y ciertamente EHBildu, no siempre ha sabido hacerlo como se debe.

Errejón (al igual que Iglesias) defiende el patriotismo español sin ambages: «El descontento y la desconfianza generalizados y transversales pero desanclados (…) posibilitaban una identidad política nueva: un espacio para un discurso patriótico de nuevo tipo, refundacionalista, que identificase los intereses nacionales con los de las mayorías golpeadas y maltratadas en los años del ajuste y la regresión democrática.»

Pero lo que en España sería un valor, un acierto, unificador y aglutinante de lo popular, en Euskal Herria según sus dirigentes, el patriotismo –el vasco claro- se identifica con lo identitario, es decir, la postergación de lo social en aras de lo nacional.

Y aunque líderes estatales afirmen que «Podemos, es al mismo tiempo la fuerza que más abiertamente reivindica un patriotismo español identificado con las condiciones de vida de la gente, con la defensa del pueblo olvidado por los de arriba, y la fuerza estatal de relevancia más firmemente defensora y comprometida con la plurinacionalidad –dado que en España convivimos diferentes naciones– y el derecho a decidir como pegamento para decidir qué encaje para un futuro compartido entre ellas.» De momento, Podemos Euskal Herria ha sido incapaz de realizar tal encaje saliéndose por la tangente, afirmando no ser abertzales. En realidad no patriotas vascos, porque españoles sí lo son.

Diferente sería la declaración de un cosmopolitismo o internacionalismo supranacional que huya de cualquier patriotismo (vasco o español), que se limite a defender el derecho a la autodeterminación, sea en un sentido independentista (difícil de contemplar según sus actuales presupuestos) o de libre federación o confederación. Enfoque este que de seguro se ajusta a alguna de las corrientes internas de Podemos, pero desde luego no a las del centro irradiador (y a sus portavoces en Euskal Herria) que desprecia ese «infantilismo izquierdista», y es por ahora quien escribe la música, también aquí.

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