Desde esta sección sindical de CGT-Correos Navarra queremos poner en evidencia que las medidas que está aplicando Correos en sus centros de trabajo frente a la expansión del covid-19, y que, básicamente, se resumen en distancia interpersonal de metro y medio, y uso de mascarillas y gel hidroalcohólico se han manifestado claramente insuficientes.

Esto se ve claramente ante el «superbrote» que se ha dado en la cartería de Tudela, con un contagio masivo de alrededor de un tercio de la plantilla (nueve trabajadores fijos y un eventual que no se ha contabilizado). Estos trabajadores cumplían con especial celo todas las medidas preventivas marcadas por la empresa, no tenían contacto entre ellas fuera del centro de trabajo y a pesar de todo se han contagiado.

Además debemos constatar una lluvia de contagios por diferentes oficinas a lo largo de Navarra: un caso en Gares-Puente la Reina, también en Sangüesa, en la unidad de reparto urgente de Pamplona..., más varios casos por confirmar en la UR4 y UR2 de Pamplona.

Por otra parte, como todos sabemos, la situación general en esta llamada segunda ola de la pandemia es muy grave, bastante peor que hace unos meses, con poblaciones y territorios confinados, restricciones de movimiento etc.

Y Correos parece no querer verlo, ya que no ha adaptado sus medidas preventivas a la nueva y grave situación. Mantiene las anteriores, como si nada hubiera pasado.

Desde CGT-Correos Navarra hemos exigido a la empresa, de forma oficial, que en Tudela se aplique el protocolo del pasado mes de Abril («Adaptación de las medidas extraordinarias para un retorno progresivo a la normal actividad») y que establezca un servicio con el 50% de las secciones, con un turno rotativo, de un día secciones pares y el siguiente las impares.

Pensamos que Correos está anteponiendo intereses de empresa a la salud general de los trabajadores, y exigimos que se ponga fin a esa actitud.

Una muestra más del desinterés empresarial es la cantidad de rodeos que está dando Correos a la puesta en marcha del Comité de Seguridad y Salud, sin constituir desde las pasadas elecciones sindicales de febrero del 2020.

A la preocupación manifiesta y justificada de la plantilla se une el hartazgo de ver cómo, además, Correos no suple las ausencias del personal que falta, trasladando cargas de trabajo inasumibles a los trabajadores que quedan.