Jaione Ugalde
Hiru sindikatua

Transporte: servicio público esencial y solidario

Han modificado a su antojo e interés las horas de conducción y descanso, han cerrado los centros de inspección técnica, alargado plazos de permisos, pero no se han preocupado tanto de ofrecernos los servicios básicos de aseo y alimentación que en ruta son indispensables para nosotros

Los que nos dedicamos al oficio hemos visto con claridad cómo en los últimos años nuestras condiciones laborales han sido continuamente pisoteadas. Puede que podamos fechar el inicio de la debacle en 2008, pero no somos tan capaces de ponerle una fecha final. Ahora, con la crisis de la covid-19 aún se alejan más esas condiciones que un día hacían de éste un sector digno.

La administración ha considerado el transporte como una de las actividades esenciales que había que mantener. Los transportistas sabemos que somos un servicio público, pero no sólo eso, durante esta crisis hemos vuelto a dejar claro que además de esenciales, también somos solidarios. Hemos trabajado en condiciones en muchos casos infrahumanas, sin servicios básicos, pero no se nos ha olvidado nuestro trabajo: somos un servicio público que lleva a la sociedad lo que necesita a donde lo necesita cuando lo necesita. No lo han recordado tan claramente las administraciones que han exigido transporte, pero, una vez más, se han olvidado del transportista.

Han modificado a su antojo e interés las horas de conducción y descanso, han cerrado los centros de inspección técnica, alargado plazos de permisos, pero no se han preocupado tanto de ofrecernos los servicios básicos de aseo y alimentación que en ruta son indispensables para nosotros. Aún así, hemos seguido trabajando, hemos seguido ofreciendo a la sociedad lo que necesitaba.

Las administraciones han copado de eslóganes publicitarios los medios de comunicación ofreciendo ayudas a autónomos que en realidad son absolutamente insuficientes. Un lavado de cara que a nosotros no nos sirve para nada. ¿Cuándo llegarán medidas de verdad para los que las necesitamos?

Hemos trabajado como servicio público esencial, como trabajadores solidarios que tienen claro que la sociedad necesita sus servicios. Así lo hemos hecho pero no sabemos si lo vamos a poder seguir haciendo. Hasta el momento las condiciones y circunstancias eran complicadas, pero el futuro es más complicado aún. ¿Quién nos garantiza que tendremos unas condiciones en las que poder trabajar con dignidad? ¿Quién nos garantiza que podremos cobrar el trabajo que estamos haciendo ahora? ¿Quién nos garantiza que el mercado no volverá a reventarse hasta que nos veamos casi obligados a trabajar por debajo de costes? Tanto el Gobierno Vasco como el Gobierno de Nafarroa tienen que garantizar los cobros, un precio digno para el transporte, unas condiciones laborales que no rocen la esclavitud. Esa es la exigencia de los transportistas de Euskal Herria: condiciones laborales dignas.

Pero nuestra petición no solo se dirige a las administraciones. También queremos hacer un llamamiento a la sociedad. Agradecemos mucho el apoyo que hasta ahora estamos recibiendo. Lo vamos a seguir necesitando. Igual que otras muchas profesiones que han visto cómo sus condiciones laborales se hundían (sanitarios y sanitarias, trabajadores y trabajadoras de residencias, cuidadores y cuidadoras y un lamentablemente largo etcétera), los transportistas necesitamos que la sociedad nos reconozca y presione para que de verdad podamos trabajar en condiciones dignas; para que podamos dar un servicio público de calidad, para que podamos ofrecer un transporte de calidad. Ahora más que nunca, salvemos el transporte, garraioa salbatu.

Bilatu