Xabier Albalá
Miembro del Consejo Europeo de Niños y Niñas de Eurochild

¡Todos a bordo! Denok batera! All aboard!

Los derechos de la infancia van mucho más allá de que se tenga en cuenta tu opinión, es uno de los derechos más importantes que tenemos porque, si no participas, no se te ve, no existes, no puedes expresarte, ni decir lo que realmente quieres. La participación es un proceso, primero tienes que ser respetado, los mayores deben protegernos, proveernos de lo necesario para vivir una vida digna, y además tienes que tener voz.

¿Por qué tenemos tan poca voz y voto los niños y niñas en nuestra sociedad? ¿Por qué todo se decide por nosotros, sin que se nos pregunte nada, sin que se tenga en cuenta qué pensamos, qué sentimos, qué queremos? Continuamente se están tomando decisiones por nosotros y para nosotras, pero sin preguntarnos en ningún momento qué pensamos. Y el problema es que como somos pequeños o menores de edad, no se nos toma en cuenta y creo que esto tiene que cambiar. ¡Queremos participar! Es un derecho fundamental porque el derecho lo tenemos, no se nos da. Todo alrededor nuestro está pensado por y para los mayores y hacernos un hueco, hacernos oír, es súper complicado. Normalmente no existen los lugares, ni los canales, ni las oportunidades para que se nos escuche.

La esperanza es que no en todos los sitios es así. En mi caso, con 16 años, me presenté a una convocatoria para formar parte del Consejo Europeo de niños y niñas; y así fue como me nombraron miembro del Consejo Europeo Eurochild y debuté como activista de los derechos de los niños el 20 de noviembre de 2017 en el Parlamento Europeo. En Croacia el Consejo de Niñas de Opatja existe desde el año 2000. Mi amiga Petra, que ahora tiene 15 años, lleva en el consejo seis años, y aunque cuando empezó no sabía ni lo que era la palabra participación, ahora es alcaldesa junior de la ciudad. ¿Y cómo estamos nosotros en este tema? En general creo que tenemos todavía muy poca cultura de participación infantil. Desde algunos ayuntamientos y organizaciones como UNICEF, que trabajan por los derechos de la infancia, se están dando pasos, como el reciente nombramiento de Bilbao, Ortuella, Pasaia y Vitoria-Gasteiz como Ciudades Amigas de la Infancia de UNICEF, para lo que, entre otras cosas, han tenido que poner en marcha Consejos Municipales de Participación. Considero importante que a partir de ahora la participación infantil y adolescente permee en todos los ámbitos donde sea posible: en el entorno familiar, barrio, comunidad, centro educativo…ya que se trata de un derecho, y al mismo tiempo una fuente de desarrollo personal y educativo.

Los derechos de la infancia van mucho más allá de que se tenga en cuenta tu opinión, es uno de los derechos más importantes que tenemos porque, si no participas, no se te ve, no existes, no puedes expresarte, ni decir lo que realmente quieres. La participación es un proceso, primero tienes que ser respetado, los mayores deben protegernos, proveernos de lo necesario para vivir una vida digna, y además tienes que tener voz. Yo lo veo como un castillo de lego en el que ir poniendo piezas, sobre las que ir asentando todos los derechos que están relacionados unos con otros. Y el derecho a participar es importantísimo para que puedas ser protagonista de tu vida, para que puedas ir exponiendo las necesidades que tienes, pero también para que puedas aportar en tu medida sobre lo que te afecta y lo que crees que puede mejorar.

Es muy frustrante que todo esté pensado por los mayores. En primer lugar, algo que sufrimos la mayoría es el sistema educativo. Aparte de nuestras horas reglamentarias de colegio, en las que por cierto casi no hay espacios para jugar y pasarlo bien, tenemos horas interminables de deberes y estudio por las tardes, casi no se tienen en cuenta las distintas maneras o ritmos de aprender… Otro ejemplo tiene que ver con ser creativos, ¿en qué lugares podemos dar rienda suelta a nuestra creatividad? ¿Cómo vamos a ser emprendedores cuando crezcamos si no se nos deja hacer cosas diferentes cuando somos niños? Para ello, necesitamos ser conscientes de lo que ocurre a nuestro alrededor; espacios donde no tengamos miedo a inventarnos cosas, a confundirnos y aprender de los errores, a trabajar por proyectos en equipo.

El otro nivel que quiero resaltar es el social. ¿Cómo vas a participar cuando tengas 18 años si nunca te han dejado hacerlo hasta ese momento? Es verdad que cuando eres mayor de edad puedes votar, pero nadie te ha enseñado a ejercer ese derecho conscientemente. En ese momento se te plantean un montón de preguntas: ¿a quién votar, para qué, qué implicación tendrá mi voto? Este tema de la participación lo vemos como una cosa tan lejana a nosotros... así que no me extraña que luego la gente no quiera participar, no se fie de los políticos o vea alguna utilidad a la política. Al no tener en cuenta la mirada de los pequeños, nos estamos perdiendo la posibilidad de crear espacios sociales compartidos donde se pueda pensar diferente, tomar decisiones distintas, actuar de otra manera. Seguro que si se nos escuchara de verdad y se respetaran nuestras opiniones, muchas cosas resultarían de otra manera. Seguro que aprenderíamos participando juntos, nosotros de los mayores y los mayores de nosotros y creceríamos siendo ciudadanos más responsables y comprometidos.

Es genial que haya personas, asociaciones, servicios públicos comprometidos por luchar por los derechos de la infancia y hacer cosas para que las situaciones cambien y podamos vivir mejor. Como firmamos en el manifiesto del I Encuentro Europeo de Consejos de Participación Infantil y Adolescente en Avilés, ‘la humanidad debe despertar, cambiar hábitos, hacer pequeñas y continuas acciones en la vida cotidiana que vayan en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Y para impulsar todas estas propuestas es necesario conseguir el apoyo de los gobiernos de todos los países’. Este camino de la participación tenemos que construirlo juntos, hacerlo entre todos, y yo espero seguir haciéndolo.

Bilatu