Isidoro Berdié Bueno
Profesor

Sumum ius summa iniustitia. Ecce homo y los presos vascos

Cual es la abundancia de amapolas en un campo de trigo, y el numero de estrellas en Pascua (Pasqua totque stellas) asi tiene Euskal Herria pensadores, a muchos los conocemos por GARA.

Euskal Herria filosofa (filosofar) sobre el comportamiento de ciertos humanoides: jueces, politicos, AVT, etc. Euskal Herria tambien siente y llora por la mala suerte de sus hijos presos, algunos con 27 años de prision, y por los que han muerto en la carcel. Euskal Herria conoce y le gustaría que todos conocieran la frase de Zeus en "La Ilíada" (Homero): «Triste es el paso del mortal sobre la tierra», y en el tema de sus presos, quiere poner remedio mediante la vía de la filosofia y del pensamiento, y lo tiene claro, y no le importa, aunque lo lamenta y lo sufre, que los sectores ya mencionados piensen, digan o duden de una realidad que cada día es más evidente. La paz es irreversible, poco importan las circunstancias que les ha llevado a tomar tal decisión, pero que la gente apolítica y de bien, agradecemos y aplaudimos. Sabemos que el más soberbio será el que se ponga las flores y medallas. Si eso les hace felices y llenan su ego, por nosotros que no quede, Sr. Zoido , Sr. Mayor Oreja. Teníamos que dar una respuesta al tema, y ya se ha hecho. Nos veremos y esta vez será en el campo de la prensa, ateneo y tribuna, con armas como la pluma, la palabra y el argumento, pero sobre todo con el ejemplo y amor a nuestro prójimo y la inteligencia. De amor les vamos a hablar en GARA, de perdón lo hara la Universidad de Deusto (Deustuko Unibertsitatea) donde además de buenos cerebros también hay buenos cristianos.

El amor. Demanda paciencia y dedicación, es exigente y abnegado, porque abraza la miseria y el dolor ajenos, quien ama siempre será justo, humilde y compasivo, quien no ama a lo sumo sera justiciero, necesitado de un payaso de las bofetadas para satisfacer su odio y satisfacer su frustración. Dante se enamoró de Beatriz, una joven de 15 años, casada a la que vio una vez en la vida y en una iglesia. Amor que le duró toda su vida y su gran obra "La Divina Comedia" se la dedicó a ella. El amor redime y a él le redimió de su infierno. Enamórense, Sres Zoido y Mayor Oreja, pues como cristianos no se les ve atisbos de poder optar a ningun premio. Y yendo por lo legal, les recordamos la máxima latina, atribuida a Ciceron hace mas de dos mil años: «Summum ius summa iniustitia», el derecho aplicado en su maxima extensión puede convertirse en la mayor de las injusticias, pero a Uds. este traje les viene grande. Impartir justicia no es tarea fácil, y sobre todo, no puede ser la consecuencia ineludible de la aplicacion mecánica de las normas, sino de aplicar en equidad la justicia natural y la ley positiva. Determinadas sentencias por muy ajustadas que sean al derecho positivo, producen un resultado injusto, nos lo dice hasta el sentido común, pero no lo ven estos personajillos, que parecen sacados de la España milagrera, estigmatizada y esperpéntica de Isabel II Borbón (Valle-Inclán, "La Corte de los milagros") qeu nunca entendió el racionalismo y lógica cartesiana. Un verdadero demócrata es quien asume la posiblidad de estar equivocado, los otros son dogmáticos, totalitarios, con el demócrata cabe la discusion científica, con el dogmatico, con el totalitario, no.

No son de recibo las últimas declaraciones del Gobierno ni la frialdad en el tema del PSOE, mas ocupado en la toma del poder interno, la adorada poltrona y la soñada mamandurria. Pero esta próxima ya la Semana Santa, en la qu el Crucificado pedirá perdón a su Padre por sus jueces, que al igual que a Sócrates les negaron hasta lo más elemental de los derechos jurídicos como es la asistencia de un abogado, por los politicos locales que pidieron su muerte, y por los romanos, ejército de ocupación que lo asesinó.

Para salvar la dignidad de la Semana Santa y de los que profesamos los valores cristianos, ahí tenemos la Universidad de Deusto, y al profesor Enrique Pallarés que, en un gesto loable, científico y cristiano, como antesala de la Semana Santa del 2017, el dia 6 de abril dará una conferencia sobre el perdón y la reconciliación. Tiene como base una monografía suya, ya publicada y de la que avanzamos lo siguiente:

Desde hace milenios, las principales religiones hablan del perdón, lo recomiendan y prescriben. La filósofa Hannah Arendt, pionera en señalar el papel tan fundamental que tiene el perdón, afirma que «Quien descubre la importancia del perdón en los asuntos humanos fue Jesús de Nazaret». Cuando lo estaban crucificando exclamó: «Padre, perdónalos ...». A nivel civil no ya religioso, la Psicología inició el estudio del perdón hace pocas décadas. En la actualidad, la joven Psicología Positiva considera el perdón como una fortaleza humana, no como un acto de debilidad.

Perdonar, en realidad, no es olvidar, tampoco ignorar la ofensa. Perdonar es un largo y complejo proceso de sanación interna, con proyección al exterior, que comienza por la decisión de excluir la venganza, el resentimiento, la ira y la distancia, para llegar a una reconciliación guiada por la empatía y la compasión. Implica, pues, cambios y reajustes en las emociones, pensamiento, motivación y conducta.

Le preguntó Bill Clinton a Nelson Mandela por la desaparición repentina de su rostro del odio e ira al salir de la prisión, que observó años antes por televisión. Mandela respondió: «Escuché el Espíritu de Jesús que me decía: ‘Nelson, mientras estuviste en prisión eras libre; ahora que estás libre, no te conviertas en prisionero’».

Favorece el perdón el ponerse en el lugar del otro, que no es justificar la ofensa. Perdonar no es olvidar, sino recordar de otra manera, evitar el exceso de memoria, así como neutralizar las explicaciones y los pensamientos distorsionados. Si no es expresamente desaconsejable, el acercamiento al ofensor favorece el perdón. Lo mismo que el recordar e interiorizar modelos de perdón, en lugar de modelos de venganza u odio.

La psicología se ha centrado en el perdonar, pero es igualmente necesario el perdonarse y, sobre todo, el pedir perdón. Esto último no como mera fórmula social, sino como un clamor que sale del interior del que reconoce sus propios errores y limitaciones. No es alimentar sentimientos de culpabilidad neurótica, sino atemperar los brotes narcisistas que llevan a no reconocer los propios errores y a no pedir perdón por ellos. Perdonar no es de débiles, sino de fuertes; reconocer los propios errores y pedir perdón tampoco es signo de debilidad, sino la expresión de fortaleza de un ego no hinchado y de una autoestima sana. Llegar a esta convicción fomentará, sin duda, la cultura del perdón y de la reconciliación, tan necesarias en nuestra sociedad.
   
In anno Domini 2017, Zoilus, un oriundo de la Betica romana, presentó en un balcón a un preso muy peculiar, un tal Cristo, maniatado, azotado y humillado, pero no vencido, su presentacion fue lacónica. «Ecce homo!».

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